El horno es un electrodoméstico esencial en nuestra vida cotidiana, pero, después de cocinar o hornear, pueden quedar restos de comida, salpicaduras de grasa o alimentos quemados que ensucian su interior.

Afortunadamente, existen algunos remedios caseros sencillos que te permitirán limpiar el horno sin necesidad de fregar intensamente ni utilizar limpiadores químicos.

Limpiar el horno de forma fácil y rápida sin tóxicos

Puedes mantener tu horno impecable, cuidar tu salud, proteger el medioambiente y ahorrar dinero utilizando alguno de los siguientes métodos.

1. limón para Desengrasar y eliminar malos olores

El zumo de limón es excelente para neutralizar malos olores y combatir la suciedad. Combinado con agua, se convierte en una herramienta de limpieza muy efectiva.

Cómo utilizar el limón para limpiar el horno:

  • En un recipiente resistente al calor o una fuente para horno, mezcla 4-5 cucharadas de agua con el zumo de 2 limones.
  • Coloca el recipiente en una rejilla dentro del horno y caliéntalo a 120 °C si usas la función de aire caliente. Si tu horno solo tiene calor superior e inferior, aumenta la temperatura a 140 °C.
  • Al finalizar, retira el recipiente y limpia el horno con un paño húmedo o una esponja.

Si tienes poco tiempo, puedes usar este otro método:

Para una limpieza rápida, puedes utilizar el limón como limpiador a vapor, usando una temperatura más alta:

  • Calienta la mezcla de agua y limón a 200 °C (con la función de aire caliente) y deja que se evapore durante unos 15 minutos en la rejilla más baja.
  • Luego, limpia el horno con un paño.

2.  bicarbonato, un todoterreno

El bicarbonato de sodio es un todoterreno en la limpieza del hogar. Preparado en forma de pasta, es especialmente eficaz para eliminar costras y restos difíciles en el horno.

Cómo limpiar el horno con bicarbonato:

  • Mezcla 20 g de bicarbonato con una cucharada y media de agua, creando una pasta cremosa (no demasiado líquida).
  • Aplica la pasta sobre las zonas con costras y deja actuar durante unos 30 minutos, según el nivel de suciedad.
  • Una vez que la mezcla esté seca, retírala con un paño húmedo.

3. vinagre para eliminar restos

El vinagre de limpieza es ideal para eliminar salpicaduras de grasa y residuos de comida.

Cómo limpiar añadiendo vinagre al jabón lavavajillas:

  • Mezcla vinagre y jabón para platos en una proporción 1:1.
  • Aplica la mezcla en las zonas sucias y frota con una esponja húmeda hasta que haga espuma.
  • Deja actuar unos minutos y luego limpia con un paño húmedo.

Puedes prescindir del jabón si usas vinagre concentrado. 

Cómo hacerlo solo con vinagre:

  • En un recipiente resistente al calor, mezcla 100 ml de vinagre de limpieza y 100 ml de agua.
  • Coloca el recipiente en el horno a 150 °C durante 45 minutos (si es posible, usa la función de recirculación de aire).
  • Retira el recipiente y limpia la suciedad que se haya aflojado.

4. sal para la suciedad incrustada

La sal es un aliado efectivo contra la suciedad y las costras resistentes. Es especialmente útil cuando algo se derrama en el fondo del horno o se reseca en las bandejas.

Cómo limpiar el horno con sal:

  • Humedece la superficie del horno o la bandeja.
  • Espolvorea generosamente con sal hasta que esté completamente cubierta.
  • Calienta el horno a 50 °C (con ventilador) o a 70 °C (calor superior e inferior) hasta que la sal se dore, luego apaga el horno.
  • Retira la sal y limpia los restos con un paño húmedo o una esponja.

Si el interior de tu horno es de acero inoxidable, un consejo: evita este método para prevenir rayaduras.

5. bicarbonato y vinagre juntos para una limpieza más contundente

Si las incrustaciones son especialmente resistentes, puedes combinar dos de los agentes limpiadores que acabamos de mencionar.

Cómo usar bicarbonato y vinagre juntos para limpiar el horno:

  • Toma media taza de bicarbonato de sodio y mézclala con agua para crear una pasta. Extiéndela sobre el fondo y los costados, así como sobre el interior de la puerta, pero no toques las resistencias que calientan el horno.
  • Deja que actúe durante dos horas o incluso durante toda la noche.
  • Luego toma una botella rociadora y llénala de vinagre de limpieza. Rocía sobre la pasta de bicarbonato de sodio y observa cómo se forma espuma.
  • Deja que actúe durante otros 30 minutos y luego usa una espátula de goma para quitar el bicarbonato de sodio. Lava con un paño húmedo para terminar.

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