Enric Corbera es psicólogo, conferenciante y fundador del Enric Corbera Institute, un centro dedicado a la investigación y la difusión de Bioneuroemoción, disciplina que combina la psicología, la biología y la espiritualidad para ayudar a las personas a comprender y gestionar sus emociones. Con millones de seguidores en todo el mundo, sus enseñanzas han transformado la forma en la que muchas personas enfrentan los desafíos de la vida cotidiana.  

Con este enfoque tan especial, Corbera nos invita en uno de sus muchos vídeos en redes sociales, a analizar la forma en la que lidiamos con las ofensas. Replantearnos cómo reaccionamos ante las críticas y los insultos, tal como explica el experto, puede ser una forma poderosa de transformar nuestra vida. Y su consejo bebe, como no, de la espiritualidad. Se basa en una famosa frase que atribuimos a Buda.  

Nuestras respuestas nos definen 

Imagina por un momento que vas por la calle, te cruzas con alguien y, en un desaire maleducado, esa persona te insulta. Tienes varias opciones, ¿verdad? Quizá te enfades, y respondas con ira. Quizá te derrumbes, y te eches a llorar con tristeza. O puede que, sencillamente, no digas nada.

Esta reacción, más allá de determinar lo que va a suceder a continuación, dice mucho de ti. “La forma en que respondemos a los comentarios de otros refleja nuestro estado interior”, afirma Corbera. Y es que nuestras reacciones suelen estar influenciadas por nuestras emociones, pensamientos y experiencias acumuladas.

Mujer enfadada en un atasco
iStock Photo.Liudmila Chernetska

Según el experto, nuestras respuestas reflejan cómo procesamos y gestionamos las ofensas, y muestran si estamos actuando desde un lugar de equilibrio emocional o desde el ego. “Cada reacción, ya sea impulsiva o desde el silencio, nos ofrece una oportunidad para conocernos mejor”, explica el psicólogo. 

Si respondes con impulsividad o agresividad, es probable que estés actuando desde el ego, la inseguridad o el dolor. Puede ser una señal de que te sientes amenazada y necesitas defenderte, por ejemplo. Si, por el contrario, tu reacción es pasiva o sumisa, puede que seas de esas personas que evita el conflicto a toda costa, posiblemente por el miedo al rechazo o porque no te sientes en posición de defenderte.  

La mejor forma de reaccionar para tu salud mental

Hay otras muchas formas de reaccionar, todas ellas con su consecuente posible explicación. Las reacciones evasivas o sarcástica revelan una manera de encubrir emociones o frustraciones. Las reacciones a la defensiva reflejan una autoestima vulnerable. Y quien responde de forma asertiva, sin duda tiene un buen autocontrol y conoce bien sus emociones.  

Aunque lo más interesante de todo esto, quizá, sea aprender cuál es la mejor manera de reaccionar a un enfrentamiento si queremos proteger nuestra salud mental.

Convierte las espinas en flores 

“La frase que a mí me encanta de Buda dice: cuando tú me lanzas a las espinas, mi silencio las convierte en flores”, comenta Enric Corbera en una entrevista que comparte en sus redes. Es importante que te tomes unos segundos para comprenderla en toda su magnitud, porque es una de esas reflexiones que tiene el potencial de cambiarnos por dentro.  

Corbera lo explica de la siguiente forma: “ante un insulto no contestes”. De esa forma, explica el psicólogo, la energía se devolverá a quien la envío sin dañarte. Pero si contestas y reaccionas, la energía se estanca, se enturbia, viaja de aquí a allá, dando pie a algo mucho más peligroso.  

Una vez que respondes, explica Corbera, “vamos a montar una guerra. Y vamos a matarnos. Y vamos a justificar que nos matamos. Y vamos a justificar que tiremos bombas atómicas. Y vamos a justificar que podemos entrar en un hospital y matar gente.  Vamos a justificar cualquier cosa”. 

gestionar enfado

Aunque sin duda el ejemplo de Corbera nos hace reflexionar sobre algo mucho más profundo, es innegable que todos somos parte de ello. La guerra, el enfrentamiento, no existe si ante él solo aparece el silencio. Y es algo que, en menor escala, puedes aplicar en tu vida diaria.  

“Cuando hay un silencio”, continua el psicólogo, “cuando alguien no acepta la diatriba, el insulto, la calumnia no lo acepta, el ego se queda sin argumentos”. Esto es lo que buscamos porque, como explica Corbera, “el ego necesita que contestes para seguir peleando”.