La intención de la mayoría de prácticas espirituales es darnos cuenta de que somos algo mucho más ilimitado que nuestro cuerpo, nuestras emociones y nuestros pensamientos.
Una vez tenemos conciencia de ello, el reto es mantener el contacto con ese ser profundo e ilimitado que a veces queda escondido bajo las capas de nuestra personalidad y la percepción física del mundo y nosotros mismos.
Eso a lo que llamo ser ilimitado es tu estado de paz y calma interior más profundo y auténtico, el que no depende de situaciones externas para manifestarse.
Cuando estamos en contacto directo con él, la sensación puede parecerse a experimentar un amplio espacio de benevolente belleza que lo envuelve todo y del que formamos parte. Es un espacio que acoge con amabilidad todas las experiencias que surgen en él sin perturbación, apego o resistencia a ellas.
La identificación con este estado puede trabajarse de muy diferentes maneras, y en la meditación guiada que he creado hoy utilizo una visualización, que es una técnica maravillosa para adentrarnos en nuestro mundo interior.
El poder de las visualizaciones
Las visualizaciones son muy utilizadas en terapia y, tanto en mis meditaciones guiadas como en mis sesiones individuales, juegan un papel muy relevante.
Las imágenes hablan el mismo lenguaje que nuestro inconsciente y nos sirven para crear una conexión entre él y nuestra parte más consciente. Es por eso que utilizarlas en nuestras exploraciones interiores puede tener un efecto maravilloso a ambos niveles.
Podemos utilizar las visualizaciones para revivir una situación pasada y así poder procesar en el momento presente la carga emocional relacionada con ella.
Podemos usarlas también, como en este caso, para conectar con nuestros recursos internos o nuestra armonía interior a través de imágenes que asociamos con ella, como si fuera una ventana a nuestra disposición que podemos abrir para acceder a ellos.
Una vez que estamos en contacto con nuestros recursos, estamos en contacto con una percepción diferente de nuestra realidad, más positiva y con más posibilidades.
Meditación guiada para encontrar tu calma mental y emocional
En esta meditación guiada, te conecto con tu profundidad a través de la imagen de un lago. Espero que la disfrutes y que pueda apoyarte.
- Siéntate en una postura cómoda y cierra tus ojos.
- Observa por unos momentos el flujo natural de tu respiración tal y como es en este momento, sin cambiar nada.
- Observa también tu estado interior en este momento, lo que está presente en ti. Date cuenta de los pensamientos y emociones presentes y de las sensaciones que te producen. Y obsérvalas por unos instantes con curiosidad y apertura.
- Ahora puedes visualizarte como un lago profundo.
- Observa la superficie de ese lago: inestable y cambiante, sujeta a factores externos como el viento. Esta es la parte visible del lago de ti misma, y la parte que suele estar más presente y notable.
- Ahora puedes sumergirte en ese lago, atravesando esa superficie. Es un lago en el que puedes respirar, por lo que no tienes que preocuparte por eso. Siente aquí la solidez del silencio y la calma de la profundidad inmensa del lago.
- Desde este lugar en la profundidad de tu lago tranquilo y sin perturbaciones, puedes observar la superficie cambiante. Date cuenta de que esa superficie es una pequeñísima parte de tu lago que no tiene ningún efecto en el resto de su inmensa profundidad. Y siente lo que sientes al darte cuenta de ello y al observarlo desde este lugar en ti.
- Cuando lo sientas, a tu propio ritmo, puedes abrir tus ojos, trayendo la conciencia de esa profundidad a tu vida.
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