En nuestro día a día es habitual que la forma en que nos comunicamos genere efectos que no habíamos previsto y haga sentir a alguien incómodo sin que esa fuera nuestra intención. Quizá nos demos cuenta de ello en el momento, quizá no, pero de pronto podemos notar que la persona se pone a la defensiva o que la conversación toma matices desagradables que no nos esperábamos ni buscábamos provocar.
Y es que comunicar bien y de forma respetuosa lo que queremos decir, haciendo que la otra persona se sienta escuchada y note que la tenemos en cuenta, no es siempre tan fácil como querríamos. Esta forma de comunicación nos permite reducir la conflictividad y construir relaciones más sólidas y sinceras, además de hacernos más eficientes a la hora de resolver diferencias, enfrentarnos a un problema o sacar adelante un proyecto.
No todo depende de uno, porque cada persona con la que nos relacionamos es distinta y reaccionará de una forma u otra según su propia experiencia, pero sí podemos tomar conciencia de cómo nos comunicamos y qué palabras utilizamos para mejorar nuestra manera de llegar a los demás y hacernos entender.
De ello está convencido el estadounidense John Bowe, experto en comunicación y oratoria y autor de I Have Something To Say: Mastering the Art of Speaking in the Age of Disconnection ("Tengo algo que decir. El arte de hablar en público en la era de la desconexión").
"Puede que los actos valgan más que las palabras, pero desde luego las palabras también cuentan", sostiene.
Qué decir para mejorar nuestra comunicación y conectar más con los demás
Pensar en la persona que tienes delante antes de hablar es fundamental para este experto y debemos asumir que, a veces, en las reacciones de los demás podemos tener también parte de responsabilidad por cómo decimos las cosas.
"La gente se puede sentir ofendida fácilmente, y si vas con prisas como la mayoría de nosotros, es fácil que digas algo que no deberías decir de la manera en que no deberías decirla", afirma Bowe.
Tener presentes algunas frases para poder introducir nuestras ideas en nuestras conversaciones diarias puede suponer un gran cambio en la manera en que nos comunicamos con los demás, asegura Bowe.
En un artículo para la CNBC, propone utilizar al menos una de estas 9 frases cada día al relacionarnos con otras personas:
1. "Oigo que lo que me estás diciendo es..."
Aprender a escuchar es básico si queremos comunicarnos bien. Puede que, si escuchamos, la persona ya se sienta escuchada, pero podemos hacerlo explícito. "Los demás no esperan que estés siempre de acuerdo con ellos. Pero sí quieren saber que les has oído y entendido", sostiene John Bowe.
Pero esta frase no es para decirla a la ligera: no se trata de usarla como muletilla para conseguir que la otra persona se sienta escuchada. La intención primera debe ser "utilizar esta frase para aclararte y asegurarte de que tuviste en cuenta lo que la otra persona dijo antes de responder", explica Bowe. De esta manera, si la persona fue poco precisa la primera vez, le das la oportunidad de aclarar su ideas, reformular lo que dijo y aportar más sentido a la conversación.
2. "Puede que tengas razón"
¿Quién posee la verdad o la certeza absoluta? Todos sabemos que la respuesta es nadie, pero a veces, al comunicarnos, actuamos como si la tuviéramos, sobre todo cuando estamos sugiriendo o pidiendo que se haga algo de determinada manera.
"Esta frase resulta muy útil para facilitar las cosas en caso de desacuerdo", explica Bowe. "Se puede formular, por ejemplo, como: 'Puede que tengas razón, pero probemos esta nueva idea en esta ocasión, a ver qué pasa'".
Puede ser un buen recurso también, según el experto en comunicación, a la hora de responder a algún compañero de trabajo al que le gusta mucho hablar y que te está haciendo comentarios u observaciones que se salen del tema que os ocupa. "A nadie le gusta que le ignoren o no le hagan caso, y una simple afirmación permite retomar la conversación sin romper la armonía", apunta Bowe.
3. "Tenías razón. me había equivocado"
Errar es humano y admitir que uno se ha equivocado es una gran forma de facilitar una comunicación abierta y fluida. De hecho, según John Bowe, esta frase denota una gran capacidad para no actuar de forma egoísta en las conversaciones. Y lo hace por dos motivos: porque es imposible pronunciar esas palabras si no te las crees de verdad y porque, además, son maravillosamente recibidas por la persona que las escucha.
Admitir que la otra persona tenía razón y tú te habías equivocado "es una gran herramienta para limar asperezas, pasar página y ganar respeto", explica Bowe, quien anima a tragarse el ego para ganar una batalla mucho más importante: la de conseguir relaciones más auténticas y productivas.
4. "Gracias por hacer esto..."
Nuestro cerebro tiene un sesgo cognitivo conocido como el sesgo de negatividad y que nos hace prestar mucha más atención a lo negativo que a lo positivo. Saber ver lo positivo en lo que hacen los demás y mostrarse agradecido en nuestras interacciones diarias muestra que los valoramos y mejora las relaciones.
"En un mundo en el que la gratitud, el respeto y el reconocimiento escasean, vale la pena ser generoso a la hora de elogiar y reconocer lo que otros hacen", comenta Bowe. Y añade: "Si quieres incentivar un buen comportamiento, oblígate a reconocerlo cuando lo veas".
5. "Te dejo con ello"
El autor de I Have Something To Say propone recurrir a esta frase cuando vemos que nuestro impulso es el de querer controlar lo que el otro hace o cómo lo hace. "A veces, lo más difícil y útil es conseguir superar ese impulso", señala.
Cuando alguien está haciendo algo de forma distinta a como tú la harías, sobre todo si tu primer pensamiento es que tú lo harías mejor, decirle que le dejas con ello es una forma sencilla de expresar confianza. Eso sí, la recomendación es que, al decirlo, realmente des ese voto de confianza, y que lo hagas con una sonrisa.
6. "¿Podrías ayudarme con Tal cosa?"
No es lo mismo que te ordenen o te pidan que hagas una cosa a que te pidan ayuda para hacerla. El tono, por supuesto, también cuenta. Quien recibe la petición lo vivirá de forma muy distinta según sea de una manera o de otra.
Hay una gran diferencia, pone como ejemplo Bowe, entre decir "Saca la basura" y "Buf, estoy desbordado. ¿Me podrías ayudar bajando tú la basura?".
7. "¡Hoy llevas un [pelo/camisa/corbata, etc.] muy bonito!"
Casi todos vamos estresados y tratamos de cumplir con mil obligaciones. En plena vorágine es agradable escuchar de vez en cuando que hay algo que has hecho bien. "No mientas, pero busca lo que te parece bonito. A la gente le gustan los cumplidos, aunque hagan como si no", sostiene Bowe.
8. "eso es interesante"
Aquí no se trata de dar coba ni de fingir que cualquier cosa que se ha dicho es interesante. Pero si estás atento a lo que la otra persona tiene que decir seguro que encuentras ocasiones en las que merezca la pena valorar lo que se está diciendo.
La frase debe decirse con calma. "Es un gesto que transmite que tomas nota de que algo que se ha dicho, que ese algo ha sido escuchado y tenido en cuenta", puntualiza Bowe.
9. No digas nada
"Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar", decía Ernest Hemingway. Cuando alguien nos dice algo desagradable o expresa una opinión sin fundamento y sientas ganas de responderle de malos modos, puede ser mejor guardar silencio y tomar distancia.
John Bowe ofrece una metáfora que puede resultar muy útil recordar para cuando te encuentras en estas situaciones: pensar en ti mismo como una goma de borrar y en el otro como pegamento. "Sé la goma de borrar, respira, tómate esas palabras como problema del otro y aléjate", recomienda.
Qué frases evitar según John Bowe
Tan importante es decir cosas que faciliten la comunicación como evitar decir cosas que nos alejan de los demás y que pueden ser recibidas como falta de consideración, soberbia o incluso como un insulto. John Bowe se refiere aquí a frases como:
- "Es lo que hay", que podría ser recibido como un "deja de quejarte" y denota falta de empatía.
- "Si quieres que te sea franco" o "Si quieres que te dé mi sincera opinión", cuando vas a lanzar una crítica o una opinión inconveniente que no te ha sido solicitada. O rematas un comentario negativo con un "Era broma".
- "Encuentra una solución" para atajar un asunto cuando quieres delegar, en lugar del más amable "hablemos de ello y veamos cómo podría solucionarse".
- "Obviamente" para introducir una opinión, pues das a entender que cualquiera que opine lo contrario se equivoca.
- "¿Verdad?" tras hacer una afirmación categórica, pues le haces saber a la otra persona que no quieres en realidad saber qué opina, sino que simplemente te confirme la tuya.
- "¿Quieres hacer...?" es una buena forma de sugerir una opción, pero no para pedirle u ordenarle a alguien que haga algo. A diferencia de maneras más directas de pedir algo, como "¿Querrías hacerme un favor?", la falsa amabilidad que se esconde detrás de esta frase puede vivirse como despectiva.