Cuando deseamos aportar nutrientes a una planta, lo más sencillo es acudir a la tienda y adquirir un fertilizante comercial. Sin embargo, también podemos usar como fertilizantes productos que tiramos a la basura de la cocina y que, sin embargo, están repletos de nutrientes beneficiosos para nuestras plantas. 

¿No tiene sentido aprovechar estos residuos? Ahorraremos dinero al mismo tiempo que proporcionaremos a nuestras plantas lo que necesitan. Los fertilizantes con remedios caseros son adecuados para las plantas sanas y solo necesitaremos los productos comerciales para necesidades específicas cuando las plantas muestren síntomas de debilidad.

Con un desecho muy habitual, que seguro que generas y que sueles tirar a la basura, puedes preparar un abono casero para tus plantas que las nutre y las protege de plagas y enfermedades. Aquí te explicamos por qué es "oro puro" para tu jardín, balcón o terraza, y cómo prepararlo en poco tiempo.

Las pieles de ajo y cebolla son un fertilizante estupendo

Cáscaras de ajo
iStock

Uno de los desechos más comunes en la cocina son las cáscaras de ajo y cebolla. Son un buen fertilizante porque contienen minerales esenciales para el crecimiento y la floración de las plantas, como potasio, calcio y fósforo.

Las cifras hablan por sí mismas: 3 dientes de ajo (unos 9 gramos) contienen 36,09 mg de potasio, 16,29 mg de calcio, 2,25 mg de magnesio y 13,77 mg de fósforo. 

¿Cómo ayudan estos nutrientes a tus plantas?

El potasio (K) y el fósforo (P) son 2 de los 3 micronutrientes básicos que necesitan las plantas para prosperar. El otro es el nitrógeno, necesario para que las plantas puedan producir clorofila. 

  • Las plantas necesitan potasio para producir más flores y frutos. Ayuda a las plantas a alcanzar la madurez al desempeñar un papel importante en la absorción de agua y nutrientes del suelo.
  • El fósforo es responsable del desarrollo de las raíces, mientras que el calcio hace que la planta sea resistente.
  • Estos minerales son también imprescindibles para que tus plantas puedan realizar la fotosíntesis, crecer, absorber el agua y los nutrientes, producir flores y frutos, y mantenerse fuerte para resistir a las plagas.
  • Además, las cáscaras de ajo y cebolla también proporcionan pequeñas cantidades de magnesio, esencial para la formación de clorofila, y de azufre, que protege frente a las plagas y al estrés que causan el calor y el frío.  

Cómo usar la cebolla y el ajo como fertilizantes

Fertilizar suelo con piel de cebolla

Enterrar las pieles funciona pero tarda más en dar resultado.

iStock

Como toda materia orgánica, las cáscaras de ajo se pueden enterrar y convertir en abono. Este proceso implica que los microorganismos buenos del suelo descomponen la materia orgánica y permiten que los minerales sean absorbidos por la planta.

Sin embargo, una desventaja de esto es el tiempo que tardan las cáscaras de ajo en descomponerse. Pueden pasar algunas semanas o meses antes de que comiencen a liberar sus valiosos nutrientes.

Escarbar en la tierra también plantea un problema: podrías dañar las raíces. Siempre hay que tener cuidado cuando se hacen agujeros alrededor de una planta.  

Por eso es mucho más eficaz y seguro preparar con esas cáscaras un fertilizante líquido con el que podamos regar nuestras plantas.

Cómo hacer un fertilizante de té de cáscaras de ajo y cebolla

Fertilizante con piel de ajo y cebolla

Piel de ajo infusionándose.

iStock

La forma más segura de usar cáscaras de ajo como fertilizante es hacer una infusión que se convierte en un gran fertilizante líquido casero. Para aprovecharlas al máximo, tienes que dejarlas reposar un tiempo prolongado. Puedes seguir los siguientes pasos:

  1. Recoge las cáscaras de 3 o 4 cabezas de ajo o de 2 o 3 cebollas. 
  2. Lleva a ebullición un litro de agua.
  3. Echa las cáscaras en el agua y cocínales a fuego suave durante 10 minutos. 
  4. Mezcla bien con una cuchara o agita vigorosamente
  5. Deja reposar durante 24 horas
  6. Guarda en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar

Después de 24 horas, el agua se vuelve de color marrón. Pueden aparecer algunas burbujas. Esto es normal.

Cómo usar el fertilizante

Riego de plantas
iStock

Para usar este fertilizante casero, filtra todas las partículas sólidas.

Luego puedes aplicarlo directamente para regar las plantas. Ayudará a que se desarrollen, a que florezcan o a que den frutos, según la fase en la que se encuentren.  Puedes usarlo una vez a la semana

Además de utilizarlo para regar la tierra, también puedes usarlo para pulverizarlo sobre las hojas a primera hora de la mañana. 

  • Con las plantas de interior: aplica el riego diluido en sustratos secos. Ideal para potos, helechos u orquídeas, que sufren por falta de nutrientes en macetas.
  • En el huerto urbano: usa la infusión en tomates, pimientos o lechugas. Mejora el sabor de los frutos y reduce grietas por deficiencia de calcio.
  • Con las plantas enfermas: si las hojas se vuelven amarillas o los tallos están débiles, aplica la infusión sin diluir (solo en tierra) una vez por semana hasta que se produzcan mejoras.

Algo más que un fertilizante

Las soluciones caseras son más ecológicas y sostenibles que los productos comerciales. Reutilizar los desechos de la cocina, reduce tu impacto ambiental personal. 

Con desechos de la cocina también puedes preparar prácticas soluciones caseras para combatir las plagas y enfermedades de tus plantas.

 

Si te ha interesado este artículo y te gustaría recibir más sobre bienestar, hogar y huerto o jardinería, únete al canal de WhatsApp de Cuerpomente.