La periodista Núria Coll se ha convertido en un referente en el mundo de la alimentación saludable. Su proyecto Soy como como nació como un medio de comunicación sobre alimentación saludable. Hoy Núria Coll dirige una comunidad que es, según ella misma cuenta, "lo que me hubiera gustado encontrar cuando sentí la necesidad de aprender a escuchar mi cuerpo a través de la alimentación".
Su experiencia al frente de este proyecto ha implicado un contacto continuo con profesionales de la nutrición, la cocina saludable y la medicina integrativa. Ahora recoge mucho de lo aprendido en estos años de andadura en el mundo de la alimentación saludable en Soy como como (Ed. Grijalbo). En él expone, además, un nuevo concepto a la hora de cuidarse, lo que llama la "rueda de la vida sana". Sobre todo ello le hemos preguntado en esta entrevista.
En libro cuentas toda tu experiencia durante 10 años en el mundo de la alimentación, compartiendo con muchos profesionales de la nutrición y tratando todo tipo de dietas, desde la macrobiótica a la keto. ¿Qué has aprendido en este recorrido?
He aprendido que el exceso de consumo de carbohidratos hace estragos en la salud de las personas, ya que se incrementa la insulina y eso provoca niveles elevados de glucosa. La insulina debe estar bien regulada, porque tiene funciones clave en el cuerpo y la más conocida es regular el metabolismo y evitar esta resistencia a la insulina que sufre de forma silenciosa una parte importante de la población.
El azúcar en sangre aumenta con los carbohidratos simples que son “azúcares”, y con tanta población con hipertensión, triglicéridos altos, prediabetes, etc. se hace necesario minimizar mucho su consumo, ya que la dieta occidental convencional que hoy impera contiene entre el 50 y el 60% de hidratos de carbono.
Y eso me llevó de la macrobiótica, a la paleo, de la paleo a la low carb y de la low carb a la keto, porque vi cómo el cuerpo gestiona cada vez peor esos carbohidratos. No todo el mundo debe tener una restricción total o casi total. Depende de cada caso. Hay situaciones donde tendrás más margen de maniobra, pero lo que es importante es que la población aprenda a comer alimentos con baja carga glucémica (por ejemplo, las frutas con menos fructosa).
¿Qué aconsejas a quien te pregunta la forma de alimentarse que consideras más sana?
Depende del rato que tenga para contarle cómo hacerlo y su punto de partida. Pero esencialmente le contaré que la proteína es esencial y está demostrado científicamente que su consumo óptimo junto a la restricción calórica es lo que les ayudará a envejecer más y mejor.
Dices que no te casas con ninguna dieta. En tu caso, ¿vas alternando?
Voy alternando una dieta low carb con la keto que hago solo puntualmente, sí.
En tu libro hablas de cuando el enemigo está en casa. Cuéntanos… ¿a qué te refieres?
Cuento que, cuando decimos que nos falta fuerza de voluntad para comer más sano, no estamos abordando del todo el motivo, ya que el contexto –el entorno– es muy importante para seguir una pauta más sana o no. Y un entorno clave es la familia.
Si tu pareja no sigue unos hábitos saludables, te critica y se ríe de tu filosofía es desgastante, desmotivador y hasta te aleja. Si hay hijos, peor, porque cada uno transmite un mensaje que no es coherente entre los progenitores. Y sobre todo si hay divorcio y en cada casa se come distinto y en una hay muchas porquerías.
Muchas veces pasa. La persona motivada por la salud (en el 90% de casos son mujeres) no tienen un entorno favorecedor (abuelos, amigos que a veces no se cuidan nada bien...). Y por eso es tan potente el concepto de Tribu o Comunidad (como la de Soycomocomo) donde nos encontramos un grupo de gente con las mismas prioridades.
Como dices en tu libro, si no entras en la cocina, no hay esperanza. ¿Cuál es tu propuesta para hacer efectivo el cambio?
Hay que cocinar y recuperar el amor por los alimentos y eso empieza en el acto de comprar (un buen mercado con productores pequeños y verdura fresca es media vida), cocinar con utensilios que te hagan la vida más fácil y que cocinen más rápido, como un robot de cocina o una olla a baja temperatura o multifunción, y comer despacio, degustando cada alimento, digiriendo como toca.
Pero no se trata solo de lo que uno come... ¿Qué es la rueda de la vida sana?
Estuve muy focalizada en la alimentación durante años hasta que empecé a entender y dibujar en mi cabeza una rueda que tenía 6 ejes y que todos eran igual de importantes para proteger nuestra salud.
Y la clave, una vez identificados, es ver cómo mejorar los que sabes que tienes pendientes. Son alimentación sana, alejarse de los tóxicos, dormir bien, practicar deporte, tener una buena salud emocional y contar con una tribu.
Cada vez somos menos raros los que abogamos por una vida más sana. ¿Qué crees que falta para dar el salto?
Cada día hay más gente que da el salto. ¡Quizás algún día seamos mayoría!
La industria alimentaria no lo pone fácil y la administración no tiene suficiente interés en la prevención, pero el pueblo tiene más fuerza que todo eso ¡y lo conseguiremos!