Sin duda, la geografía española está repleta de pueblos y rincones maravillosos de todo tipo para conectar con la naturaleza. En la montaña, junto a los ríos o cerca de la costa, las opciones para disfrutar de los encantos de nuestros pueblos no se acaba nunca. Además, muchas veces no es necesario desplazarse demasiados kilómetros de nuestro lugar de residencia, aunque la mayoría de las veces merece la pena recorrer largas distancias para conocer las joyas más alejadas. 

Uno de esos tesoros que lo tiene todo para cautivarte, es Rupit i Pruit. Vivir en este pueblo es como hacerlo dentro de un cuento, uno que esté ambientado en la época medieval, al estilo de la Princesa Prometida o Robin Wood. Sin embargo, Rupit i Pruit existe, es de verdad, aunque cuando lo visitas por primera vez cuesta creer que no sea el escenario de una de esas maravillosas películas de fantasía.

Camino a Rupit

¿Dónde se encuentra este pueblo que nos ha robado el corazón? Como un tesoro escondido entre montañas, entre Vic y Olot, y a poco más de una hora de Barcelona, se ubica ese municipio que la Agencia catalana de Turismo nombró "Pueblo con encanto".  Este distintivo únicamente se otorga a municipios que presentan un atractivo o belleza especial, en su conjunto, que cautiva y enamora al visitante y que viene dado precisamente por la conjunción de aspectos y elementos arquitectónicos, urbanísticos, patrimoniales, medioambientales y turísticos.

No se sabe si es más bonito el pueblo o el entorno que rodea a Rupit. Y es que, nada más llegar, y antes de dar un paso por sus empedradas calles medievales, nos recibe un merendero al lado del río y un práctico parking para dejar el coche. Al alzar la vista te encuentras con una inmensa pared que nace de una roca, que posiblemente sea el origen de su nombre (rupes es roca en latín). En lo alto de esa monta��a rocosa se asientan los restos de lo que fuera un castillo en el siglo X. Junto a él, se pueden ver varias masías desperdigadas que dan nombre a Pruit, la pequeña aldea que se anexionó al municipio de Rupit en 1977, hoy llamado Rupit i Pruit.

Un paseo por el medievo

Te proponemos un recorrido que se inicia en la calle Sant Joan Fàbregas, donde se ubica el punto de información turística. Lo más práctico es que ahí cojas un mapa para aprovechar al máximo tu visita. A pocos metros encontrarás una de las joyas de Rupit, el puente colgante. ¡Espectacular! Este atractivo turístico se construyó en 1945 para salvar el pueblo de la riera. No suele haber mucha gente para cruzarlo, pero como solo pueden pasar 10 personas a la vez, en verano es posible que tengas que esperar unos minutos para atravesarlo.

El puente colgante de Rupit

El puente colgante de Rupit conduce al interior del pueblo.

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El puente nos conduce al interior de pueblo, cuyas calles empedradas con sus casas con balcones adornados con macetas floridas no tienen desperdicio. Sus restaurantes y pastelerías con dulces típicos son parte del espectáculo. No puedes dejar pasar la visita sin probar sus quesos, longanizas y dulces.

Ahora, tienes varias horas por delante para empaparte de Rupit, sus calles, casas, plazas, iglesias... y en definitiva, de la atmósfera que lo envuelve. Desde su Plaza Mayor se pueden hacer varios recorridos, todos ellos increíbles. Entre las muchas opciones que tienes por delante, quizá haya dos que no te puedes perder, la ermita de Santa Magdalena y el Salt de Sallent.

Calles de Rupit

Las calles de Rupit son un espectáculo en sí mismo.

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La ermita de Santa Magdalena, del siglo XVII, se encuentra encima de una roca en la riera de Rupit, y es el lugar ideal para parar un ratito a relajarse escuchando los sonidos que te rodean. Por otro lado, el Salt de Sallent es un sendero de más dificultad (no se recomienda a personas mayores o con movilidad reducida) porque discurre entre bosques con bajadas y subidas rocosas.

Es la ruta que se suele escoger para bajar al salto de agua de Sallent siguiendo el curso de la riera. Se tarda aproximadamente una hora, y por el camino se puede disfrutar de los espectaculares bosques hasta llegar al salto de agua. Desde aquí la recompensa son unas magníficas vistas de todo Collsacabra.

Un Entorno de diez

Dos de los lugares imprescindibles en tu visita a Rupit son la riera y a tan solo 3 kilómetros del pueblo, el salto de Sallent. La riera nace de un conjunto de fuentes y torrentes que se originan en las zonas altas de la sierra de Cabrera, comienza a tomar forma después de cruzar el puente de los Tres Ojos, en el molino del Soler, donde forma un charco.

Salt de Sallent, en Rupit.

La cascada Salt de Sallent tiene un salto de 115 metros.

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Al Salto de Sallent se puede llegar recorriendo diferentes rutas. Una de ellas es la que recorre una amplia pista que sigue el desfiladero. El salto se alimenta del agua que baja de la riera de Rupit, por lo que es bueno planificar la visita en época de lluvias.

Desde ahí, podemos ver l'Agullola, o pezón de Cataluña, promontorio desprendido del risco que atesora una leyenda sobre gigantes. De regreso a Rupit, puedes ir por la orilla contraria. Un camino en ligera subida que se va estrechando te llevará de vuelta a la plaza Mayor, después de pasar por debajo de una casa. 

Mirando al cielo

Hasta el cielo de Rupit es un espectáculo, especialmente, por la noche. En 2020 Rupit i Pruit recibió el distintivo ambiental que otorga la Generalitat de Cataluña de "Espacio con cielo nocturno de calidad", conocido también bajo las siglas ECNQ. Éste solo lo pueden obtener aquellos municipios donde existen unas buenas condiciones para disfrutar del medio natural nocturno y están comprometidos a desarrollar una actualización del alumbrado hacia un modelo de equilibrio ambiental: minimizar la contaminación lumínica y reducir el consumo energético.

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