Crear en el jardín o en el huerto un remanso para insectos y ácaros beneficiosos es muy fácil y está al alcance de todos. Conociendo sus preferencias podrás planificar el huerto o el jardín, lo cual será ya un buen comienzo.

Escogiendo plantas adecuadas y tomando algunas medidas para proteger a tus pequeños aliados favorecerás un equilibrio que beneficiará a todos.

Pon plantas que les gusten

Lo primero que habrá que hacer es optar por especies autóctonas para incorporarlas en el seto vivo y en cercanía del huerto. Serán plantas bien adaptadas a las características del terreno, por lo que crecerán más fuerte, más sana y, en consecuencia, más floridas.

Ofrecer a insectos y ácaros beneficiosos polen y néctar será tu forma de pagarles por el trabajo que realizarán. 

en el huerto

Entre verduras, legumbres y aromáticas hay una vasta selección. La berza, los guisantes, las habas, las alubias verdes, las chirivías, el apio, las achicorias, el diente de león, las zanahorias, el hinojo, la escorzonera, el tomillo, las salvias, el romero, el ajo y el puerro entre otras son excelentes plantas productoras de néctar y polen cuando se las deja florecer.

Las chirivías, los hinojos y las zanahorias en flor, superan en belleza a muchas plantas ornamentales.

En el seto vivo

Este sector del huerto o del jardín al no estar sometido al laboreo ni al pisado, procura lugares de abrigo para el invernado y la nidificación, favoreciendo a las especies de ciclo larvario largo. La gran variedad de hierbas que prosperan en su base son también la clave de su valor ecológico.

Su importancia va más allá de sólo crear un microclima. Los árboles y arbustos que a veces también forman parte, constituyen un medio muy rico, diferente al que proveen las plantas herbáceas, suministrando alimento y abrigo a estos insectos aliados.  

Crea refugios artificiales para los insectos

En entornos precisos, pequeños o muy urbanos como un balcón o una terraza florida donde se quiere atraer a estos insectos se pueden preparar abrigos o nidos artificiales.

Los “hoteles de insectos” ya son frecuentes de encontrar a diferentes escalas. Se pueden comprar ya armados o hacerlos con mínimas pautas de bricolaje.

Algunos himenópteros, abejas solitarias y otros parientes utilizan tallos huecos como los de los carrizos para instalar sus nidos. La forma más simple de ayudarles, consiste en confeccionar pequeños haces o manojos con tallos de diferentes grosores. Estos son “campings para insectos”, más sencillos, pero igualmente efectivos.

Cómo confeccionar “un camping de insectos” paso a paso

  • Toma pequeños manojos de tallos huecos de diferentes grosores y de un largo aproximado de 15 cm. Tallos como los de las zarzas que están llenos de guata, son el complemento perfecto para armar estos haces.
  • Los tallos huecos, córtalos por un lado a la altura de un nudo para que sólo tengan un orificio de entrada. Átalos con dos trozos de alambre o un cordón resistente.
  • Colócalos en diferentes lugares unos en posición vertical y otros en horizontal. Los tallos de las plantas de la familia de las Apiáceas (Umbelíferas) como las zanahorias, hinojos, apios y comino tienen los tallos huecos para que los reutilices luego de la floración y cosecha de las semillas. 

Cuidado con los insectos auxiliares, ¡también los necesitas!

Muchos de ellos se encuentran de forma natural en los campos y, en la mayoría de los casos, pasan desapercibidos; en otros casos, son eliminados por desconocimiento aplicando productos fitosanitarios o biocidas. Sin embargo, pueden ser tus grandes aliados a la hora de combatir las plagas.

Mariquitas (Coccinélidos)

Son las más conocidas y voraces. Una sola larva de mariquitapuede devorar entre 50 y 200 pulgones al día y una adulta 1000 por temporada, unos 20 al día. Su menú preferido son pulgones, moscas blancas y arañas rojas.

Las margaritas, caléndulas, crisantemos y manzanillas están entre las plantas que más las atraen.

Crisopas (Neurópteros)

Son fácilmente reconocibles por su delicada belleza. Su color verde pálido, sus ojos redondos y dorados y la textura de sus alas las ha llevado a ganarse el adjetivo de las hadas del jardín. Inclusive los huevos son reconocibles, ya que son pequeños (1 mm) y las hembras los colocan suspendidos de un pie en las plantas.

Las larvas son muy voraces, pero también lo son los adultos que están activos casi todo el año. Son grandes consumidoras de pulgones y moscas blancas. Los adultos necesitan además del néctar de las flores como aporte energético.

Chinche de las flores u Orius (Antocóridos)

Son eficaces depredadoras de fitófagos problemáticos como los trips. Su nombre ya indica la estrecha relación con la floración del entorno. Los adultos miden 3 mm y tienen forma oval. Tanto larvas como adultos son depredadores.

Sírfidos o moscas de las flores (Dípteros)

Los adultos son excelentes polinizadores y las larvas se alimentan principalmente de pulgones. La abundancia de flores en el entorno es fundamental para su acción efectiva. Si bien las larvas de los sírfidos pueden tener necesidades alimenticias distintas en función del género al que pertenezcan, todos los adultos tienen una alimentación común basada en néctar y polen.

Avispas alfareras (Euménidos)

Son avispas solitarias que construyen nidos de barro redondeados con una boca, muy similar a un botijo. Son excelentes aliadas contra las larvas de lepidópteros (polillas y mariposas) ya que la hembra las caza y las coloca dentro del nido junto a sus huevos. Al nacer las avispitas ya tienen el alimento asegurado.

Avispas cazadoras (Sphecidos)

Al igual que las avispas alfareras, alimentan a sus crías de larvas de lepidópteros, aunque las prefieren de mayor tamaño. En este caso, construyen sus nidos en el suelo.

Libélulas y Caballitos del diablo

Estos depredadores actúan donde otros no lo hacen, en el aire. Prosperan en medios dónde el agua no esté contaminada ya que crían en ella. Las libélulas, tienen los ojos más grandes, son más robustas y tienen el tórax más ancho que los Caballitos del diablo.

Mantis religiosa

Existe una rica variedad de especies en la Península Ibérica. Son excelentes cazadoras de polillas, moscas, grillos y saltamontes.