Hacernos preguntas es, quizá, la forma más sencilla de encontrar respuestas. De hecho, incluso cuando no las conseguimos, son beneficiosas. La psicóloga y coach de vida María Martínez asegura que el cerebro está programado para darnos respuestas. Por eso, cuando le lanzamos preguntas, activamos mecanismos que ponen en funcionamiento nuestra mente, hasta dar con ellas. Y si hay algún lugar en el que podamos buscar grandes preguntas, en sin duda en la filosofía.
Desde Platón hasta Hannah Arendt, pasando por los todos los nombres de los grandes pensadores de la historia de la humanidad, la filosofía se ocupa del bello arte de responder preguntas. Y de plantearlas. Algunas de las más importantes que se ha planteado jamás esta disciplina quedan recogidas a continuación, junto con algunas de las respuestas que nos han ofrecido filósofos y pensadores de todos los tiempos.
¿Cómo puede ser feliz el hombre en el mundo?
Para José Antonio Marina, uno de los más grandes filósofos españoles de nuestros tiempos, la clave de la felicidad procede de la satisfacción de tres grandes deseos. Vivir una vida cómoda, sin sobresaltos, que nos permita vivir bien, con salud, es el primero.
El segundo es cultivar relaciones afectivas significativas, que sean intensas y estimulantes, que nos cuiden, que nos den reconocimiento, que llenen nuestros días de sutil alegría.
Y para acabar, asegura el filósofo, nuestra vida debe tener un propósito. Necesitamos sentir que progresamos y que lo que hacemos tiene sentido, o acabaremos muy lejos de lo que él considera la plenitud humana.
¿Existe el destino o lo creamos nosotros?
Zenón de Citio, fundador de la escuela estoica, era un comerciante que naufragó. Perdió todo lo que tenía. Se arruinó. Lo primero que hizo al llegar a tierra, según cuenta la leyenda, fue entrar en una librería y comenzar a leer filosofía. Su escuela de pensamiento, el estoicismo, se basa en la idea básica de que la vida está llena de cosas que no podemos controlar, y es mejor aceptarlo.
De hecho, Zenón apostaba por el amor fati, la idea de que debemos amar el destino. Él mismo decía que lo mejor que le había pasado en la vida era perderlo todo, porque fue lo que lo llevó a los brazos de la filosofía.
¿Cuál es el sentido de la vida?
En su libro, Sí te da la vida, Mapi Hermida comparte una poderosa historia que se han contado sabios y expertos en crecimiento personal desde hace generaciones, y que nos hace reflexionar sobre esta idea del sentido, del propósito, que es lo que hace que realmente valga la pena vivir cada minuto de la vida. Dice así:
En una ciudad se está construyendo una catedral, y un hombre se acerca a ver qué tal van las obras. Descubre a tres hombres picando piedra. Al preguntar al primero qué hace, este responde: “¡No ve usted, estoy picando piedra! Aquí todo el día, sin parar, y encima el capataz que no deja de pasar pavoneándose”. Al preguntar la segundo qué hace, este responde, “Aquí estoy, señor, trabajando. Verá usted, tengo una hija y una esposa, y debo alimentarlas. Así que no me queda otra que trabajar”. Al preguntar al tercero qué hace, este lo mira con asombro y responde, “¿Es qué no lo ve? ¡Estoy construyendo una catedral!”.
La filosofía nos dice que podemos elegir entre estas tres actitudes. Podemos quejarnos por nuestro destino, podemos entender para qué hacemos las cosas, y resignarnos, o podemos encontrar sentido y significado a cada acción. Podemos construir catedrales.
¿Qué valores marcan tu conducta?
Definir los valores que marcan nuestra conducta, nos dice el joven filósofo William Mulligan, es clave en estos tiempos modernos. “Si no tienes un fundamento en tu vida, vendrá alguien que te proporcione uno y te dicte cómo debes comportarte”, escribe en su libro Ser un estoico. Para él, y para filósofos como Séneca o Marco Aurelio, la respuesta está en vivir bajo el mandato de las cuatro virtudes del estoicismo: la sabiduría, la templanza, el coraje y la justicia.
¿Es posible ser feliz estando solo?
Vivimos en la crisis de la soledad, algo paradójico teniendo en cuenta que estamos más conectados que nunca. Sin embargo, aprender a construir una soledad amable es esencial para ser felices, así lo aseguran grandes pensadores modernos, como el filósofo José Carlos Ruiz. “Una de las lecciones más importantes que tendrás que aprender es a combatir la soledad cuando sea una amenaza y a abrazarla cuando sea una necesidad. Entretanto, dedica una parte de tu tiempo a construir comunidad”, escribe el pensador en su libro Una mujer educada”. Puede que la respuesta esté, entonces, en el equilibrio.
¿Qué es lo real?
Fue Descartes quien dijo aquello de “cogito ergo sum” y puede que no se diera cuenta de que estaba cambiando el mundo. Para la doctora en Historia de la Ciencia por la Universidad de Harvard, Jimena Canales, este es uno de los grandes demonios de la ciencia. La idea de que lo que percibimos puede no ser real, ha sido la base de cientos de descubrimientos e inventos tecnológicos desde entonces.
La pregunta, sin embargo, se ha vuelto más necesaria que nunca. En un mundo donde la inteligencia artificial, las fake news, la realidad virtual y los filtros imperan, es difícil determinar qué es real y que no. Y por eso es más importante que nunca recordar lo que Descartes nos enseñó y lo que su demonio de la ciencia ha desatado.
¿De verdad te gustaría vivir eternamente?
Uno de los grandes principios estoicos es memento mori, “recuerda que morirás”. Dice la leyenda que cuando los emperadores romanes aparecían ante su pueblo enloquecido y los aclamaban por sus triunfos, llevaban siempre a su lado a un esclavo que le susurraba esta verdad al oído. Era una forma de entender que las cosas se acaban, y precisamente por ello podemos disfrutarlas. De hecho, uno de los muchos ejercicios que el filósofo William Mulligan recomienda hacer en su libro es imaginar el día de tu muerte. Solo así comprenderás la suerte que tienes de poder abrazar a tu pareja, respirar aire fresco, disfrutar de un café o dormir. No habría carpe diem sin memento mori.
¿Qué es el bien?
Son muchos los filósofos que han reflexionado sobre lo que es el bien y lo que es el mal. Para Nietzsche, por ejemplo, el bien era la construcción moral de los débiles. Para Kant, el bien se regía bajo un imperativo categórico, una regla universal que todos debemos seguir: “Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne una ley universal”.
¿Eres realmente libre?
El historiador israelí Yuval Noah Harari es uno de los muchos pensadores que reflexiona a cerca de esta pregunta, que ha obtenido múltiples respuestas a lo largo de la historia. Para él, el libre albedrío es tan solo un mito. De hecho, nos advierte, que, si asumimos que somos libres, estamos perdiendo de vista todas las maneras en las que los poderes fácticos nos manipulan y moldean.
¿Por qué el ser humano necesita crear arte?
Para David Bueno, neurocientífico y autor de El arte de ser humanos, la respuesta es sencilla: el ser humano no sería lo que es sin el arte. Somos seres artísticos, por naturaleza. “Si los artistas de Altamira no hubieran pintado esos bisontes, no habría habido una revolución en el arte prehistórico”, explica en una reciente entrevista para Cuerpomente, “el arte tiene que provocar. No solo generar bienestar y placer, sino ser motor de cambio”.
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