Una mente en paz y relajada promueve un sistema nervioso autónomo en equilibrio y, por consiguiente, todos los sistemas funcionan mejor.
En cambio, cuando estamos estresados o preocupados, el cuerpo activa, a través del sistema nervioso central, una respuesta de alerta en que los recursos del cuerpo se desvían hacia los músculos para prepararnos para la huida, lo que dificulta el funcionamiento del sistema digestivo.
El yoga, a través de sus posturas junto con las técnicas de respiración consciente, actúa de forma muy beneficiosa para calmar el sistema nervioso simpático y estimular el parasimpático, que es el que promueve, entre otras funciones vitales, el descanso y la digestión.
Cuando tu sistema nervioso recibe señales de que estás a salvo, se activa la digestión y la absorción de nutrientes.
posturas que son un masaje
Como decía el doctor Manuel Lezaeta, "no nos nutrimos de lo que comemos, sino de lo que digerimos". Lo que no digerimos no solo nos afecta físicamente, sino también a nivel emocional.
En la siguiente secuencia de yoga, las posturas actúan como un masaje tonificante sobre los tejidos blandos del cuerpo, y los órganos del sistema digestivo se comprimen en cada asana, estimulando la salida de los líquidos retenidos en los tejidos y, a la vez, movilizando los desechos estancados en los intestinos para favorecer la eliminación.
Otra cosa que ocurre en la práctica de estas posturas de yoga es que, al movilizar y estirar el cuerpo, aumenta el peristaltismo intestinal y los fluidos y los nutrientes circulan sin dificultad hacia las células.
Una forma poderosa de liberar el estrés
Una buena digestión es clave para gozar de una salud radiante y, a la vez, un sistema nervioso equilibrado es fundamental para una buena digestión.
La forma en como digerimos es un reflejo de cómo están nuestra mente y nuestras emociones, y al revés: así como es nuestro cuerpo psicoemocional será nuestra digestión.
La respiración consciente que acompaña a la práctica de estas asanas, además de enviar oxígeno a las células del cuerpo, aumentar la absorción de los nutrientes y excretar los productos de desecho, ayuda a reducir la carga que representa el estrés.
La respiración 4-6-8
Para potenciar el efecto relajante debemos alargar al doble la exhalación: inhala en cuatro segundos, retén la respiración seis segundos y exhala en ocho segundos. Esta respiración crea una respuesta de relajación poderosa que te permitirá activar el sistema nervioso parasimpático.
6 POSTURAS DE YOGA PARA EL SISTEMA DIGESTIVO
La respiración 4-6-8 es la que proponemos para realizar durante la siguiente secuencia.
1. Gana calma y equilibrio
Adho mukha svanasana.

CUERPOMENTE
- Colócate en la esterilla en la postura de los cuatro apoyos, sobre las manos y las rodillas.
- Al exhalar, levanta la pelvis hacia arriba y estira las piernas. Relaja los hombros, la cabeza y la mandíbula, con los brazos estirados hacia delante, en línea con la espalda y formando una «V» invertida.
- Empieza el pranayama 4-6-8: inhala en cuatro tiempos, retén la respiración a pulmón lleno en seis tiempos y exhala en ocho tiempos.
- Mantén la postura tres ciclos más y luego descansa, llevando las nalgas hacia los talones. Observa seguidamente esta nueva versión de ti, más calmada y equilibrada.
2. crea FUEGO INTESTINAL
Ashwa sanchalanasana

CUERPOMENTE
- Desde adho mukha svanasana, la postura anterior, coloca el pie izquierdo entre las manos.
- Asegúrate de que la rodilla esté alineada con el tobillo y el hombro.
- Empuja el suelo con las manos, alarga la columna y mira hacia delante. Estira la pierna derecha hacia atrás.
- Respira tres veces con la respiración 4-6-8 y luego repite con la otra pierna. Aparte de crear fuego intestinal, esta postura tonifica el hígado y los riñones.
3. elimina gases y fluye
Malasana

CUERPOMENTE
- Con esta postura estimulamos los intestinos para permitir que nuestras digestiones fluyan.
- De pie, separa las piernas a lo ancho de la esterilla. Inhala y junta las manos delante del corazón en anjali mudra, o postura de oración.
- Exhala y siéntate de cuclillas sobre tus talones. Si te resulta complicado mantenerte así o se te levantan los talones, puedes colocar una manta enrollada debajo de ellos.
- Empuja con los codos para abrir las rodillas y el pecho.
- Respira tres veces al ritmo 4-6-8 y enfócate en llevar la exhalación hacia la zona abdominal, sintiéndola fuerte. Luego, siéntate en el suelo y prepárate para la siguiente postura.
4. torsión y movilización
Ardha matsyendrasana

CUERPOMENTE
- Sentada, cruza la pierna derecha por encima de la izquierda, que puede estar flexionada o estirada. Abraza la rodilla derecha con el brazo izquierdo. Inhala y alarga el torso.
- Exhala y gira el torso hacia la derecha.
- Relaja los hombros y la cara y sonríe. Respira 4-6-8 durante siete ciclos e inhala volviendo a tu centro. Cambia de lado.
5. limpia y refresca
Parivrtta janu sirsasana

CUERPOMENTE
- Sentada con la pierna izquierda estirada hacia el lateral y la derecha flexionada hacia el suelo pélvico, inhala, alarga el torso y estira el brazo derecho hacia el cielo.
- Al exhalar, flexiona el torso hacia el pie izquierdo, manteniendo el pecho abierto.
- Mantén los hombros alineados. Coloca el brazo izquierdo cómodamente sobre el suelo o sobre la pierna.
- Relaja la cabeza y respira suavemente 4-6-8 durante cuatro ciclos, cambiando luego de lado.
6. masajea el abdomen
Paschimottanasana

CUERPOMENTE
- Sentada con las piernas estiradas hacia delante, inhala y alarga el torso.
- Luego, exhala e inclínate lentamente hacia delante, manteniendo la columna recta.
- Al inhalar, estira el torso; y al exhalar, flexiónate.
- Continúa varias respiraciones y descansa sobre la espalda, estirada en savasana.
- Cada vez que te flexionas hacia delante creas una compresión suave que masajea y estimula todos los órganos abdominales, lo que mejora la digestión y la eliminación de elementos tóxicos.