Elegir alimentos de temporada es la mejor manera de aprovechar sus valores nutricionales, al mismo tiempo que disfrutamos de su sabor y aroma, incluso de su textura y apariencia. En esta época comienza el mejor momento de las castañas. En concreto, octubre y noviembre, son los dos meses en los que estos frutos secos ofrecen sus mejores cualidades nutricionales y organolépticas. 

Por esta razón, desde hace semanas lasrecetas con castañas inundan las redes. Salsas, cremas, pasteles de castañas o incluso el café de castañas conforman el recetario de otoño. La harina de castañas también es una buena opción para preparar saludables recetas. Y es hay muchas formas de saborear este fruto otoñal que puedes asar incluso en freidora de aire.

Ahora bien, lo más importante para que una receta salga lo mejor posible es que los ingredientes que emplees sean de calidad. Esto ocurre con las castañas y con cualquier otro alimento. Partiendo de esta idea, a continuación detallamos qué aspectos conviene tener en cuenta para elegir las mejores castañas del mercado o la frutería. 

mira, toca y aprieta

Incluso a simple vista existen ciertos aspectos que pueden aportar algunas pistas para saber si unas castañas son mejores que otras. Esto no significa que sean unos trucos definitivos y concluyentes, pero sí que aportan ciertas garantías. 

Así, según los expertos, las castañas deben tener un aspecto brillante y un color uniforme. Si es así, se reduce bastante el margen de error. Por el contrario, si la piel es opaca, estamos ante una castaña vieja, lo que se traduce en una castaña que probablemente, deja mucho que desear. 

Castañas: propiedades, beneficios y uso en la cocina
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Por otro lado, aunque la apariencia es un buen indicio, todavía lo es más, la textura. Esto significa, que tocar las castañas nos dará la pista definitiva para comprar con acierto. El tacto es, por tanto, el sentido más importante para elegir las mejores castañas. 

Ahora bien, ¿cómo debe ser una buena castaña al tacto? Firme, tersa y compacta, y a ser posible sin arrugas. Al tocarlas y apretarlas, no deberías notar ningún espacio entre la pulpa y la cáscara. 

Por otro lado, aunque es obvio, recuerda que la existencia de agujeros es la prueba inequívoca de que la castaña ha sido el alojamiento de algún gusano. Si te encuentras con uno, descártala sin miramientos. 

la prueba definitiva

Una vez en casa, aunque estés convencida de que tus castañas son las mejores de la frutería, todavía existe una manera más para asegurarte de que es así. Siguiendo este método, podrás separar las castañas buenas de las malas fácilmente. 

Es una técnica o truco muy sencillo que podrás realizar en casa en un momento. Sumerge las castañas en un recipiente con agua, las buenas permanecerán en el fondo del cuenco, mientras que las secas, las que están más dañadas, subirán a la superficie. 

De esta manera, rápida y fácilmente podrás hacer una selección de castañas. A partir de ahí, elige la receta que más te apetezca, una crema, una tarta o una salsa para acompañar la carne. La variedad es interminable.

conservarlas poco y mucho tiempo

Si después de seleccionarlas y comprarlas, tienes la intención de conservarlas, lo mejor es que las coloques en un lugar fresco y seco. Puedes guardarlas en un cesto o cualquier recipiente que permita la circulación del aire, para evitar que se pudran. Lo más importante es que nunca las metas en una bolsa de plástico. Aunque con este método sigue existiendo la posibilidad de que aparezcan gusanos, también es cierto que disminuye ese riesgo. 

Esa es la recomendación para conservarlas unos días. Sin embargo, si estabas pensando a más largo plazo, como por ejemplo, varios meses, lo más conveniente es congelarlas. Puedes hacerlo con o sin piel. Para cocer las castañas congeladas o asarlas, debes añadirlas a la olla o parrilla directamente, antes de que se descongelen. 

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