Las semillas de amapola se han utilizado como remedio tradicional durante siglos. Sus flores producen unas semillas pequeñas, redondas y azuladas, negras o de gris claro a oscuro, según el lugar donde se cultiven. Estas semillas se utilizan en productos horneados y platos tradicionales en todo el mundo.
Las semillas de amapola (Papaver rhoeas) se pueden encontrar en herboristerías o tiendas de alimentación especializadas. Tienen una ligera acción tranquilizante, aunque las semillas de amapola conocidas como adormidera son las del opio (Papaver somniferum), que no se comercializan porque la planta es ilegal.
Las semillas de amapola en la cocina: perfil nutricional
Como la mayoría de las semillas, las de amapola son ricas en fibra, grasas vegetales insaturadas y varios micronutrientes.
Una cucharada (10 gramos) puede proporcionar el 25% de las necesidades diarias de manganeso, el 16% del cobre, y en torno al 6-7% del magnesio, el fósforo, el zinc, el hierro y la vitamina B1.
Son muy ricas en calcio (1.450 mg / 100 g), superando a las algas y a los productos lácteos, pero se toman en menor cantidad, espolvoreadas sobre panes o en ensaladas y vinagretas. Un puñado de 30 g aporta el 54% del calcio necesario al día.
Las semillas se pueden prensar en frío para producir aceite de semilla de amapola, que es especialmente rico en grasas omega-6 y omega-9. También contiene pequeñas cantidades del ácido alfalinolénico (ALA) de la familia omega-3.
Las semillas tienen un sabor suave y un color grisáceo. Se pueden usar directamente sobre el plato cocinado (verdura, sopa, pasta) o previamente tostadas en la sartén (lo que realza su aroma).
En la cocina asiática se elabora una crema con 100 g de mantequilla, 25 g de semillas de amapola, 10 g de semillas de sésamo y dos cucharadas de aceite de oliva. Se funden todos los ingredientes al baño maría, se deja reposar hasta que se enfríe y se le añade sal.
Usos terapéuticos de las semillas de amapola
1. Fortalecen los huesos
El manganeso que estas semillas contienen en abundancia es un oligoelemento importante para la salud ósea y la coagulación sanguínea. Este mineral también ayuda a su cuerpo a utilizar aminoácidos, grasas y carbohidratos.
También tienen un alto contenido de cobre, un mineral necesario para producir tejido conectivo y transportar hierro.
2. Alivian el dolor
Las amapolas contienen principios activos con una potente acción analgésica, como la morfina, la codeína, la tebaína y otros alcaloides que calman el dolor e inducen el sueño. Estos compuestos se encuentran en la sustancia lechosa que se extrae de la cápsula que contiene las semillas y que se conoce como opio.
Del opio de una variedad de flores moradas y claras se extraen los fármacos y drogas opiáceas. El cultivo de esta variedad es legal pero solo con fines ornamentales. El resto de variedades contienen dosis muy pequeñas y las semillas se han limpiado para que estén libres de este látex.
Las semillas pueden contener trazas de estos compuestos que pueden favorecer el sueño y alivar los dolores. Un estudio realizado en la Universidad Alemana del Deporte en Colonia probó que después de consumir magdalenas con semillas de amapola se puede encontrar morfina y codeína en la orina en cantidad suficiente como para que sea detectada por los controles antidoping que se realizan a los ciclistas.
Algunas variedades, como la Papaver rhoeas, de características flores rojas que son fáciles de ver en los campos, no contienen morfina, sino rhoeadina, una sustancia ligeramente sedante.
3. Son buenas para el corazón
En cantidades moderadas las grasas insaturadas y los polifenoles antioxidantes de las semillas de amapola pueden reducir el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares hasta un 17%, sobre todo si sustituyen grasas saturadas menos sanas.
Combinarlas con una fuente rica en omega-3 como las nueces o las semillas de lino puede potenciar su efecto cardiosaludable.
4. Favorecen la digestión
Las semillas de amapola pueden ayudar en la digestión por su riqueza en fibra, que mejora la salud intestinal y combate el estreñimiento.
5. Útiles contra la fertilidad
En este caso el beneficio no se produce al consumir las semillas, sino como consecuencia un tratamiento que consiste en irrigar las trompas de falopio con el aceite de las semillas de amapola.