Piensas y vuelves a pensar. Lo que hiciste, lo que podrías haber hecho mejor, lo que está por venir. Sobrepensar puede convertirse en un círculo vicioso, en un auténtico infierno personal, que consume tu energía hasta la extenuación y te aleja irremediablemente del presente. Es una lucha constante en la que muchas vivimos, a veces sin saber cómo frenarla. Pero… ¿Y si hubiera una forma sencilla y efectiva de ponerle freno?

Carolina París, conocida por compartir herramientas prácticas de gestión emocional en Instagram, nos presenta una técnica que aprendió estudiando psicología y que ella misma utiliza cuando entra en este círculo vicioso de la rumiación mental: la técnica de la butaca. “Es fácil, es rápida, con mucha evidencia científica y la utilizamos en terapias de aceptación y compromiso cognitivo conductual”, explica la experta. Solo nos queda hacerte una pregunta. ¿Estás lista para dejar de sobrepensar?

El arte de mirar desde la butaca

Cuando notes que tu mente va a mil por horas y estás dándome mil vueltas a uno o varios asuntos sin parar, prueba con este ejercicio que nos recomienda Carolina París. Imagina que estás en una sala de cine. En la pantalla, se proyecta una película en la que tus pensamientos son los protagonistas. Hay actores y actrices, que dramatizan todos esos pensamientos que no te dejan descansar. Cada detalle de lo que hay en tu mente. Y tú, desde la butaca, los observas.

Aquí, en esta distancia, está la clave de la técnica. Tú no eres tus pensamientos, no eres parte de la película, no estás obligada a quedarte a verla.

La técnica de la butaca es, en términos psicológicos, una forma de “de fusión cognitiva”, explica París a sus seguidores. El objetivo de este tipo de técnicas es ayudarnos a identificar y distanciarnos de nuestros pensamientos negativos o limitantes, de forma que estos dejen de dominar nuestras conductas y emociones.

De esta manera, al dejar de identificarte con ellos, puedes observarlos sin que tengan poder sobre ti. Carolina nos invita a interactuar con este escenario imaginario, para mejorar su eficacia. “Puedes hablar a la pantalla y decir: ¡Vaya película de mierda!”, sugiere a sus seguidores. Este simple acto de observación y desapego puede marcar una enorme diferencia en la manera en la que manejas tu mente.

Respaldo científico

La técnica de la butaca no solo funciona en la práctica, sino que cuenta con un amplio respaldo científico. Este recurso para gestionar el sobrepensamiento forma parte de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), y la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), ambas con una amplia evidencia en el tratamiento de la ansiedad, el estrés y los pensamientos obsesivos.

Cuando aplicas esta herramienta, obtienes beneficios tanto a corto como a largo plazo. En el momento, reduces la angustia y evitas quedar atrapada en un bucle de pensamientos negativos. Con el tiempo, trabajas en desarrollar tu flexibilidad cognitiva, una habilidad clave para la salud mental.

Un truco para maximizar su eficacia

Carolina París no solo comparte con nosotros esta técnica que tanto merece la pena tener en cuenta, sino que además nos da un truco adicional personal que ella misma usa para conseguir mayor eficaz con el truco de la butaca. Y es que, como es una práctica imaginativa, darle un toque de humor puede marcar la diferencia.

París nos invita a abordar la situación con humor. Imagina que los actores y actrices que ven en pantalla tienen voces ridículas y exageradas, y respóndeles con burla.Añade cualquier elemento a tu imaginación que fomente el sentido de ridículo y te ayude a desligarte de esos pensamientos. Y si te hace reír, mejor que mejor. La idea es reducir el impacto emocional de esos pensamientos, quitarles seriedad.

Carolina lo explica con un ejemplo práctico: “Pon una voz divertida o ridícula a tú yo sentado en la butaca, burlándote de esos pensamientos que te están haciendo la vida imposible. Por ejemplo: ‘Que sí, que ya lo sé, que piensas que nos vamos a morir de hambre. Pero, chica, que no te enteras de la realidad. ¡Déjame en paz!’” Este ejercicio, además de ser liberador, te ayudará a ver tus pensamientos desde una perspectiva más ligera, con mayor distancia.