¿Cuántas veces hemos pensado que la solución a un problema estaba fuera de nosotros mismos? No me refiero a la ayuda que te puede brindar un medicamento o un psicólogo, sino a ciertos comportamientos escapistas como ir de compras, beber alcohol o comer en exceso para saciar el hambre emocional o la ansiedad.
A menudo, creemos que una vida de excesos y lujos ostentosos nos hará más felices, sin embargo, la naturaleza está llena de belleza y si la observamos con atención, podremos aprender como la sencillez suele ser la solución para casi cualquier cosa.
¿Qué es el minimalismo espiritual?
¿Has pensado alguna vez aquello de "cuando tenga esto seré feliz" o "cuando haya alcanzado este objetivo me sentiré realizado"? Tales pensamientos no son más que trampas para no dejar nunca de ser conejos persiguiendo una zanahoria.
Tal y como estás ahora, en el momento presente, ya lo tienes todo para estar bien. Recordemos la frase del famoso autor de El Poder del Ahora, Eckhart Tolle: “Acepta todo. Cualquier cosa que el presente te ofrezca, acéptalo como si lo hubieses elegido. Trabaja con lo que tengas, no en su contra.”
Y justamente de eso va el minimalismo espiritual: de encontrarte en el presente y observar tu estado y pensamientos.
Cada persona tendrá una definición distinta de la palabra espiritualidad, sin embargo, es común que cuando te inicias en estos temas sientas que necesitas muchas cosas externas a ti para llevar a cabo tus prácticas: un altar, incienso, representaciones de deidades o santos, etc.
Dependiendo de tu tipo de práctica espiritual, sentirás que necesitas unas cosas u otras.
Sin embargo, el minimalismo espiritual también mantiene la práctica muy simple y quiere volver a la base de todo: la relación que mantienes contigo y como te sientas en comunión con el mundo.
Si te gusta sumar elementos externos a tu práctica, está bien, por supuesto. No obstante, hacer un ejercicio de simplicidad de tanto en tanto puede tener grandes beneficios.
Beneficios del minimalismo espiritual
- Te permite conectar con el momento presente sin florituras ni excusas.
- Puedes observar la grandísima cantidad de cosas que solamente dependen de ti.
- Vives con más libertad porque cuando no dependes de nada externo tienes más autodeterminación.
- Disfrutas mucho más de las pequeñas cosas de la vida y también de las comodidades.
- Aprendes a relativizar todo lo que sucede a tu alrededor y también aquello que no depende de ti.
- Sabes dónde tienes el centro y aprendes a sentirte con mayor equilibrio.
Cómo practicar el minimalismo espiritual
El minimalismo espiritual es una práctica radical por su simplicidad. Puesto que pone el foco siempre en lo que a ti te funciona y en lo que tú necesitas cómo ser humano. Está exento de modas porque tú moldeas y creas tu propio minimalismo espiritual.
Sin embargo, considero que cualquier práctica minimalista espiritual debe de tener estos tres elementos:
- Conexión con el presente. Ir tomando contacto con el momento presente a lo largo del día mediante respiraciones conscientes, ejercicios de mudras, deportes, alimentación consciente, etc. Cualquiera actividad que tú ya lleves a cabo de forma cotidiana, pero sumándole la intención de mantener la mente en el presente.
- Mantener la práctica simple. Si quieres tener un cojín de meditación, tener solamente uno. Si quieres tener un cuarzo rosa, tener solamente uno. Si quieres tener una vela para crear un ambiente en tu habitación de meditación, tener solamente una. Tener poco, que sea bueno y cuidarlo mucho. Así valoramos más todo lo que tenemos.
- Poner el foco en ti. La práctica espiritual puede resultar intensa precisamente por este motivo porque todo lo que sucede fuera se convierte en un reflejo de cómo estás por dentro. Cuando asumes esto como una verdad y un principio, practicas la responsabilidad masiva por tu vida y puedes empezar a cambiarla.
La meditación del minimalismo espiritual
Esta meditación guiada se basa en la respiración, puesto que es el principio más básico para practicar bien la meditación y en la observación del presente.
- Puedes hacer esta meditación en cualquier momento del día.
- Podría ser interesante practicarla en un espacio donde hayas cosas por observar, por ejemplo, en plena naturaleza, en la ciudad o en una habitación con objetos.
- Mejor haz esta meditación sentado en una silla con la espalda erguida, pero sin tensión. Así seguro que no te duermes y seguirás estando cómodo.
- Si te apetece, puede resultarte gratificante hacer la meditación con auriculares. Sentirás el sonido más envolvente y podrás aislarte mejor del exterior.
- Si durante la meditación necesitas moverte, adelante. Si estás incómodo, por favor, recolócate en una postura más cómoda con movimientos suaves.
- Si puedes, descárgate toda la meditación y luego pon tu dispositivo en modo avión.
Deseo que disfrutes mucho de este ejercicio. ¡Recuerda tratarte siempre con mucha compasión y respeto!