Las freidoras de aire se han vuelto a poner de moda últimamente gracias a las grandes campañas publicitarias en las que los fabricantes están invirtiendo. Su reclamo: cocinar más saludable y gastando menos que en el horno.
Pero ¿es esto así? ¿cómo funciona este aparato? ¿cuánto consume? ¿podemos mejorar nuestra alimentación solo añadiendo un pequeño electrodoméstico?
1. No es verdad que la air fryer consuma muy poco
Un reclamo para comprar este tipo de electrodoméstico es que consume menos que un horno. Esta comparación es un poco tramposa. Es como comparar lo que consume un coche con lo que consume un autobús, y dejar de usar el transporte público para comprarte un coche.
Claro que un horno consume más, pero tiene una capacidad de 60-90 litros, lo que te permite cocinar grandes cantidades de alimentos en el mismo tiempo, y no solo una o dos raciones. La capacidad de una freidora de aire media es de 3,5-5 litros.
Si lo comparamos con un horno de sobremesa, que suelen ser de 20-30 litros y una potencia similar (1000-1800W), veremos que consumen lo mismo pero en el horno puedes hacer más cosas y en más cantidad.
¿Cuánto consume una freidora de aire?
Pues dependiendo del tamaño, modelo y marca hay freidoras de aire que consumen desde 800W hasta 2000W. Esto lo especifican siempre.
Las más comunes consumen, de media, 1500W. Si usamos la freidora de aire dos veces al día (comida y cena), unos 60 minutos diarios (ya que entre precalentamiento y cocción este es el tiempo que suele estar encendida cada vez que la usamos), podemos calcular el consumo mensual.
Si es un mes como abril de 2022, en el que el precio medio de la electricidad estaba a 191,52 euros/MWh, usar la freidora de aire (sin contar nada más, ni otros electrodomésticos ni iluminación ni nada) nos costará unos 8,62€ al mes. Si la electricidad está más cara, como pasó en marzo de 2022, con un precio medio de 283,3 €/MWh, usar la freidora de aire nos costará 12,75€ al mes.
Una cocina de vitrocerámica consume un poco menos y una de inducción menos aún, ya que, aunque tengan una potencia igual o superior, su consumo es más eficiente (y no utilizas todos los fogones a la vez al máximo) y, lo más importante, permiten cocinar de muchas otras formas: hervir,cocinar al vapor, tostar, dorar, saltear, freír, sofreír, pochar... en cantidades más grandes que en la freidora de aire.
2. Cocinar en la freidora de aire es como hornear
Para empezar, hay que dejar claro que "freír" es un método de cocción que consiste en sumergir los alimentos en aceite caliente. Dicho esto, el aparato no es una "freidora".
En realidad es un horno de convección pequeño. Es decir, un horno con ventilador. Lo que hace es calentar mucho el aire para imitar lo mejor posible el resultado de una fritura: un exterior crujiente e interior tierno.
Sin embargo, cuando utilizamos aire en lugar de aceite, lo que hacemos es resecar las capas externas de los alimentos. Necesitamos aunque sea una pequeña cantidad de aceite para que quede mínimamente crujiente y no duro o correoso.
El resultado es el mismo que cuando hacemos alimentos en el horno en lugar de freírlos. Entonces, ¿para qué quieres un nuevo electrodoméstico en tu cocina?
Añadir un electrodoméstico más a tu cocina lo único que hace es aumentar tu consumo eléctrico, y, potencialmente, tu consumo de alimentos malsanos o menos sanos.
Y en cuanto a la sostenibilidad, recuerda que, siempre, lo más ecológico y sostenible, es aquello que no se compra.
3. Las recetas con freidora de aire no son sanas
El principal reclamo de venta de estos aparatos es que es muy saludable, pero es muy relativo. Esta afirmación solo tiene en cuenta la cantidad de aceite utilizado, no la calidad del alimento.
Ten en cuenta que en la freidora de aire solo puedes cocinar aquellas cosas que freirías o cocinarías al horno, pero no permite cocinar la gran mayoría de los alimentos saludables:
- En la freidora de aire no puedes cocinar verduras de hoja verde, por ejemplo.
- En la freidora de aire no puedes hacer legumbres(salvo que las quieras "fritas", y siempre cociéndolas primero), cereales o derivados.
- La freidora de aire no permite cocinar cosas que tengan mucha agua, como caldos. Tampoco admite rebozados líquidos.
Así, aunque prepares unas patatas fritas, croquetas, nuggets, palitos de "pescado" o similares utilizando poco aceite, estos alimentos siguen siendo peores opciones que un salteado de verduras y legumbres, que se hace en menos tiempo. Da igual que los frías o que los hagas en un horno de convección, el problema no es el aceite, es el alimento.
Si usando una freidora de aire consumes más cantidad de este tipo de platos, no estás ganando en salud para nada.
pequeños electrodomésticos y utensilios que sí compraría
Especialmente para personas que están empezando en la cocina, los pequeños electrodomésticos siempre son una buena opción. Seguro que les falta algún básico, como una batidora de brazo o de vaso, o una picadora, un robot de cocina, un molinillo de especias y de café, una batidora-amasadora, una deshidratadora, una tostadora o incluso un horno de tamaño pequeño.
Estos electrodomésticos son imprescindibles si queremos poder hacer cremas y salsas finas, mezclas de especias propias, conservas, pizzas caseras y otros alimentos. Elige un producto de calidad, con su garantía, unas instrucciones claras, etc.
Otros utensilios que definitivamente sí incorporaría en la cocina son los que tienen que ver con la buena presentación de un plato. Para hacer cortes especiales existen una gran variedad de utensilios que, aunque no son de uso diario, sí que vienen muy bien para cuando queremos hacer alguna comida especial.
Por ejemplo espiralizadores, que permiten hacer noodles o fideos de verduras, sacabocados para hacer bolitas de frutas y verduras o para vaciar hortalizas y rellenarlas,descorazonadores de manzanas para rellenarlas fácilmente, acanaladores de cítricos, puntillas para tallar verduras, peladores en juliana, sacapuntas de verduras, utensilios para preparar pastas, etc.
Con una selección de estos utensilios se pueden hacer un montón de cosas diferentes.
Por otro lado, siempre son bienvenidos un buen cuchillo de chef o cuchillo cebollero, un santoku o cuchillo japonés, un juego de cuchillos, una buena tabla de cortar de buena calidad en plástico resistente (las que se usan en hostelería), en madera maciza o bambú o un juego de utensilios para cocinar (paleta, cuchara de palo, espátula, cucharón sopero, pinzas o espumadera), una buena mandolina…
Son utensilios muy básicos pero que, debido al uso continuado, se pueden deteriorar pasados unos años y hay que reemplazarlos. No te guíes tanto por el precio como por la calidad de los materiales.
- En el caso de los cuchillos, que sean de acero inoxidable y con mango antideslizante, pesados y con buenos acabados.
- Los utensilios de cocina mejor que sean de una pieza y de materiales resistentes y no tan porosos como las maderas sin tratar: bambú o acero inoxidable son mucho más resistentes y duraderos.
- Junto con ellos puedes añadir también algún otro utensilio que los complemente. Por ejemplo, con un cuchillo o juego de cuchillos, un afilador o una tabla de cortar. Con los utensilios para cocinar, unos trapos de cocina de buena calidad, de algodón o fibra de bambú.