La glicina es una magnífica planta trepadora que destaca por el encanto único de sus grandes racimos de flores colgantes, predominantemente moradas y blancas, que aparecen desde abril. Estas flores atraen a las abejas, mariposas y otros insectos polinizadores.
Originaria de China y perteneciente a la familia Fabaceae, la glicina es un árbol de hoja caduca que puede alcanzar hasta 10 metros de altura. A pesar de su tamaño, es fácil de podar.
Con el tiempo, la glicina desarrolla un tronco robusto y solo necesita soporte, como un enrejado o celosía, durante los primeros años. Sin embargo, es importante tener en cuenta que todas las partes de esta planta son venenosas.
La mejor ubicación para la glicina
Para que florezca en todo su esplendor, la glicina necesita un lugar cálido y soleado, preferiblemente protegido de la lluvia. Una pared orientada al sur o suroeste es ideal.
Aunque la planta puede crecer en sombra parcial, la floración será menos exuberante. Los suelos ricos en humus y con buen drenaje son los más adecuados, mientras que los terrenos con encharcamiento, compactación o excesivamente arenosos deben evitarse.
La glicina no es ideal para cultivarla en maceta, ya que su cuidado es más complejo y su desarrollo es limitado en comparación con el crecimiento en el jardín.
Cómo plantar una glicina
La primavera es la mejor época para plantar glicinas, ya que esto les permite adaptarse al nuevo entorno y desarrollar raíces antes de que comiencen a brotar. Sin embargo, también es posible plantarlas en cualquier momento del año, siempre que el suelo no esté congelado.
Si has comprado una glicinia aún pequeña, entiérrala en un hoyo que doble las dimensiones de la maceta. Rellena el hueco con tierra preparada y comprímela para que no se formen bolsas de aire. Los primeros días y semanas, riégala frecuentemente.
Preparación del suelo
- Suelos ligeros: mejora la calidad mezclándolos con tierra para macetas.
- Suelos pesados: añade arena a la tierra para macetas para facilitar el drenaje.
- Asegúrate de que el pH del suelo esté entre 5,5 y 7.
- Elimina cuidadosamente las malas hierbas desde la raíz.
Qué Cuidados y abono necesita la planta
Riego de la glicina
Es crucial regar las glicinas según sus necesidades, especialmente en verano y durante los primeros años de crecimiento. En muchos casos, las raíces no reciben suficiente agua debido a la ubicación de la planta, por lo que es importante complementarlo manualmente.
La norma general, durante todo el año, es que la tierra debe mantenerse siempre ligeramente húmeda. No obstante, es importante evitar los encharcamientos.
Por otra parte, durante los primeros tres años de vida de la planta será necesario regarla más frecuentemente que después.
Fertilización
- Primavera (marzo/abril): aplica fertilizante orgánico para promover la formación de humus y asegurar un efecto duradero.
- Última fertilización (julio): evita que el suelo se seque después de añadir nutrientes, cubriéndolo con una capa de mantillo o compost maduro.
Cómo podar la glicina
La poda regular es esencial para mantener la glicina bajo control y maximizar su floración, ya que las flores se forman principalmente en brotes cortos.
Poda de verano
- Corta los brotes largos hasta dejar unos 7 ojos (aproximadamente 30 cm).
- Recorta también los brotes laterales.
- Realiza esta poda antes de agosto para asegurar una abundante floración el próximo año.
Poda de invierno
- En febrero o marzo, corta nuevamente los brotes, dejando solo 2 o 3 ojos. Esto fomenta la formación de brotes cortos y con mayor floración.
- Esta poda también permite ajustar la forma de la planta, ya que es más fácil ver la estructura sin hojas.
La glicina tolera bien incluso podas radicales. Además, en sistemas de soporte como enrejados o pérgolas, puedes sujetar los brotes largos a los alambres para guiar su crecimiento.
Plagas y enfermedades
La glicina es una planta robusta y poco susceptible a plagas o enfermedades. Sin embargo, hay algunos problemas que pueden surgir:
Ratones de campo: a estos roedores les encantan las raíces de la glicina. Si notas un marchitamiento repentino, revisa las raíces para descartar daños.
Pulgones: aunque suelen ser un problema visual, es mejor tratarlos para evitar que debiliten la planta. Puedes usar aerosoles de agua jabonosa, asegurándote de rociar todas las áreas infestadas.
Con el cuidado adecuado, la glicina no solo embellecerá tu jardín con sus espectaculares flores, sino que también aportará un toque de elegancia y frescura.