Aunque no todos los expertos están de acuerdo en cuáles son las necesidades de agua, el consejo más sensato es beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día, pero esto no es todo lo que necesitas saber. De hecho, hay bastantes cosas en las que te puedes equivocar a la hora de beber.
Los 6 fallos que debes evitar al beber agua
1. Beber agua muy fría
Especialmente en los días calurosos y algunas personas durante todo el año, nos gusta guardar el agua en la nevera o incluso poner unos cubitos de hielo en el vaso que nos acabamos de servir. Pero hacer esto no ayuda a refrescarnos más allá de la boca, porque el efecto es el contrario al deseado: el cuerpo debe mantener la temperatura interior estable y para corregir esa entrada de frío tiene que generar calor. En invierno solo obliga al cuerpo a aumentar su esfuerzo metabólico.
Debemos aprender del ejemplo de los pueblos nómada del desierto, que toman bebidas calientes para sobrevivir a los días calurosos. No hace falta que calientes el agua o que tomes solo infusiones, es suficiente con que tomes el agua a la temperatura ambiente.
2. Beber demasiada agua de golpe
No se puede beber demasiada agua ¿o sí? El color de la orina muestra muy claramente si estamos bebiendo con la frecuencia y la cantidad suficientes.
Si la coloración de tu orina se acerca más al color anaranjado o al color de la cerveza te indica que no has consumido suficiente cantidad de agua. Sin embargo, si la orina es casi incolora, es un signo de que estás tomando demasiada agua. Un color amarillo claro sería perfecto.
Si de golpe bebes demasiada agua te puede causar lo que se conoce como intoxicación por agua en el cuerpo. El exceso de agua no se elimina porque los riñones no dan abasto, el agua permanece en el cuerpo y diluye la sangre, lo que puede tener consecuencias potencialmente mortales. Pero no te preocupes, los problemas puede aparecer si te pasas de los 5 litros por día.
Si tienes sed, es que estás bebiendo demasiado tarde. Esta máxima circula con fuerza por la sociedad. Al parecer, de acuerdo con esta frase, el cuerpo ya estaría sufriendo de deshidratación en cuanto apareciera la sensación de sed. Así que tienes que beber continuamente para evitarlo. Pero esto no tiene mucha base científica. Lo correcto es hacer caso a las señales del cuerpo y beber cuando se tiene sed. Lo que les ocurre a muchas personas es que confunden la sed con otras sensaciones, como hambre o ansiedad.
4. Beber demasiado rápido
Cuando hace mucho calor en verano o cuando acabamos de terminar un entrenamiento intenso, la tentación de vaciar la botella de agua de golpe es grande. Pero ojo: si ingieres tanta agua, tu saliva se diluye muchísimo. Este es un factor importante para la digestión, ya que estimula los jugos digestivos del estómago. Si diluyes la saliva tanto, hay relativamente poca en tu sistema digestivo.
Esto evita que el cuerpo absorba el líquido correctamente. Tu vejiga se llena rápidamente y orinarás la mayor parte de esa agua. Tu cuerpo apenas tendrá el tiempo suficiente para almacenar agua y absorber nutrientes importantes.
5. Beber cualquier agua
No todo el agua es igual. La hay con más o menos minerales. En verano o después de hacer deporte se recomienda el agua que contiene minerales. Las cantidades moderadas de magnesio, calcio, potasio, sodio y cloruro son ideales para reponer las pérdidas que se producen a través de la orina y el sudor. Los deportistas pueden tomar bebidas ricas en sales para reponerlas después de hacer un ejercicio intenso. El agua de mineralización débil es más adecuada para los días tranquilos.
6. Beber demasiado poco
Repartidos durante el día, el cuerpo debe recibir entre 1,5 y 2 litros de agua para funcionar de manera óptima. Aunque sería más correcto decir que debes beber lo que necesitas en función de tu consticuión corporal, la temperatura ambiental, la humedad y la cantidad de ejercicio que hagas.
Si practicas una actividad física o sudas mucho, debes beber más. Sin embargo, mucha gente no logra beber lo suficiente a diario. Esto puede tener un efecto negativo sobre la concentración mental, la piel, el color de la orina y la circulación sanguínea en el cuerpo.
7. Beber de botellas de plástico
No es una buena idea porque los envases de plástico dejan micro y nanopartículas en el agua que nuestro cuerpo no necesita, desde luego. También pueden contaminarla con aditivos plastificantes. El crista y el acero son los mejores materiales para contener el agua.