A todos nos gustan las plantas y queremos tenerlas nuestra casa, terraza o jardín: alegran el ambiente, son decorativas, nos suben el ánimo e incluso pueden mejorar el aire de nuestro hogar. No obstante, no todo el mundo sabe cuidarlas y no es raro que acaben muriendo. Y es que algunas plantas requieren bastantes cuidados y pericia.
Afortunadamente, hay otras plantas que son tremendamente fáciles de cuidar y resultan ideales para los principiantes en el mundo de la jardinería.
Potus
El potos o potus (Epipremnum aureum) es una de las plantas más habituales en los hogares por su belleza y resistencia. De hojas grandes y verdes (y a veces con vetas blancas) con forma de corazón, esta planta trepadora tiene un crecimiento rápido y puede llegar a alcanzar los 20 metros sin que tengamos que dedicarle demasiados cuidados.
Aunque prefiere la luz solar indirecta y temperaturas moderadas, se adapta a diferentes condiciones de luz y temperatura. Con regarla una vez a la semana en verano y cada dos semanas en invierno suele ser suficiente.
Además, el potus purifica el aire del hogar, libera oxígeno fresco y ayuda a regular la humedad del ambiente.
Lazo de amor
El lazo de amor (Chlorophytum comosum), que también se conoce por otros nombres como cinta de amor, malamadre o planta araña, es una planta herbácea perenne sin tallo visible de unos 20 a 60 cm de alto.
De hojas largas y delgadas en forma de espada, que pueden ser completamente verdes o tener rayas de tono crema, prefiere la luz indirecta y un riesgo moderado (una vez a la semana o cuando la superficie de la tierra esté seca).
Es también una de las plantas que más purifican el aire del interior de la casa, según confirmó un informe de la NASA.
Sansevieria
La sansevieria, también conocida por nombres como lengua de suegra, cola de lagarto, lengua de vaca, rabo de tigre o espada de San Jorge, es una absoluta todoterreno muy apropiada para aquellas personas poco duchas en el arte de la jardinería.
La variedad más popular y reconocible es la Sansevieria trifasciata, de hojas rígidas de color verde oscuro con bandas más claras en forma de espada que crecen verticalmente, requiere mínimos cuidados.
Aunque prefiere los lugares luminosos y cálidos y un riego moderado (cada dos semanas o cuando los primeros 5 cm de la tierra estén secos), puede prosperar incluso en condiciones de poca luz y agua.
Además, como las dos otras plantas que hemos mencionado hasta ahora, es también una gran purificadora del aire de los interiores. ¿Qué más se puede pedir?
Tradescantia
La tradescantia, también conocida como Amor de hombre, es una bonita y colorida planta de muy fácil cuidado.
La variedad más conocida es la Tradescantia zebrina, porque las franjas plateadas de sus hojas verde y morada de forma ovalada y acabadas en punta recuerdan a la cebra.
Conviene colocarla en un sitio en el que tenga luz solar indirecta, pues la luz directa puede quemar sus hojas. Requiere un riego moderado, una vez por semana y solo cuando la tierra se ha secado.
Le gusta la humedad, por lo que es ideal para el baño o, si está en otro lugar, la puedes pulverizar con agua de vez en cuando.
Bromelia
La bromelia, pese a ser un género de plantas tropicales (originarias de las zonas tropicales y subtropicales de las Américas), resultan bastante sencillas de cuidar y, además, aportan un bonito toque de color al hogar.
Destacan por su inflorescencia, que se caracteriza por brácteas de colores intensos (rojo, naranja, amarillo, rosado… en función de la variedad).
Solo necesita estar en un lugar luminoso y cálido (idealmente entre 15-29 °C), y suficiente agua (pero no excesiva, con un riego por semana basta) para prosperar.