A medida que cumplimos años, la necesidad de cuidar nuestro cuerpo de forma suave, pero efectiva, aumenta. Muchos buscan alternativas a ejercicios de alto impacto, como correr o levantar pesas, que pueden resultar duros para las articulaciones y más difíciles de sostener con el paso del tiempo. La buena noticia es que existe una alternativa que combina diversión, facilidades y grandes beneficios para la salud: el rebounding.

Este ejercicio, que está ganando mucha popularidad en España, se practica sobre una pequeña cama elástica, y es ideal para quienes desean fortalecer su musculatura y proteger sus huesos sin someterse a entrenamientos demasiado exigentes. A partir de los 50 años, mantenerse activo de forma equilibrada es clave, y el rebounding ofrece justo lo que necesitas para cuidar de tu cuerpo con el mínimo esfuerzo y el máximo disfrute.

¿Qué es el rebounding?

El rebounding es una forma de ejercicio que se realiza sobre una mini cama elástica, también conocida como trampolín de bajo impacto. Este tipo de entrenamiento es accesible y se adapta a cualquier nivel de condición física, puesto que permite realizar movimientos suaves y controlados que minimizan el impacto en las articulaciones.

A simple vista, puede parecer un ejercicio ligero, pero el rebounding tiene un impacto muy positivo sobre la salud. Saltar en la cama elástica no solo fortalece los músculos de todo el cuerpo, sino que también mejora la circulación, estimula el sistema linfático y favorece la quema de calorías. Lo mejor de todo, es que es un ejercicio muy divertido, por lo que es una opción perfecta para quienes preferiremos una rutina que sea entretenida y saludable al mismo tiempo.

Beneficios del rebounding a partir de los 50

No nos equivoquemos: el rebounding es un ejercicio perfecto para personas de cualquier edad. Pero, a partir de los 50, presenta algunos beneficios especialmente interesantes que merece la pena tener en cuenta.

  • Protección de los huesos. A medida que envejecemos, es habitual que perdamos densidad ósea. Esto aumenta la probabilidad de sufrir fracturas o condiciones médicas como la osteoporosis. El rebounding ayuda a contrarrestar este problema, puesto que el movimiento repetido sobre la cama elástica estimula la regeneración ósea y fortalece los huesos de forma segura.
  • Ganar músculo sin pesas. Saltar en una cama elástica significa utilizar múltiples grupos musculares al mismo tiempo. Desde las piernas hasta el abdomen y la espalda, todos los músculos del cuerpo se ven involucrados en los movimientos del rebounding. Esto permite tonificar sin cargar pesas o realizar entrenamientos de alto impacto sobre las articulaciones, como el running.
  • Mejora la coordinación y el equilibrio. A medida que se avanza en edad, mantener el equilibrio y la coordinación es esencial para prevenir lesiones y caídas. El rebounding favorece estas habilidades de forma natural, puesto que saltar sobre una superficie inestable obliga al cuerpo a trabajar para mantener la estabilidad.
  • Suavidad para las articulaciones. A diferencia de correr o realizar ejercicios de alto impacto, el rebounding es una actividad suave para las articulaciones. La cama elástica absorbe gran parte del impacto de cada salto, lo que la convierte en una opción ideal para personas que sufren problemas en rodillas, caderas o espalda.

¿Cómo empezar con el rebounding?

Seguro que en este momento te estás preguntando, ¿y dónde hago esto de saltar en camas elásticas? En España es cada vez más sencillo encontrar lugares especializados en los que practicar el rebounding, pero si prefieres hacerlo en casa, te contamos cómo puedes hacerlo.

  • Elige la cama elástica adecuada. Lo primero que debes saber es que hay diferentes camas elásticas, y para empezar con el rebounding lo ideal es optar por uno de tamaño mediano, con buena estabilidad y superficie antideslizante. Algunos vienen incluso con un manillar de apoyo, ideal para quienes necesiten mayor seguridad al saltar.
  • Comienza con movimientos suaves. Si eres principiante, no es necesario que empieces con saltos altos. Comienza con movimientos suaves, manteniendo los pies en contacto con la cama elástica mientras flexionas las rodillas de forma ligera. Estos pequeños rebotes son perfectos para empezar a trabajar el equilibrio y fortalecer los músculos.
  • Aumenta la intensidad gradualmente.  A medida que ganes confianza y fuerza, puedes empezar a aumentar la intensidad de los saltos y probar con movimientos más complejos, como saltos con elevación de rodillas o cambios de dirección.
  • Practica con regularidad. Para que el rebounding sea efectivo, lo ideal es practicarlo unas tres veces por semana, en sesiones de entre 20 y 30 minutos. Con el tiempo, notarás que ganas resistencia, fuerza y equilibrio.