El otoño es una época mágica para hacer excursiones a la naturaleza. Los bosques se visten de colores cálidos que hacen de la visita una experiencia súper especial. Los colores ocres y las tonalidades marrones y amarillas de la tierra y las hojas caídas son uno de sus mayores atractivos, al que habría que sumar las agradables temperaturas de estas semanas previas al invierno. 

En España contamos con infinidad de lugares para hacer pequeñas excursiones para pasar el día, solos o en compañía de amigos o familiares en plena naturaleza. Uno de ellos, es la Fageda d'en Jordà, en la comarca de La Garrotxa (Girona), un destino de cuento, casi mágico, rodeado de volcanes.

¿Qué tiene de especial?

Todos los hayedos tienen un atractivo genuino que brilla especialmente en otoño. Ahora bien, la Fageda d'en Jordà es una propuesta excepcional, ya que se encuentra sobre una colada enfriada de lava procedente del volcán del Croscat. Además, se sitúa a tan solo 550 m de altura, algo infrecuente para los hayedos y está rodeado de los 21 volcanes que hay en la comarca de La Garrotxa.

Por tanto, adentrarse en este hayedo es hacerlo en un lugar que roza lo fantástico. No en vano ha servido de inspiración a muchos artistas. Por ello, las visitas a la Fageda no paran de aumentar cada año, sobre todo, en estas fechas.

el mejor momento

Aunque la mejor estación del año para visitar este lugar puede que sea el otoño, ya que nos regala unas postales espectaculares por las tonalidades de sus hojas, cualquier momento es bueno para acercarse a Girona y conocer de primera mano este bosque único.  

Y es que cada época tiene su propio atractivo. Así, en invierno, al estar los árboles sin hojas, el ambiente es muy distinto, pero también es increíble, ya que es más místico. Las hojas están todas en el suelo, formando una preciosa alfombra natural.

Mujer paseando bosque

Los paseos en el bosque favorecen la salud emocional.

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Con la llegada de la primavera y el verano, el paisaje cambia totalmente, pero también encontrarás motivos para visitarlo. El contraste de colores entre el verde de los árboles y el marrón del suelo, unido a la exuberancia de sus copas, no te dejarán mirar para otro lado. 

a pie, rutas a medida

Lo más habitual es visitar el hayedo dando un agradable paseo. Es una caminata sencilla, apta para todo el mundo, y que todos pueden disfrutar. Ahora bien, también existe otra opción que puede resultar muy atractiva y divertida: coger un carruaje de caballos. Encontraréis información a la entrada del hayedo, aunque siempre será mejor reservar con anticipación. 

  • Caminata inmersa en el bosque. En la oficina de información os darán mapas con circuitos posibles. Existe un circuito muy corto, sencillo y circular con el que podéis ver la parte más frondosa de la Fageda en aproximadamente media hora. Pero, hay muchas más posibilidades. Otro paseo, un poco más extenso es el que llega a la Granja de Lácteos de La Fageda, que ofrece visitas guiadas para conocer de cerca cómo fabrican sus famosos yogures. 
  • Si te has planteado la visita con la idea de hacer una larga caminata, hay excursiones más largas (12 km, 4-5 horas). Estas rutas te llevarán hasta el Parque Natural de la Zona Volcánica desde la misma Fageda d’en Jordà. Pasaréis por los volcanes del Croscat y Santa Margarita, que también merecen una visita. 

En carruaje, una visita muy especial

Además de caminando, en este hayedo tienes la posibilidad de hacer rutas en carruaje tirado por caballos. Es una experiencia distinta, muy divertida y que a los niños les encanta. Además, en el caso de hacer la visita con personas de movilidad reducida, es la opción ideal para conocer a fondo la Fageda. 

Aunque puedes conseguir toda la información allí mismo, lo ideal es hacerlo antes de la visita. En cualquier caso, a grandes rasgos, la vuelta en carro dura una hora. El guía va explicando todos los detalles del hayedo a lo largo del camino, y hacia la mitad del recorrido, hará una parada para que todos los visitantes puedan bajar, caminar un poco, o hacer unas fotografías del paisaje.  

La ruta en carruaje suele ser todo un éxito, sobre todo, para los más pequeños. Además, podrán sentarse delante para tener más cerca el caballo. Por otro lado, si os sorprende la lluvia, no es necesario cancelar, el carro es cubierto, así que, si no es excesiva, la excursión puede ser todavía más bonita. 

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