El exceso de humedad en el hogar puede ser el origen de numerosos problemas de salud. Eso algo que saben muy bien las personas que viven en las poblaciones cercanas a la costa. En estas zonas, se aconseja tomar ciertas medidas para "atrapar" la condensación y así evitar la humedad y la aparición de moho.
Los expertos aseguran que una buena manera de atajar el problema es colocando un recipiente con sal cerca de la ventana, especialmente durante los meses más fríos. La explicación científica que hay detrás de tal consejo se basa en la capacidad que tiene la sal de absorber naturalmente la humedad del aire. Gracias a esa propiedad, cuando el aire entra en contacto con el vidrio, se forman menos gotitas de condensación.
Lo dice la ciencia
Reducir la humedad hasta niveles aceptables puede ser relativamente sencillo. Como adelantábamos, basta con llenar un recipiente poco profundo con un poco de sal, puede ser sal de mesa. A continuación, se coloca el cuenco cerca de la ventana. Ten en cuenta que la cantidad de sal recomendada para que el "truco" funcione, variará en función del tamaño de la ventana. En general, cuanto más grande sea la ventana, más sal necesitarás, aunque por lo general un recipiente pequeño debería ser suficiente.
riesgos para la salud
Como apuntábamos en las primeras líneas de este artículo, la humedad relativa en el hogar es un elemento muy a tener en cuenta desde el punto de vista de la salud, ya que las superficies húmedas constituyen el medio idóneo para la proliferación de microorganismos (ácaros y moho). Esto hace que un hogar con problemas de humedad pueda ser el origen numerosos trastornos, de mayor o menor intensidad, en función de si los habitantes de la casa están sanos o tienen problemas respiratorios previos.
En el caso de personas sin trastornos respiratorios diagnosticados, el umbral de tasa de humedad relativa recomendable es del 65%. Este porcentaje desciende al 60% cuando se trata de personas con problemas respiratorios crónicos. Si además no contamos con una ventilación suficiente que asegure la correcta renovación del aire interior de los espacios, los problemas de salud pueden agravarse.
Ahora bien, ¿de qué tipo de dolencias estamos hablando? Estas son algunas de las más habituales:
- Cansancio, fatiga, dolor de cabeza.
- Trastornos alérgicos.
- Infecciones respiratorias, debidas a infecciones víricas o bacterianas.
- Procesos asmáticos, debido a la proliferación de mohos, hongos y ácaros.
- Empeoramiento de enfermedades óseas, así como reumáticas como la artrosis, ya que la humedad empeora los síntomas de estas patologías.
¿Cómo saber si mi casa es húmeda?
La manera más eficiente de medir la humedad es usando un higrómetro, que es el aparato que calcula el porcentaje de vapor de agua en el aire, ya sea en exteriores o en interiores. Ahora bien, también hay ciertos indicios que nos dan pistas al respecto. Esos son algunos de los más evidentes:
- Olores desagradables.
- Hinchazón y desprendimientos de pintura, papel pintado o yeso de paredes y techos.
- Manchas de moho.
- Fisuras o goteras.
- Condensación de agua en las ventanas.
- Deterioro y pudrición de muebles y carpintería de madera.
- Corrosión de los elementos metálicos.
Otras soluciones para la humedad
Más allá de colocar la sal tal y como dicen los expertos, la ventilación es fundamental para evitar la humedad y sus consecuencias. Dejar que corra el aire cada mañana es fundamental para que el moho no aparezca en los marcos de las ventanas, y que la humedad no exceda los niveles máximos para que dañen la salud.
Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre bienestar, únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.