Alrededor del 45 % de las personas mayores de 70 años sufren disfagia, que a menudo está relacionada con otras enfermedades, como la esclerosis lateral amiotrófica, la esclerosis múltiple, la demencia senil o el alzhéimer.
Disfagia: qué es
¿Qué es la disfafia? La disfagia, que es la dificultad para deglutir, puede ser indolora o dolorosa. Dependiendo de la gravedad de los síntomas, comer y beber puede resultar molesto, difícil o imposible. Si la disfagia se acompaña de dolor, los médicos suelen referirse a ella como odinofagia.
Los trastornos leves de la deglución son relativamente comunes. Las anginas, resfriados y gripes pueden causarla. Las personas mayores se ven especialmente afectadas.
Disfagia: síntomas
Los síntomas de la disfagia pueden variar según el caso y la gravedad. Los siguientes síntomas caracterizan un trastorno de la deglución:
- Sensación de presión o nudo en la garganta.
- Aparición de náuseas al tragar.
- Toser mientras come.
- Gorgoteo de alimentos que ya se han tragado. Esto ocurre especialmente cuando hay un bulto o divertículo en el esófago.
- Aumento de la salivación.
- En casos extremos resulta imposible comer.
¿Cómo se manifiesta un trastorno de la deglución?
Un trastorno de la deglución se manifiesta con diferentes problemas cuando se intenta ingerir o poco después. Se pueden experimentar dificultades tanto para beber como para comer.
Cuándo aparecen los síntomas es crucial para el diagnóstico. La disfagia orofaríngea causa complicaciones durante el acto de tragar, en cambio, en la disfagia esofágica los síntomas tardan unos segundos en aparecer.
Si padeces alguna dificultad de este tipo, siempre es recomendable consultar a un médico. A veces hay desencadenantes inofensivos que se pueden solucionare rápidamente. Un examen ofrece la oportunidad de llegar al fondo de la causa y tratar cualquier enfermedad subyacente, si es necesario.
¿Cuáles son las causas de la disfagia?
Aunque la disfagia puede aparecer de repente, las causas suelen haber estado trabajando en un segundo plano desde hace mucho tiempo. El acto de tragar es un proceso complejo que involucra más de 30 nervios y músculos. Es la única forma en que los alimentos pueden transportarse desde la boca hasta el estómago. El sofisticado mecanismo puede fallar debido a enfermedades neurológicas, tumores o inflamación, entre otras cosas. Los factores psicológicos también juegan un papel en el proceso de deglución y pueden provocar disfagia.
a disfagia puede tener muchos motivos. Las siguientes causas físicas pueden hacer posible la disfagia o los trastornos de la deglución:
- Lesiones y tumores en la cavidad bucal, faringe y esófago.
- Trastornos de la inervación motora de los músculos implicados en el proceso de deglución.
- Hiposalivación con deshidratación de la mucosa bucal.
- Varios procesos autoinmunes.
- Mal funcionamiento de los músculos de la lengua y del suelo de la boca.
- Abscesos, como un absceso retroamigdalino.
- Inflamaciones de todo tipo, como las causadas por bacterias, virus u hongos.
- Maloclusión o prótesis dentales mal ajustadas.
- Diversas enfermedades del esófago, como acalasia, divertículos, esofagitis o estenosis esofágica.
- Trastornos de la tiroides, como tiroiditis o bocio.
Las siguientes enfermedades neurológicas, entre otras, pueden identificarse como causas neurológicas de un trastorno de la deglución o disfagia:
- Distonía (contracciones involuntarias de los músculos).
- Enfermedad de Parkinson.
- Esclerosis múltiple.
- Demencia.
- Ictus.
- Miastenia gravis.
- Esclerosis lateral amiotrófica (ELA)
- Lesión cerebral traumática.
- Otras enfermedades neurodegenerativas
Disfagia, ansiedad... ¿puede haber causas psicológicas?
La disfagia también puede tener causas psicológicas o psicosomáticas. En este caso, los médicos hablan de disfagia psicógena. En principio, las posibles causas físicas y neurológicas siempre se examinan primero antes de considerar las razones psicológicas.
La disfagia psicológica a menudo ocurre en el contexto del síndrome del "globo faríngeo" (antiguamente llamado "bolo" o "globo histérico", que es la sensación persistente o intermitente de tener un cuerpo extraño en la garganta, sin una causa orgánica que lo justifique). En tales casos, generalmente es útil consultar a un psicoterapeuta.
Disfagia: tratamiento
Las opciones de tratamiento para la disfagia dependen completamente de las causas. Tu médico primero determinará si la causa es física o psicológica. Luego prescribirá el tratamiento.
En el peor de los casos, cuando ya no se puede comer ni beber debido a la disfagia, se puede colocar una sonda nasogástrica, que se inserta a través de la nariz, o una sonda con gastrostomía endoscópica percutánea (PEG), que se inserta a través de la pared abdominal.
En casos menos severos, existen varias opciones de tratamiento que se pueden utilizar en cualquier etapa de la deglución, ya sea preoral, oral, faríngea o esofágica.
Las intervenciones terapéuticas correspondientes adoptan la forma de terapia del habla y la deglución. El objetivo principal es restaurar la sensibilidad en la boca y trabajar los diversos reflejos protectores, como el nauseoso, el de la tos o el de la deglución.
Se pueden utilizar masajes, ejercicios motores de grupos musculares, estimulación térmica, cambios de postura al comer, en la dieta y en la consistencia de las comidas. Licuar los alimentos hace que sea más fácil comer.
undefined
Consejos para mejorar la deglución
- Haz tu comida lo más apetitosa posible, así se estimula el flujo de saliva
- Sentarte con la espalda recta durante 20 minutos después de comer puede reducir el riesgo de aspiración.
- Tómate el tiempo suficiente para comer y evita la radio, la televisión y las conversaciones
- Deja de comer si presentas signos de aspiración, como voz ronca o tos
- Mantén un diario de platos, enumerando todos los alimentos y líquidos que toleras bien o que no.
5 remedios caseros para la disfagia leve
En muchos casos, los problemas agudos para tragar, causados por una infección vírica, no requieren tratamiento farmacológico. Por lo general, desaparecen por sí solos una vez que la inflamación ha sanado. Si deseas obtener alivio, puedes usar remedios caseros.
1. Beber mucho
Si sufres dificultades para tragar, debes aseguarte que bebes al menos dos litros de agua al día. El líquido ayuda a humedecer las mucosas atacadas por la inflamación.
Las infusiones de salvia o tomillo no sólo hidratan, sino que también poseen un efecto antiséptico y calmante sobre la garganta irritada. La leche tibia con miel alivia las mucosas irritadas.
2. Gárgaras con agua salada o infusión de salvia
Si quieres aliviar tus problemas de deglución con remedios caseros, también puedes hacer gárgaras con agua salada.
Simplemente disuelve media cucharadita de sal en una taza de agua tibia. Hacer gárgaras con infusión de salvia es aún mejor, porque posee efecto antiinflamatorio.
3. Inhalación de vapor con agua salada
La inhalación de vapor con agua salada también es beneficiosa para el dolor de garganta. Este método también se utiliza para humedecer mejor las membranas mucosas de la garganta y facilitar la deglución. Además, el vapor caliente tiene un efecto expectorante.
4. El calor tiene un efecto expectorante
El calor estimula la circulación sanguínea y tiene un efecto relajante y expectorante. Esto aliviará el dolor. La forma más fácil de mantener el cuello abrigado y caliente es con una bufanda.
Las envolturas cálidas para el cuello son otra forma de combatir las dificultades para tragar a través de remedios caseros. Puedes humedecer un paño con infusión de manzanilla, tomillo o salvia y envuélvelo alrededor de tu cuello. Para mantener el calor por más tiempo, envuelve una segunda toalla o bufanda alrededor del primer paño. El efecto calorífico dura entre 30 y 45 minutos.
5. Las compresas frías con quark ayudan con las dificultades para tragar
Algunos prefieren envolturas frías, que reducen la inflamación. El queso fresco tipo quark es muy adecuado para envolturas frías, ya que no toma la temperatura corporal tan rápido como el agua. El quark se extiende sobre un paño, al que se le da la vuelta una vez y se pone alrededor del cuello a modo de bufanda. También se puede recurrir a los packs de gel frío.