El rojo vuelve a llevarse, el animal print ha cobrado más fuerza que nunca y volvemos a ver esas faldas circulares preciosas que nos recuerdan a los años 50. Las modas siempre vuelven, o eso se suele decir. Pero lo que pocos habían imaginado es que, en pleno siglo XXI, Marco Aurelio, Epicteto o Séneca volvieran a ser trending topic. El estoicismo está de moda, o quizá jamás dejó de estarlo. Su forma de entender el mundo conecta con la humanidad más que nunca, en un mundo en el que las tentaciones y distracciones han tomado tantas formas distintas.
Y, sin embargo, pese a su crecimiento popularidad, pocas veces oímos hablar de la simpatía estoica. ¿Te suena este término? Para los estoicos, era la herramienta más poderosa con la que podía contar quien buscaba enfrentarse a la tristeza y al sufrimiento, en un intento de alcanzar la paz interior. Hoy te contaremos en qué consiste esto de la simpatía estoica, cómo puede ayudarte a superar la tristeza y, lo más importante, cómo aplicarla en tu vida para llevar una existencia más equilibrada y serena.
¿Qué es la simpatía estoica?
La simpatía estoica, aunque menos conocida que el autocontrol o la virtud, es uno de los pilares fundamentales del pensamiento estoico. Y es crucial para llevar una vida equilibrada y serena. En esencia, la famosa sympátheia (del griego clásico) se trata de comprender la conexión profunda que existe entre todos los seres humanos y, por ende, nuestra capacidad para ser empáticos con los demás y con nosotros mismos. Si lo piensas, se parece en cierta medida al uso que nosotros damos a esta palabra.
Marco Aurelio, uno de los grandes pensadores estoicos, afirmaba en sus Meditaciones que “todas las cosas están entretejidas entre sí y, por lo tanto, tienen afinidad entre sí”. Es decir, que en el universo nada está completo y realmente aislado. Todo lo que nos rodea se vincula de alguna forma, y solo la manera en la que nos relacionamos con los demás puede permitirnos reconocer esta conexión.
Esta simpatía, sin embargo, no puede hacer que el sufrimiento ajeno se convierta en propio. Los estoicos pensaban que, si bien las emociones son naturales, no siempre debemos identificarnos con ellas. Y, mucho menos, permitir que dominen nuestras acciones. Se trata, más bien, de una actitud de comprensión, de reconocer que dolor y alegría son parte de la experiencia humana universal. Algo que nos conecta, y que nos afecta a todos, pero que podemos abordar con una visión más amplia gracias a la simpatía.
¿Cómo puede la simpatía estoica ayudarte a lidiar con la tristeza?
La tristeza es una emoción natural y, por tanto, es inevitable. Eso es lo que nos dicen los estoicos. Sin embargo, gracias a la simpatía estoica podemos verla como lo que es. Una emoción natural que comparten todos los seres humanos. Y al entender que todos estamos interconectados, podemos al fin abordar la tristeza con una perspectiva más amplia y compasiva.
Es decir, lo que los estoicos nos proponían con la sympátheia es dejar de resistirnos a la tristeza y, en su lugar, aprender a aceptarla como parte de la experiencia humana, para así buscar formas de superarla que nos ayuden a crecer y a fortalecer nuestra resiliencia. La simpatía estoica es, por tanto, una forma de mirar. Y para educar esta mirada estoica, debemos empezar a practicar estos cuatro hábitos:
Practicar la aceptación de lo incontrolable
Lo primero que necesitas para adoptar la simpatía estoica como forma de ver el mundo es reconocer que no todo está bajo tu control. Los estoicos nos enseñaron que enfocarnos en nuestras propias reacciones, aceptando con serenidad aquello que no podemos cambiar, reduce la frustración y promueve la paz interior.
Cultivar la empatía y la compasión
El siguiente paso es entender que todos compartimos la misma experiencia humana. Es aquello a lo que los estoicos se referían con sympátheia. No eres la única persona que sufre, todos lo hacemos, todos enfrentamos dificultades. Son parte de la vida en sí misma.
Este ejercicio de empatía y comprensión te ayudará a conectar más profundamente con los demás, y también reducirá tu peso. Saber que no eres la única persona que sufre te alejará de tu dolor, te ayudará a ser mejor compañera en los malos momentos y aliviará la pesada carga de la soledad.
Vivir de acuerdo con la naturaleza
Ahora que has entendido que sufrir es natural, y que no estás sola en el sufrimiento, toca adaptar tus reacciones y decisiones a tu propia naturaleza humana, al orden mismo del universo. Para ello necesitarás los cinco pilares del estoicismo: virtud, sabiduría, justicia, coraje y templanza. Deben guiar todas tus decisiones, debes estudiarlo, abrazarlos y jamás olvidarlos.
Dar las gracias cada día
Dedica tiempo cada día para reflexionar sobre lo que tienes y todo lo que has logrado. Cultivar la gratitud es esencial para que mantengas una perspectiva positiva y aprecies el presente en su medida exacta. Esto es esencial si quieres fortalecer tu resiliencia. Además, al mirar el mundo con sympátheia descubrirás lo que te conecta al mundo en sí mismo, a todos los que te rodean, algo por lo que debemos sentir gratitud y paz.