España tiene un importantísimo patrimonio natural y está llena de lugares espectaculares donde disfrutar del contacto con la naturaleza. Cuenta con una gran red de parques nacionales y naturales en los que merece la pena perderse durante unos días. National Geographic ha seleccionado los mejores para hacer una escapada.
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Es uno de los 16 Parques Nacionales que hay en España, que merecen esta distinción por tratarse de espacios naturales de alto valor natural y cultural y poco alterados por la actividad humana y que, tal como explican desde el Ministerio para la Transición Ecológica, “en razón de sus excepcionales valores naturales, de su carácter representativo, la singularidad de su flora, de su fauna o de sus formaciones geomorfológicas, merece su conservación una atención preferente y se declara de interés general de la Nación por ser representativo del patrimonio natural español”.
El de Ordesa y Monte Perdido hace más de 100 años que se declaró Parque Nacional (en 1918), el segundo más antiguos del país. Situado en el Pirineo de Huesca es una auténtica maravilla natural que comprende diversos ecosistemas que incluyen prados, bosques, gargantas y glaciares.
Se extiende por cuatro valles (Ordesa, Añisclo, Escuaín y Pineta) y un pico, el Monte Perdido, el más alto de los Pirineos con una altitud de 3.348 metros. Ofrece diversas rutas con diferentes grados de dificultad, desde las más desafiantes como la que sube al glaciar del Monte Perdido, hasta otras mucho más relajadas por los valles y cascadas.
Parque Natural de Somiedo
El Parque Natural de Somiedo es un espacio protegido situado en Asturias y declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Conocido por su naturaleza virgen y su diversidad de ecosistemas, es ejemplo de la convivencia entre la actividad humana y la fauna salvaje. De hecho, es famoso por los osos pardos que lo habitan, una de las mayores poblaciones en libertad de Europa.
Comprende cuatro grandes valles: Saliencia, Valle, Somiedo y Pigüeña, que albergan diversos ríos y lagos, así como encantadoras aldeas y cabañas tradicionales. Existen varias rutas de senderismo por las que disfrutar de la belleza natural del parque.
Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici
Situado en el Pirineo Central, en la provincia de Lleida, el Parque Nacional de Aigüestortes es conocido por su riqueza en agua: alberga más de 200 lagos y diversos lagos, ríos, arroyos y cascadas. También por ser hogar de una variada flora, con frondosos bosques de pinos negros, abetos, pinos silvestres, abedules y hayas; y por su fauna de origen alpino, entre la que destacan animales majestuosos como el águila real o le quebrantahuesos.
Se declaró Parque Nacional en 1955 y hoy en día cuenta con varias rutas de senderismo de diversa dificultad, algunas de ellas bastante desafiantes que pasan por collados y conectan refugios, y desde las que puedes disfrutar de vistas impresionantes. También hay rutas para hacer en bici, algunas planas y otras mucho más exigentes.
National Geographic destaca la vuelta al espectacular lago de Sant Maurici (al que se puede llegar en taxi todoterreno desde Espot) como una de las más sencillas y accesibles para hacer en familia con niños pequeños. La subida al lago y refugio de Colomers es otra de las más populares y puede accederse desde el Valle de Arán.
Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama se creó en 2013 y está situado al norte de Madrid (a aproximadamente una hora en coche), entre las provincias de Madrid y Segovia.
Cuenta con montañas de más de 2000 metros (la más alta de las cuales es el Peñalara, con 2.428 metros), grandes bosques y una variada vida salvaje, entre la que se encuentra el lobo ibérico, el corzo, el ciervo, o aves como el águila real y el buitre negro.
Puedes pasear por las diversas rutas de senderismo que ofrece o ir en bici por una de las seis rutas ciclistas disponibles, con diferentes niveles de exigencia.
National Geographic destaca la Pedriza del Manzanares, un enclave muy apreciado por los escaladores, lleno de rocas con siluetas fácilmente reconocibles como el pájaro o el elefantito.
Parque Natural del Delta del Ebro
El Parque Natural del Delta del Ebro, situado en el sur de Cataluña, en la provincia de Tarragona, es un lugar natural único en España creado por el rio Ebro que a lo largo de los años ha ido depositando sus sedimentos hasta formar un espectacular delta.
Se trata de un riquísimo hábitat acuático con una gran biodiversidad (con miles de especias de aves e importantes colonias reproductoras) y paisajes espectaculares, desde los extensos arrozales del interior hasta la playa del Trabucador o la Punta de la Banya.
Hay diversas actividades para hacer, como recorrer sus senderos a pie, ir en bicicleta por sus llanos caminos u observar aves desde una de muchas casetas-observatorio que hay en el parque.