A menudo, la toxicidad del entorno es muy elevada para que el cuerpo pueda gestionarla adecuadamente y puede saturar los órganos de eliminación: hígado, riñones, pulmones e intestino. El yoga estimula y fortalece estos órganos y el sistema linfático mejorando su funcionamiento. Es una forma no invasiva de desintoxicar el cuerpo y mantenerlo saludable.

YOga, una buena descarga para las emociones

A través de posturas precisas combinadas con la respiración profunda, que a la vez tonifica y desintoxica los pulmones, el yoga ejerce este estímulo sobre los órganos de eliminación, pero además funciona como una excelente descarga para las emociones.

No en vano, diferentes medicinas tradicionales, como la ayurveda de la India, la hipocrática o la medicina china, sostienen desde antiguo que cuando el hígado se sobrecarga aparece la ira, cuando se debilitan o sobrecargan los riñones surgen el miedo y la falta de vitalidad, y cuando se saturan los pulmones aparece la tristeza.

Practica durante 20 minutos en ayunas

La secuencia de yoga que te sugerimos en estas páginas son seis posturas detoxificantes. La puedes completar en tan solo 20 minutos, si no dispones de más tiempo.

Es mejor que la practiques en ayunas durante la fase circadiana de eliminación (de las 6 a las 12 de la mañana) para ofrecer un buen soporte a tu organismo. Te ayudará a sentirte ligero y a disfrutar de un cuerpo emocional sano y en equilibrio.

La mayoría de asanas que te proponemos ejercen beneficios integrales: fortalecen la musculatura de todo el cuerpo, especialmente del core, las piernas, los glúteos y los brazos.

La asana setubandha sarvangasana, por ejemplo, abre y tonifica los pulmones, aparte de activar la eliminación en los intestinos, tonificar los riñones y vitalizarte, mientras que otras posturas, como navasana, además de estimular la eliminación, reducen la grasa acumulada en la cintura y el vientre, combaten el estreñimiento y tonifican los riñones.

Respiración activa para comenzar

Antes de empezar la secuencia, siéntate en una posición cómoda y relajada, con la espalda erguida y practica un pranayama desintoxicante, como kapalabhati: puedes comenzar realizando tres series de cinco respiraciones rítmicas y forzadas, tomando aire por la nariz, llenando el estómago y exhalando también por la nariz, mientras desinflas el estómago y dejas salir todo el aire de golpe. Contrae ligeramente el estómago al inspirar y relájalo al exhalar.

Esta respiración ayuda a limpiar la mente, a la vez que aumenta la energía y purifica. También puedes respirar unos minutos larga y profundamente por la nariz, exhalando por la nariz o la boca.

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1.	Sin toxinas ni gases

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1. Sin toxinas ni gases

Apanasana. Túmbate boca arriba y con los brazos y las piernas relajadas, abraza tus rodillas sobre el pecho ligeramente.

Respira luego profundamente y con la exhalación acerca suavemente tus rodillas totalmente hacia el pecho, liberándolas un poco con cada inhalación.

Mantén esta postura durante unas 10 respiraciones y siente cómo las inhalaciones y exhalaciones masajean tus órganos abdominales.

Esta postura también te ayudará a tonificar los riñones y el hígado, a expulsar los gases, a equilibrar tu energía corporal y a conseguir una gran relajación tanto a nivel físico como mental.

2A.	Vitaliza tus riñones

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2A. Vitaliza tus riñones

Setubandha sarvangasana. Sobre la espalda, con los brazos estirados a los lados del torso y las piernas flexionadas, presiona el suelo con las manos y las plantas de los pies. Inhala, eleva la pelvis y exhala manteniendo la posición.

2B.	Vitaliza tus riñones

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2B. Vitaliza tus riñones

Inhala y estira una pierna y al exhalar bájala.

Repite 5 veces alternando las piernas. Cuando acabes, baja lentamente la pelvis hasta el suelo.

3.	Mueve los intestinos

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3. Mueve los intestinos

Paschimottanasana. Sentada con las piernas estiradas hacia delante y los dedos de los pies mirando hacia el cielo, inhala y estira bien los brazos hacia arriba, manteniendo la columna recta.

Exhala y flexiona la columna hacia delante desde las caderas, a la vez que alargas el torso, creando espacio entre las vértebras. Antes de que la columna se curve, detén el movimiento de flexión y baja los brazos.

Mantén la postura realizando cinco respiraciones completas.

Esta asana, conocida como la postura de la pinza, mejora la digestión, activa la motilidad intestinal y es muy beneficiosa en caso de estreñimiento.

4.	Activa la eliminación

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4. Activa la eliminación

Purvottanasana. Sentada con las piernas estiradas hacia delante, coloca las manos en el suelo detrás de las caderas en dirección a los pies.

Empuja el suelo con las manos y los pies, y levanta las caderas mientras inhalas.

Activa las piernas y los glúteos. Mantén la postura durante siete respiraciones.

Exhala, baja la pelvis y repite la primera postura durante cinco respiraciones. Estimularás las glándulas suprarrenales, el estómago, el hígado y el páncreas.

5.	Reduce grasas

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5. Reduce grasas

Navasana. Sentada en la esterilla con las piernas estiradas hacia delante, flexiona las piernas y apoya las puntas de los pies en el suelo.

Mantén las manos en el suelo al lado de las caderas. Exhala e inclina el torso hacia atrás y levanta las piernas flexionadas formando una «v» con el torso y los muslos. Busca el equilibrio sobre los isquiones.

Inhala y extiende hacia delante los brazos. Mete el ombligo hacia dentro y relaja los hombros. Mantén cinco respiraciones y relájate en savasana unos minutos.

6.	Detoxifica y rejuvenece

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6. Detoxifica y rejuvenece

Uttanasana. De pie, con los pies separados a lo ancho de las caderas, inhala y estira los brazos hacia el cielo, alargando la columna.

Exhala e inclínate hacia delante y lleva la cabeza hacia las piernas sin flexionar las rodillas, si es posible. Baja las manos hasta el suelo. Si no llegas, apóyalas en las espinillas.

Mantén la postura cinco respiraciones completas.

Además de estimular la digestión y la eliminación, la postura rejuvenece y alivia el dolor de cabeza, un síntoma habitual durante los procesos depuración.