Una de cada tres mujeres sufre reglas dolorosas, dos de cada diez migrañas y siete de cada cien son diagnosticadas de fibromialgia. Vivir con algún tipo de dolor se está convirtiendo en algo habitual en nuestra sociedad que normalizamos a ciertas edades pero que cada vez sufren personas más jóvenes. El dolor suele ser un aviso del organismo de que algo no va bien pero a veces se convierte en una enfermedad por si misma.
La Dra. Carla Méndez Losi, es doctora en biología molecular y especialista en epigenética y microbiota. Actualmente, es coach de alimentación basada en vegetales y hábitos saludables y por su trayectoria profesional y su experiencia personal lidiando con el dolor crónico tras sufrir un cáncer de mama, presenta el libro "Despídete del dolor" (Ed. Planeta) centrado en los hábitos dietéticos para restaurar el equilibrio del cuerpo y dejar de tener dolor.
El método del libro está basado en tres pilares: la eliminación de toxinas, la nutrición antiinflamatoria basada en vegetales y la elevación emocional. Se trata de cambios que todos podemos aplicar y nos permiten conocer nuestro cuerpo y darle lo mejor para cuidarlo y equilibrarlo.
Ella misma pasó por este proceso de cambio y ahora realiza un acompañamiento integral desde el rigor científico de sus explicaciones para entender el dolor hasta las pautas más prácticas para comprar, cocinar y comer de una forma muy saludable. Como ella misma dice "si vives con dolor recuerda que la alimentacion es una de las claves que está en tu mano para cambiar".
Cómo es la nutrición antiinflamatoria
La mayoría de dolor tiene componente inflamatorio y está demostrado que hay alimentos que promueven los estados inflamatorios así que se trata de reducirlos al máximo.
Por nutrición antiinflamatoria vegetal la Dra. Méndez se refiere a comer más vegetales y menos procesados. Hay que priorizar la abundancia de hojas verdes, frutas, legumbres, cereales, frutos secos, setas, algas y tubérculos. La alimentación basada en vegetales sin productos procesados ha demostrado ser la estrategia con más evidencia científica para prevenir y revertir enfermedades, cuidar tu salud y mejorar la longevidad. Ya hay multitud de estudios que concluyen que comer más vegetales se asocia a vivir más años, como se demuestra en las zonas azules del palneta.
Evidentemente ante cualquier tipo de dolor hay que acudir al médico para detectar el origen del mismo y seguir las pautas y tratamientos que nos indique el especialista pero podemos ayudar a nuestro cuerpo en este trance de tratamiento o tras él: "tu plato tiene más poder que una pastilla cuando se trata de enfermedades crónicas", nos recuerda la doctora.
En este libro vas a conocer cuáles son los diferentes nutrientes que tu cuerpo necesita para combatir el dolor y sobre todo, los que no necesita para nada ya que además, le perjudican. Vas a descubrir hábitos para complementar tu alimentación como la elevación emocional y un paso a paso práctico para ponerlo todo en marcha.
Mañanas muy antiinflamatorias
En cuanto la alimentación, piensa que es un cambio que no se puede hacer de golpe. Lo mejor es ir adaptando poco a poco la alimentación a tu día a día, cambiando una comida completa durante unos días, después añadir otra, y así sucesivamente, viendo cómo el cuerpo reacciona y haciendo las adaptaciones necesarias. No se trata ni de un método milagro ni de una fórmula matemática, cada cuerpo debe escuchar y responder a sus necesidades.
Verás que uno de los ejes centrales son los zumos de verduras hechos de hojas verdes y vegetales (apio, pepino, hinojo, repollo, lechuga, zanahoria, remolacha, ajo...) ya que son una estrategia para introducir una alta densidad de nutrientes y bajar la inflamación.
Los batidos y zumos son un excelente tratamiento para superar la deshidratación y la falta de electrolitos cuando hay dolor crónico. "Con mis clientas he visto como tras un par de horas de tomar el zumo verde, el dolor de cabeza y la niebla mental bajaban o el estreñimiento que estaban sufriendo durante meses se corregía en una semana" detalla la Dra. Méndez y es que define a los zumos como un 'verdadero potenciador de nutrientes'.
tu desayuno paso a paso
El protocolo para las mañanas consiste básicamente en hidratarse muy bien con agua, zumos verdes y un desayuno con el menor procesamiento posible. Prioriza frutas, hojas verdes y algunos carbohidratos integrales.
- Notarás como tu cerebro empieza a pensar más rápido.
- Orinas más a menudo (ayudas al riñón a eliminar toxinas) y combates el estreñimiento si lo padeces.
- Al no ingerir grasas añadidas empezarás a regularizar tus picos de glucosa y a tener menos antojos y menos hambre súbita.
- Tu hígado tendrá la oportunidad de descansar y recargar su bilis para las siguientes comidas.
1. Aseo personal
Nada más levantarte limpia tus dientes y tu lengua. Así eliminas la carga bacteriana y fúngica que se forma por la noche en la boca evitando generar inflamación en el estómago al ingerir la comida o líquidos de primera hora de la mañana
2. Agua
Bebe un vaso de agua grande, del tiempo o tibia (no fría). Si toleras los cítricos agrega el zumo de medio limón o lima. Si tienes el estómago sensible usa agua de aloe (gel de aloe batido con agua) o una infusión de manzanilla. Empieza por 250 ml.
Espera media hora para tomar el zumo verde.
3. Zumo verde
Se recomienda empezar con un zumo de apio, entre 250 y 500ml en una toma. Puedes cambiar el apio por pepino o hacer una mezcla a partes iguales de pepino y apio.
No agregues fruta a este zumo de la mañana.
Espera 30 minutos para el desayuno.
4. Desayuno
La doctora recomienda 3 tipos de desayuno para ir combinando a lo largo de toda la semana.
Plato de frutas: de 3 a 4 raciones de fruta a tu gusto que sean de temporada. Puedes tomar solo un tipo o combinar y comer hasta sentirte saciada. No añadas frutos secos. Deberías comer este plato de fruta 3 o 4 veces por semana
Batido verde antiinflamatorio: 50 o 100 g de hojas verdes crudas (lechuga, espinaca, kale, flores de brócoli...) 2 cucharadas de semillas de chií, linaza o cáñamo molidos, y 2 o 3 raciones de fruta de temporada. Puedes añadir 2 o 3 tronquitos de brócoli o coliflor. Este batido se recomienda 2 o 3 veces por semana.
Cereales sin gluten o tubérculos: avena dorada con especias y 2 o 3 raciones de fruta o 2 rebanadas de pan sin gluten con un salteado de vegetales, puré de tomate y ajo, tubérculos al vapor (patata, boniato, batata, yuca, ñame, calabaza o plátano macho maduro) con hierbas aromáticas frescas y vegetales crudos. Lo deberías incluir 2 o 3 veces a la semana.
Después de desayunar espera una hora para beber agua o hazlo cuando sientas tu estómago vacío. No tomes café ni té, cámbialo por infusiones herbales sin cafeína y tómalas cuando no estés comiendo.
Al principio puede que tengas hambre una hora después del desayuno, es normal hasta que adaptes toda la alimentación del día. Puede comer algo más de fruta, algún tubérculo o cereal sin gluten u otro batido verde.