A todos nos ha pasado que nos encontramos con determinada persona con la que tenemos nuestras dudas… ¿Le caemos bien o le caemos mal? Cuando la intuición falla y no sabes determinar hacia dónde se inclina la balanza, lo mejor es recurrir a la psicología. Porque hay algunas señales que indican, con mucha probabilidad, que le caes mal a determinada persona.

Aun así, es importante que no saques conclusiones precipitadas. Puede que algunas de estas señales se deban a otros factores, y no a que le caigas mal a esa persona. Pero si muchos de ellos coinciden… Es bastante probable que lo tuyo con ese individuo no sea amor a primera vista, sino más bien lo contrario. 

Monosílabos y respuestas forzadas

Cuando alguien te responde con monosílabos o de forma que parece artificial, algo anda mal. Puede ser un indicio de que no está demasiado interesado en interactuar contigo, aunque también podría deberse a un estado de apatía o a que la persona está distraída en ese momento.

Desde la perspectiva de la psicología social, sin embargo, que esta forma de comunicación pasiva y vaga se repita, es una señal de esfuerzo mínimo por mantener una conversación. Las respuestas cortas y poco elaboradoras pueden ser una forma de evitar una mayor conexión emocional, clara señal de que la persona no tiene intención de continuar la interacción.

Poco contacto visual

El contacto visual es clave en las interacciones sociales, y son muchos los expertos que han estudiado su significado en la comunicación. Desde la mirada para intimidar, hasta la más íntima, hay algo indiscutible en el acto de mirar a otro a los ojos: demuestra cierto interés por la persona con la que nos estamos comunicando.

Al contrario, apartar la mirada o no buscar el contacto visual puede ser un signo de incomodidad o desinterés. Este gesto, de forma aislada, puede tener otras muchas explicaciones, partiendo por la simple timidez y acabando en ciertos trastornos, como el de ansiedad o el Espectro Autista.

La clave, una vez más, es buscar que este comportamiento se repita en el tiempo y coincida con otras señales de esta lista. No hay que sacar conclusiones precipitadas.

El lenguaje corporal

Lo que decimos es una minúscula parte de lo que comunicamos. Y, aunque por lo general somos capaces de leer el lenguaje no verbal del otro de forma automática, a veces hay gestos del lenguaje corporal que se nos escapan. En el caso de la animadversión, podemos expresarla con gestos como cruzar los brazos (cerrándonos a la interacción, mantener una postura rígida(que denota tensión) o girando el cuerpo hacia otro lado durante la conversación (mostrando de forma indirecta desinterés).

Si una persona repite estos gestos a menudo cuando está contigo, es posible que no le caigas bien. Y en este caso, las señales empiezan a ser inequívocas. Nuestro lenguaje corporal no miente.

Críticas frecuentes y comentarios pasivo-agresivos

Las cosas pueden pasar de castaño a oscuro si recibimos críticas frecuentes y comentarios pasivo-agresivos de la otra persona. De hecho, si alguien hace esto contigo, es mejor que te alejes de esa persona en la medida de lo posible. Que no te caiga bien una persona, no te da derecho a tratarla mal, nunca.

De cualquier forma, esta es una señal clara de que las cosas no funcionan entre esa persona y tú. Las críticas, en especial cuando son reiteradas y poco constructivas, son una forma de expresar desdén y desagrado hacia alguien. Y los cometarios pasivo-agresivos son otra forma indirecta de hostilidad, que puede ser especialmente dañina por su ambigüedad y lo difícil que resulta de confrontar de forma directa.

Ignorar y excluir

Puede que esa amiga (a la que sospechas que no le agradas demasiado) se haya olvidado una vez de avisarte de que el grupo había quedado. Puede que se le pase dos veces. A la tercera… Deberías empezar a sospechar que algo no va bien.

La psicología identifica esta táctica (la de ignorar o excluir a alguien de conversaciones, actividades o incluso del espacio físico) como una táctica de agresión relacional, que busca dañar el sentido de pertenencia de la otra persona. Es una clara señal de que esa persona no te quiere (y no te merece) en su vida.

Comparaciones poco favorecedoras

Para acabar, hay una táctica aún más difícil de confrontar que puede indicar que le caes mal a otra persona. Es sutil, pero confirma cualquier teoría que puedas tener sobre cómo le caes a alguien. Son las comparaciones recurrentes con otras personas, en especial cuando estas no te favorecen.

Es una forma disimulada (y dolorosa) de subestimar tus logros, de quitarte mérito y valor, una señal clara de competitividad y desprecio.

Si estos comportamientos se repiten, aléjate de esa persona. Ya da igual, si le caes bien o mal, la pregunta es, ¿por qué te interesa caerle bien a alguien que te trata así? Como se suele decir: mejor sola, que mal acompañada.