Las redes sociales han plagado internet de noticias falsas, información poco fiable, comparaciones y falsas expectativas. Es normal, por tanto, que en plena era digital, la necesidad de volver a las enseñanzas de los antiguos filósofos sea más urgente que nunca. La gente lo necesita, y por eso el estoicismo está en auge.

De esto sabe, y mucho, Donald Robertson, filósofo y terapeuta cognitivo-conductual, autor de libros como Piensa como un emperador romano y Piensa como un filósofo griego. Hoy tenemos la suerte dehablar con él para responder algunas grandes preguntas sobre la filosofía y qué podemos aprender de los antiguos filósofos para vivir mejor en el siglo XXI.

La filosofía como arma terapéutica

-Usted ha estudiado Filosofía y se ha desarrollado profesionalmente como psicoterapeuta cognitivo-conductual. ¿Qué conexión hay entre estas dos disciplinas?
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En origen no eran disciplinas distintas. Con el tiempo, se han ido fragmentando y especializando. Hoy en día, la psicología y la filosofía son profesiones distintas. Sin embargo, para los antiguos griegos, como Sócrates, no existía esta diferenciación: la terapia de la psique y la búsqueda de la sabiduría estaban profundamente entrelazadas.

La filosofía nos da muchas herramientas, como el método socrático, que podemos usar para evaluar y refinar nuestro razonamiento. Esto, a su vez, tiene grandes beneficios psicológicos, ya que muchos de nuestros problemas parten de creencias irracionales. Cuestionarlas de forma racional puede ser profundamente sanador.  Además, ahora sabemos, gracias a recientes investigaciones, que el pensamiento y la emoción están mucho más relacionados de lo que creíamos. Por eso, trabajar en nuestras creencias por medio del razonamiento puede mejorar enormemente nuestro bienestar emocional.

-La filosofía, especialmente el estoicismo, vuelve a estar de moda en las redes sociales ¿A qué se debe esta nueva popularidad? ¿Y qué impacto cree que tiene en nuestra sociedad? 
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Sin duda, es algo beneficioso. El estoicismo comenzó a resurgir en los años 90, en parte porque sirvió como base para la terapia cognitivo-conductual (TCC). Más tarde, películas como Gladiator (2020), de Ridley Scott, despertaron el interés en figuras como Marco Aurelio, al que interpretaba Richard Harris, y sus Meditaciones.

Hoy en día, esta filosofía sigue resonando porque ofrece una visión práctica y racional de la vida, algo que muchas personas buscan en tiempos de incertidumbre, retórica política y desinformación en las redes sociales. El estoicismo nos da herramientas para desarrollar resistencia emocional y enfrentar los desafíos de la vida con un enfoque práctico basado en la razón.

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Estoicismo y filosofía en el siglo XXI

-¿Qué podemos aprender de los filósofos estoicos que pueda ayudarnos a vivir mejor en el mundo moderno?
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Los estoicos nos enseñaron que solemos sobrevalorar las cosas externas –como el dinero o el estatus– que están fuera de nuestro control, y subestimamos valores internos como la sabiduría, la justicia, la bondad, el valor y la autodisciplina. Si nos centramos en lo que podemos controlar -nuestro carácter y nuestras acciones-, podemos volvernos más resistentes emocionalmente.  Un verdadero amante de la sabiduría tiene menos miedo de perder sus posesiones externas o su reputación porque reconoce que estas cosas están regidas, en última instancia, por el destino. 

Los estoicos también nos animan a responsabilizarnos más de nuestras propias emociones, en particular del miedo y la ira, dándonos cuenta de que no se trata sólo de cómo sentimos, sino también de cómo pensamos.  Los sentimientos de ira provienen de pensamientos de ira, los sentimientos de ansiedad provienen de pensamientos de miedo, y así sucesivamente. 

Una vez que nos damos cuenta de que nuestras creencias moldean nuestras emociones (mucho más de lo que pensamos) podemos empezar a identificar cuáles nos causan problemas y cuestionarlas, para determinar hasta qué punto son racionales o irracionales.  Este proceso de cuestionar nuestros pensamientos se encuentra en la intersección de la filosofía y la psicoterapia y sigue siendo una de las formas más eficaces de superación personal.

-¿Qué filósofo o rama de la filosofía considera que puede sernos más útil o beneficioso en la actualidad?
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Creo que Sócrates y los estoicos tienen mucho que ofrecernos en la actualidad, aunque todas las filosofías antiguas son valiosas a su manera. El estoicismo, en particular, está ganando mucha popularidad. Ha resurgido y se han vendido millones de libros sobre estoicismo. Es posible que lo que atraiga a la gente es que podemos entenderlo como una alternativa occidental al budismo, una alternativa secular al cristianismo, una alternativa práctica a la filosofía académica moderna y una alternativa filosófica a la psicoterapia moderna y a la autoayuda.

Sócrates fue quizás el primer filósofo occidental que presentó su método de razonamiento como terapéutico.  De todas las escuelas posteriores de la filosofía griega, fueron los estoicos los que más se centraron en esta dimensión terapéutica de la tradición socrática.  Esto es lo que atrae a la gente hoy en día, porque combina una visión racional del mundo, con consejos prácticos sobre superación personal.

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Aplicando la filosofía

-En su libro habla de la “flexibilidad cognitiva” como predictor de la salud mental. ¿Qué es la flexibilidad cognitiva y por qué es tan importante para la salud mental? ¿Cómo podemos entrenarla?
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La flexibilidad cognitiva se refiere a nuestra capacidad para adaptarnos y cambiar entre nuestra forma de pensar, nuestra perspectiva. Nos ayuda a gestionar las emociones, resolver problemas y manejar el estrés de forma más eficaz. También aumenta la empatía y mejora nuestras relaciones.

Los psicólogos y terapeutas enseñan la flexibilidad cognitiva mediante técnicas como la meditación consciente y la reestructuración cognitiva. Sócrates nos lo enseña también en sus diálogos: es abierto de mente, reflexivo, consciente de sí mismo y curioso, tiene humildad intelectual y está dispuesto a admitir errores. Estos rasgos están estrechamente ligados al Método Socrático, y a la flexibilidad cognitiva. Por eso, la práctica de este método puede mejorar la flexibilidad psicológica, ya que fomenta la resistencia emocional y la capacidad de resolver problemas, que son cruciales para la salud mental.

-La flexibilidad cognitiva puede ayudarnos a enfrentarnos a las creencias irracionales que nos limitan. ¿Qué podemos hacer para liberarnos de ellas?
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Superar las creencias irracionales implica varios pasos. Para empezar, debemos identificar la creencia que nos está limitando. Para ello, debemos reflexionar sobre las emociones problemáticas y los pensamientos automáticos que las acompañan. Por ejemplo, la ansiedad suele implicar la creencia de que algo extremadamente malo está a punto de suceder y no serás capaz de afrontarlo.

El siguiente paso es reconocer estas creencias como pensamientos, no como hechos. Este cambio nos ayuda a tratar las creencias como hipótesis que merece la pena cuestionar. Y entonces podemos empezar a detectar errores de pensamiento, como la catastrofización, que consiste en centrarse en los peores escenarios, exagerar la probabilidad del desastre y subestimar nuestra capacidad para afrontarlo.

Esto nos va a permitir cuestionar estas creencias utilizando el método socrático. Y lo vamos a hacer preguntándonos, por ejemplo, “¿dónde están las pruebas de esta suposición?”.

Gracias a esto llegamos al último paso, que es generar perspectivas alternativas. Lo podemos hacer, por ejemplo, preguntándonos cómo otras personas podrían afrontar el mismo problema o simplemente cuestionándonos cuál podría ser una forma más racional y realista de ver la situación. Estas técnicas, fundamentales en la TCC, son herramientas muy poderosas para el crecimiento emocional y la resiliencia.

Falsos gurús y libros de autoayuda

-También en su libro habla de los falsos gurús, comparándolos con los sofistas. Dice, incluso, que hay quienes, tras leer sus libros o seguir sus consejos, acaban peor de lo que empezaron. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué podemos hacer para detectar a estos falsos gurús y no caer en la trampa?
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Hoy en día, Internet está inundado de consejos de autoayuda, y la gente los consume más que nunca, pero ¿ayudan realmente a alguien? Muchas personas influyentes carecen de formación psicológica o terapéutica, y sus consejos a menudo contradicen la investigación basada en pruebas sobre el bienestar emocional.

Uno de los problemas es que las personas con problemas emocionales suelen tener puntos ciegos, lo que les dificulta ayudarse a sí mismas sin retroalimentación externa. Sócrates destacaba la importancia del diálogo sincero, comparándolo con un espejo para el alma. La ira, por ejemplo, crea importantes puntos ciegos, y algunas comunidades de superación personal refuerzan inadvertidamente estos problemas en lugar de abordarlos.

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Otro problema es la naturaleza única de muchos consejos de autoayuda.  Los libros de autoayuda suelen ofrecer listas de reglas o máximas genéricas; de hecho, el libro de superación personal más vendido en los últimos años es 12 reglas para vivir, de Jordan Peterson.  Sin embargo, ninguna regla o estrategia de este tipo va a funcionar bien para todo el mundo en todas las situaciones. Las investigaciones demuestran que el bienestar emocional requiere flexibilidad para afrontar las situaciones, la capacidad de adaptar las estrategias a las distintas situaciones.

Sócrates creía que la verdadera sabiduría no consiste en un montón de opiniones, sino en una habilidad cognitiva dinámica. Es decir, la sabiduría significa aprender a pensar por uno mismo.  Por eso enseñó a los jóvenes el Método Socrático y los animó a cuestionar sus propios supuestos y los de los demás, y a detectar contradicciones en sus razonamientos. La flexibilidad cognitiva que se deriva de plantearse estas preguntas nos permite afrontar mejor los retos de la vida, en lugar de estancarnos en formas rígidas de hacer frente que, a la larga, son contraproducentes.