El mito griego de Narciso versa sobre un bello y engreído joven que rechazaba de malas maneras a sus pretendientes y fue condenado por los dioses a enamorarse de su propia imagen reflejada en el agua, tanto que acabó ahogándose en un estanque para alcanzarla.

Del mismo modo, las personas narcisistas solo tienen ojos para sí mismas, para satisfacer sus deseos, y buscan manipular y aprovecharse de aquellas personas a las que se acercan, a las que aislarán y sacarán toda la energía. Y no solo las encontramos en nuestras relaciones amorosas, también en la familia, en el trabajo o entre las amistades. 

Son personas con una gran capacidad para mentir, manipular y hacerse pasar por víctimas frente a los demás, que desprenden sentimientos negativos constantemente. Su presencia provoca una sensación de malestar y nos impide ser nosotros mismos. Y después de haber pasado un rato con ellos, dejan una sensación de vacío y de baja moral, en contraposición de lo que ocurre cuando cuando hemos estado con personas que queremos y nos benefician, que nos dejan con una sensación de optimismo y alegría. 

Qué perfiles buscan los narcisistas

Es importante saber identificar y apartar a este tipo de perfiles de nuestra vida y a ello ayuda el libro de ¡Sal de mi coco ya! Cómo superar las rumiaciones mentales de la doctora en medicina especializada en psiquiatría Marine Colombel, que también ayuda a evitar y alejar los propios pensamientos tóxicos. 

Todo el mundo puede convertirse en víctima de una persona narcisista y manipuladora en algún momento de su vida, pero la especialista describe cuatro rasgos principales que suelen buscar y que, si los reconoces en ti mismo, debes estar especialmente alerta.

1. Personas demasiado empáticas

La empatía, la habilidad de ponerse en el lugar del otro y entender sus sentimientos y su visión del mundo desde su perspectiva, es una cualidad positiva y necesaria para construir relaciones saludables y para estar bien con nosotros mismos.

Sin embargo, un exceso de empatía puede hacernos más vulnerables frente a aquellas personas que buscan aprovecharse del otro y que abusarán de este rasgo de la personalidad para intentar llamar la atención.

Las personas hiperempáticas, “pueden incluso anteponer las necesidades y los deseos de los otros antes que los propios”, explica Colombel. Tanto en el ámbito laboral como en las relaciones personales, si eres una persona empática debes poner ciertos limites para evitar que los manipuladores se aprovechen de tu buena fe.

2. Personas que se Entregan demasiado

Las personas que son demasiado entregadas, ya sea en el trabajo o en la vida amorosa, tienen un mayor riesgo de topar con personas que se aprovechen de ellos. Y es que, tal como explica la experta, “su trabajo o su relación resultan lo suficientemente importantes para justificar sacrificios por su parte”.

Son personas a las que les cuesta ver cuando parar, cuando ya han dado lo suficiente, por lo que pueden acabar totalmente exprimidas.

3. Personas con un funcionamiento diferente

Las personas narcisistas tienen un radar especial para detectar en los demás rasgos o “diferencias” en sus víctimas, ya sea algún rasgo físico, el origen social, las convicciones religiosas… y pueden utilizarlo para aislarlas de su entorno.

Se valdrán de esta diferencia para presentarse primero como ‘protectores de la diferencia’, explica, para después rebelarse contra su víctima y acusarla precisamente de esa diferencia que antes supuestamente protegían.

4. Personas que están en una situación vulnerable

Ya sea a nivel económico, familiar o psicológico, estar en una situación vulnerable es otro riesgo que pueden aprovechar los manipuladores y narcisistas para aislar a las personas. Estas situaciones, tal y como explica la especialista, “resultan puertas abiertas para manipular a la víctima”.

Conviene ser muy consciente de las características que nos ponen en riesgo de caer en las redes de los manipuladores para poder estar alerta y evitarlo. A veces, no obstante, solo nos damos cuenta de la situación una vez ya hemos caído en ella. Sin embargo, “trabajando en uno mismo, reconectando con personas beneficiosas o incluso eligiendo poner fin a la relación, siempre es posible Salir de la influencia de una personalidad tóxica”, asegura Colombel, que en su libro ofrece todas las claves para conseguirlo.