Algunas ciudades se transforman radicalmente con las estaciones. Pueden ofrecer unas maravillas en verano y otras completamente diferentes en invierno. Estas ciudades afortunadas suelen encontrarse en lugares privilegiados rodeados de naturaleza.
Si has visitado una de estas ciudades solo en verano, no puedes decir que la conoces profundamente. También tienes que vivirlas en invierno, a ser posible con frío y nieve. En España contamos con una ciudad que resulta tan espectacular en verano como en invierno, pero con matices muy diferentes. Las noches de verano son únicas en sus jardines y plazas, y en invierno se transforma en un oasis precioso en medio de paisaje nevado idílico.
Granada: una ciudad de cuento de invierno
Granada es ciudad andaluza reconocida mundialmente por acoger la Alhambra, el gran complejo monumental con antiguos palacios, jardines y fortalezas del reino Nazarí y de la nobleza cristiana.
El barrio del Albaicín, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es otro de sus grandes atractivos con su combinación única de casas humildes, calles empedradas, estrechas y empinadas, cármenes (viviendas rodeadas por muros altos que incluyen un pequeño huerto o jardín), tabernas, plazas y palacios.
Todas estas maravillas están a tu alcance todo el año, pero en invierno adquieren un encanto único.
El clima de Granada en invierno
Si te estás preguntando si vas a pasar frío durante tu visita a Granada, no te preocupes, porque las temperaturas son solo algo más bajas que las típicas del invierno mediterráneo por la proximidad de Sierra Nevada.
Las temperaturas medias invernales van desde los 3 °C por la noche (muy ocasionalmente puede descender a los -3 °C) hasta los 14 °C durante el día. Son temperaturas que resultan bastante agradables, sobre todo cuando luce el sol, algo que es bastante normal. Uno de los atractivos de Granada en invierno es el contraste entre el cielo azul intenso y el blanco de las montañas cubiertas de nieve.
Como la diferencia de temperatura entre noche y día son bastante acusadas, conviene llevarse ropa ligera sobre la que se puedan poner prendas de abrigo a primera hora de la mañana, cuando también suele extenderse una mágica neblina por la ciudad, o por la noche.
Ten en cuenta que durante enero y febrero puede llover uno de cada tres o cuatro días. La mayoría de las veces son precipitaciones ligeras, que son más frecuentes por las noches y por las mañanas, así que no te irá más llevar un paraguas o un impermeable.
17 de enero, Fiesta de San Antón
Después de la Navidad, la Fiesta de San Antón es una de las celebraciones más populares de la ciudad, especialmente en el barrio céntrico del Realejo. La festividad honra al patrón de los animales y los granadinos acuden con sus animales de compañía a la iglesia de San Antón para que sean bendecidos.
La fiesta incluye actividades como concursos de gastronomía y actuaciones musicales. Es un momento ideal para degustar platos tradicionales y reconfortantes como las migas, hechas con pan, chorizo y pimientos; el puchero, un guiso tradicional de carne y verduras, el potaje de garbanzos y espinacas o un chocolate caliente con churros para chuparse los dedos.
La Alhambra en invierno
La Alhambra, la más destacada construcción islámica europea, adquiere un aspecto majestuoso con las montañas de Sierra Nevada al fondo. La panorámica desde el Mirador de San Nicolás en el Albaicín es inolvidable. Además, se puede disfrutar con más tranquilidad de las bellezas que ofrece, como el Patio de los Leones, el Palacio de Comares o los jardines del Generalife, porque el número de turistas es mucho menor que en verano.
Esquí en Sierra Nevada
A solo 30 km de la ciudad se encuentra la estación de esquí de Sierra Nevada, a 3.300 metros de altitud, con más de 110 kilómetros de pistas con itinerarios para principiantes y otros para expertos o espacios para los amantes del freestyle. Los días despejados te puedes llevar la sorpresa de divisar el mar Mediterráneo con los pies en la nieve.
La mayoría de los sitios turísticos, museos y centros culturales permanecen abiertos durante el invierno, incluyendo la Alhambra y el Generalife. De hecho, pueden visitarse espacios que están cerrados en verano, como el encantador jardín botánico de la Universidad.
Por otra parte, otra de las ventajas de visitar Granada en invierno es que resulta más barato que en otras temporadas. No es extraño que los restaurantes y bares ofrezcan promociones y menús especiales.