La mente analítica es incapaz de captarlo y de saberlo todo, mientras que la mente subconsciente (como a veces se denomina la intuición) nos puede procurar otra clase de información, detalles que van más allá de lo obvio. Pero, ¿de dónde viene este sexto sentido y cómo activarlo?
¿es intuición?
La intuición a veces nos llega a través de corazonadas o de sensaciones que se despiertan en el cuerpo, como un hormigueo, un leve escalofrío o la sensación de incomodidad que, sin razón aparente, sentimos al estar ante una persona o en un determinado lugar.
La intuición se expresa también en forma de premoniciones, a veces incluso colectivas. Según informes locales, en 1950 una iglesia de Beatrice, Nebraska, ardió repentinamente a causa de un rayo que impactó en el templo justo a la hora a la que debía ensayar el coro. Milagrosamente (o no), nadie resultó herido porque la iglesia estaba vacía. Los distintos miembros del coro llegaron tarde, estaban enfermos o, simplemente, no se presentaron en el ensayo. ¿Afortunada casualidad o premonición colectiva?
¿y SI la intuición nace en el instestino?
A veces el cuerpo nos avisa a través de lo que podríamos llamar la sabiduría de los intestinos. Tal como afirman la neuróloga Nazareth Castellanos o el investigador estadounidense Michael D. Gershon en The Second Brain (El segundo cerebro), el intestino tiene un papel tan central en nuestra vida que, en la práctica, supone un segundo cerebro. De hecho, está íntimamente conectado al sistema nervioso, que determina el bienestar físico y emocional.
La sociedad actual a menudo nos impide escuchar lo que nos susurra el intestino, pues priorizamos las normas u obligaciones. Especialmente en la edad adulta, tendemos a estar desconectados de esa brújula interna que nos puede señalar nuevas oportunidades o, incluso, salvar la vida.
La investigadora en neurociencia Nazareth Castellanos presenta la siguiente ecuación: «El corazón percibe, el intestino siente, el cerebro interpreta». Y es justamente así: aunque el cerebro se considera el órgano más importante, sería incapaz de comprender el mundo sin la participación de los otros dos.
El intestino y el corazón nos aportan información imprescindible para navegar por la vida, aunque, en el reino Matrix de la mente, relegamos la sabiduría de estos centros a un papel secundario.
Estos otros «cerebros» nos han guiado durante milenios, por más que la cultura de la mente haya predominado en los últimos cinco siglos.
¿para qué sirve la intuición?
Participen o no los intestinos en ella, la intuición es una comprensión repentina que ayuda a tomar decisiones con una información que la mente analítica es incapaz de registrar conscientemente.
- Un ejemplo típico es cuando nos presentan a alguien que no nos gusta, sin una razón lógica para ello. Si desobedecemos a la intuición, podemos toparnos más adelante con consecuencias desagradables de las que nuestro sexto sentido ya nos había advertido.
La intuición bebe de la información almacenada en el inconsciente, de la comunicación no verbal, de la intercepción o la consciencia sobre los estados internos del propio cuerpo y, sobre todo, de las señales que recibimos a través de este. Nos llega a través de todos estos caminos, en lugar de seguir la lógica racional.
¿Cómo activar la intuición?
Para afinar nuestro sexto sentido, podemos salir del pensamiento racional y dejar que la mente subconsciente haga su trabajo extraordinario, abriendo compuertas a sentir y percibir al menos unos minutos cada día.
Estos pasos te pueden ayudar:
- Desarrolla tu atención plena con mindfulness: Entrénate a sentir y percibir lo que está en el momento presente. Practica la respiración consciente cada día un mínimo de 5 minutos, a la hora que te vaya bien.
- Utiliza ese tiempo para darte cuenta de cómo estás y cómo te sientes. Percibe lo que ocurre en las distintas partes de tu cuerpo. Ofrece tu respiración a las partes que estén con tensión.
- Observando tu cuerpo, pregúntate: ¿hay alguna imagen o una emoción concreta que relacionas con esa parte de tu cuerpo? ¿Qué está tratando de decirte?
- Puedes llevar un diario en el que recojas en estas sesiones. Tal vez haya sensaciones recurrentes... Te servirá para ir tomando conciencia de lo que expresa tu cuerpo.