A veces dejamos de comer algún alimento por razones que nada tienen que ver con su sabor. En ciertas ocasiones, su textura nos desagrada tanto que renunciamos a comerlo, y en otras, su olor nos resulta insoportable. En el primer grupo, normalmente incluimos alimentos como las ostras, la gelatina o el huevo; y en el segundo, suele llevarse la palma la coliflor o las sardinas asadas.
Además de la textura y el olor, otras veces excluimos de nuestra dieta aquellos alimentos que al prepararlos nos manchan o es demasiado entretenido el proceso de preparación para poder comerlos. Entre ellos, podemos hablar de las naranjas. Y es que, aunque lo normal es que nos guste esta fruta, lo cierto es que hay personas a las que les resulta desagradable pelarla, ya que solemos impregnarnos las manos con el zumo que sueltan, el cual hace que se nos queden las manos pegajosas.
Sin embargo, no deberíamos dejar que esta sensación nos robe la voluntad de comer naranjas, ya que es una valiosa fuente de vitamina C (antioxidante) y fibra. Si eres de ese tipo de personas a las que hemos hecho referencia, toma nota de este truco para pelar las naranjas sin apenas mancharte y en tan solo 30 segundos.
El truco de la cuchara
Hemos rescatado uno de los muchos trucos que puedes utilizar para pelar una naranja fácilmente. En este caso destacamos su rapidez y el hecho de que es un truco muy "limpio". Estamos seguros de que en cuanto lo pruebes, lo usarás siempre. Aquí tienes los pasos a seguir:
- Coge la cuchara y con un cuchillo haz un corte en su piel por la mitad.
- Ahora, coge una cuchara e introduce el mango entre la piel y la pulpa.
- A continuación, podrás retirar la piel de la mitad de la naranja.
- Repite el proceso con la otra mitad de la naranja.
- Por último, con la naranja ya pelada, introduce la naranja por el mango para separarla en dos mitades.
- ¡Listo! Ya tienes una deliciosa naranja pelada, y tus manos están prácticamente secas.
A continuación, encontrarás el vídeo donde puedes visualizar paso a paso en qué consiste este truco. Comprobarás que es tan fácil y eficaz como parece.
¿entera o en zumo?
Otra razón más para comer las naranjas enteras consiste en que de esta manera aprovechas toda la fibra que contiene, cantidad que se reduce mucho cuando las tomamos en forma de zumo, y más aún cuando pasamos el zumo por un colador.
Además, al retirar la fibra, sus azúcares actúan de forma similar al azúcar blanco, lo que los convierte en azúcares libres sin ningún aporte nutricional. Dicho de un modo más sencillo, el azúcar de las frutas (incluidas las naranjas), cuando las preparamos en forma de zumo, funciona como los azúcares añadidos, los cuales favorecen las subidas bruscas de glucosa en sangre.
Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre bienestar, únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.