Si quieres controlar las plagas de las plantas de tu casa, huerto o jardín sin pesticidas químicos que pueden ser perjudiciales para las propias plantas, el medioambiente y tu salud, el aceite de neem puede ser una buena opción.
Sin embargo, como ocurre con todos los productos destinados a prevenir o controlar las plagas, hay que saber cómo emplearlo bien.
¿Qué es el aceite de neem?
El aceite de neem se extrae del árbol del mismo nombre (Azadirachta indica), originario de zonas de Asia suroriental como la India, Sri Lanka y Myanmar. Es un árbol que puede llegar a los 30 metros de altura con flores blancas muy aromáticas y unos frutos parecidos a las aceitunas.
Es un árbol sagrado en la religión hindú y en la medicina ayurvédica se usa de forma tópica para tratar enfermedades y problemas cutáneos como la psoriasis, la lepra, los hongos de la piel (como el pie de atleta), el acné… El aceite de neem, que se extrae de la primera presión en frío de las semillas, se ha empleado tradicionalmente con fines cosméticos y también como insecticida y plaguicida.
USOS del aceite de neem para las plantas
El aceite de neem cumple diversas funciones para el cuidado de las plantas:
- Contra las plagas de insectos: se considera útil para eliminar plagas de pulgones, larvas de escarabajos, orugas, saltamontes, cochinillas, trips, arañas rojas y moscas blancas.
- Para combatir los hongos como el mildiú polvoriento y la mancha negra.
El principal ingrediente activo del aceite de neem es la azadiractina, que repele y altera el equilibrio hormonal de los insectos, impidiendo su reproducción y alimentación y, en última instancia, provocando su desaparición. También contiene otros compuestos que son eficaces en el tratamiento de enfermedades fúngicas y bacterianas.
Cómo usar el aceite de neem para las plantas
El aceite de neem se puede usar en todo tipo de plantas, tanto de interior como de jardín, ya sean flores, hierbas, verduras u hortalizas. Sin embargo, antes de usarlo extensamente conviene hacer una pequeña prueba en una hoja y esperar unas 24 horas para ver cómo reacciona la planta.
En las tiendas para plantas puedes encontrar diversos productos que contienen el aceite de neem como ingrediente, algunos ya lo tienen diluido y vienen en forma de spray que puedes usar directamente en las plantas, y en otros está concentrado y hay que diluirlo previamente.
También puedes comprar aceite de neem puro en las herboristerías y diluirlo en agua. Es tan simple como seguir estos pasos:
- Mezcla unas 30 gotas de aceite de neem en un litro de agua y colócalo en un pulverizador (para que sea más efectiva, haz la mezcla el día que la vayas a usar).
- Comienza a rociar la planta a tratar desde la parte superior y ve bajando de forma que el líquido llegue a todas las partes de la planta, incluida la parte de abajo de las hojas, donde muchos insectos suelen esconderse y poner huevos.
- Pasados unos 3 o 4 días, comprueba si la plaga sigue estando en la planta y, si es así, vuelve a aplicar el aceite de neem. Es probable que necesites unas cuantas aplicaciones antes de ver los efectos.
Conviene aplicarlo temprano por la mañana o al final del día para evitar quemaduras en las hojas y porque los insectos beneficiosos (como las abejas, las mariposas o las mariquitas) son menos activos a esas horas, por lo que corres menos riesgo de dañarlos. Se recomienda evitar su uso durante temperaturas extremas.
El aceite de neem también puede verterse en el agua de riego, a razón de unos 3 a 5 ml de aceite de neem por cada litro de agua.
A diferencia de otros pesticidas que continúan actuando después de la aplicación, el aceite de neem no tiene efecto una vez se ha secado. Es biodegradable y se descompone rápidamente en componentes inofensivos.
En cualquier caso, si has usado el aceite de neem en verduras, frutas u hortalizas, es importante que las laves bien antes de comerlas.