El efecto Dunning-Kruger alude a esas personas que, aún teniendo habilidades o conocimientos básicos sobre un tema, se consideran expertas en este. Al mismo tiempo, las verdaderamente expertas en la materia, subestiman sus competencias, se muestran más humildes y son conscientes de lo que aún les queda muchísimo por aprender o mejorar.
Este efecto psicológico es uno de los sesgos cognitivos más paradójicos que existen y, a la vez, más habituales. Seguro que tú misma lo has experimentado o has conocido a alguien que lo sufre habitualmente.
Efecto Dunning-Kruger: ¿qué es?
Los psicólogos David Dunning y Justin Kruger observaron que algunas personas incompetentes no son capaces de autoevaluar sus conocimientos o capacidades de forma objetiva, por lo que tienden a sobreestimar sus habilidades. Por otro lado, las personas expertas en un tema, son más conscientes de lo que les queda por aprender y se muestran más humildes (el “solo sé que no sé nada” de Sócrates)
Se le denomina sesgo cognitivo porque supone una distorsión de la realidad y produce una visión parcial e irreal sobre las propias capacidades. En el fondo, el Dunning-Kruger representa un problema de metacognición, es decir, de la capacidad para analizar nuestros procesos mentales.
Efecto Dunning-Kruger: ejemplos
Un ejemplo clásico del efecto Dunning-Kruger es el de la corriente terraplanista. Personas sin conocimientos básicos sobre astronomía, física, óptica, matemáticas, trigonometría o biología, están convencidos de que la tierra es plana.
Por otra parte, los científicos de todas las ramas del conocimiento, están continuamente realizando experimentos, poniendo a prueba las teorías existentes y proponiendo nuevas hipótesis para mejorar el conocimiento, conscientes de todo lo que aún tenemos por descubrir.
Otro ejemplo puede ser el de alguien que cree ser un excelente conductor, pero que, en realidad, comete muchas infracciones y provoca accidentes por sus imprudencias. Suele ocurrir que estas personas nunca son conscientes de sus errores; siguen creyendo que son buenos conductores y que la culpa de sus accidentes siempre es de los demás.
efecto Dunning-Kruger: test de autoavaluación
El efecto Dunning-Kruger pasa desapercibido para la persona que lo sufre. Al ser un error en la metacognición, la persona ni siquiera puede imaginar que está equivocada. De hecho, puede que hasta tú lo sufras en algunas áreas de conocimiento. Nadie es inmune al efecto Dunning-Kruger ¿Qué podemos hacer, entonces, para detectarlo?
Un primer paso para detectar el Dunning-Kruger es evaluar el nivel de metacognición, es decir, la parte que analiza los propios procesos mentales para detectar si estamos en lo cierto o si podemos estar cometiendo errores, aunque no nos demos cuenta. Para evaluarlo, plantéate estas preguntas:
- ¿Sueles pensar que sabes más que los demás sobre los temas de los que hablan?
- ¿Crees que puedes seguir aprendiendo o que ya has alcanzado un elevado nivel de conocimiento?
- ¿Piensas sobre tus propios procesos mentales? ¿Te autocuestionas?
El segundo paso para detectar el efecto Dunnink-Kruger es ponernos a prueba. Este paso requiere un cierto nivel de valentía, ya que puede suponer el descalabro de algunas ideas firmes que creamos tener sobre nosotros mismos.
- La prueba consiste en realizar un cuestionario sobre un tema específico, sobre el que creamos que tenemos grandes habilidades, y comparemos la puntuación que saquemos con la que nos hubiésemos otorgado en un principio, antes de hacer la prueba.
Por ejemplo, para las personas que están convencidas de sus habilidades superiores como conductores, puede ser útil pasar un test de examen de conducir. Si la puntuación real es significativamente inferior a sus expectativas previas, podemos decir que sufre Dunning-Kruger.
Cómo prevenir el efecto Dunning-Kruger
Para remediar el efecto Dunning-Kruger, necesitamos ser conscientes de nuestros errores y limitaciones. Para ello, se pueden seguir estos consejos básicos:
- Buscar la opinión y el consejos de los verdaderos expertos en un tema determinado. Debemos estar dispuestos a escuchar las críticas constructivas, de esta forma, mantendremos una mente abierta que nos ayude a crecer y a avanzar.
- Debemos practicar la reflexión y la autocrítica, nunca dando nada por sentado, sino cuestionando nuestras creencias y sus motivos de forma constante para realizar los ajustes que sean necesarios. Para realizar este paso, debemos mantener una actitud humilde y dispuesta a aceptar posibles equivocaciones.
- Por último, es imprescindible hacer búsquedas de información en diferentes fuentes, para contrastar y poder sacar conclusiones. El peligro del Dunning-Kruger es que suele ir unido a otro sesgo, el de confirmación (solo buscar información que confirme nuestras creencias). Debemos romper este sesgo buscando fuentes variadas y opiniones diferentes.