Evitar sentir emociones es la principal causa de nuestro sufrimiento, de nuestras adicciones y de nuestras enfermedades, y es también algo que presencio constantemente en mis sesiones de terapia meditativa, a través de diferentes estrategias inconscientes de huida. La meditación puede ayudarnos a conectar y naturalizar esas emociones, y en muchos casos puede resultar especialmente útil recurrir a meditaciones guiadas, que nos ayudan a hacerlo de forma estructurada y sintiéndonos acompañados.
Por qué huímos de las emociones
La razón de esto es que hay emociones que duelen y son tremendamente incómodas, por lo que tratamos de distraernos de ellas para no sentir su incomodidad.
Otra de las razones es que tenemos integradas ciertas creencias sociales en relación a lo que es correcto que sintamos y a lo que es inaceptable, lo cual nos lleva a rechazar ciertas emociones para no caer en la etiqueta social asociada a ellas. En este caso, las estrategias de huida de estas emociones suelen aparecer en la forma de vergüenza o culpa.
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Está bien sentir exactamente lo que estás sintiendo
Está bien sentir exactamente lo que estás sintiendo, sí. Cierra los ojos y tómate un momento para integrar esto. ¿Cómo te resuena?
Todas y todos necesitamos oir e integrar esto, y he creado esta meditación guiada para apoyarte a que sientas que todas tus emociones están bien tal y como son y que es natural y necesario que las sientas y las acojas en ti. Cuando sientes tus emociones como algo natural, te abres a formar parte del todo, de la energía vital que pasa a través de todos los seres, y puedes sentir que lo que ocurre y tal y como ocurre, está de tu lado.
Además, hay algo muy poderoso en atribuir a tu paisaje interior la belleza que puedes sentir a través de la observación de un paisaje natural. Cuando lo haces, te aceptas y te das el permiso de ser tal y como eres, y esa es la mayor expresión de amor propio.
Cómo meditar para naturalizar tus emociones
- Empieza tomando una postura cómoda, deja caer tu cuerpo manteniendo también tu espalda recta.
- Comienza simplemente dándote cuenta de este momento presente: el movimiento de tu respiración, las sensaciones en tu cuerpo y las sensaciones que percibes a través de tus sentidos. Observa.
- Puedes tomar una respiración un poco más profunda.
- Ahora te invito a que visualices un árbol dentro de ti. Es un árbol otoñal y alto, con hojas de colores que se mueven naturalmente con el viento del entorno.
- Siente cómo las sensaciones que hay en tu cuerpo ahora mismo son provocadas por ese movimiento. Siente cómo son para ti esas sensaciones: quizás son intensas, es un día de tormenta en el entorno de ese árbol; o quizás son más sutiles, es un día calmado.
- Simplemente observa tus sensaciones desde este lugar, acogiéndolas como un árbol en un entorno natural.
- Siente como tus sensaciones internas se mueven y cambian tal y como se mueve y cambia constantemente la naturaleza.
- Y siente esa energía vital común que pasa a través de la naturaleza y través de ti, como parte que eres de esa naturaleza. Pasa a través de ti en forma de emociones, de sensaciones, de sentimientos, tal y como pasa a través de la naturaleza a través de las diferentes estaciones y condiciones climáticas. Obsérvala como tal.
- Siente la belleza de esa energía vital pasando a través de ti tal y como sientes bella a la naturaleza. Sois la misma bella energía en diferentes expresiones.
- Date el permiso de sentir la expansión de esa belleza en ti, de verte a ti y a tus emociones como algo precioso. Dale espacio y siente el efecto de ella en tu cuerpo.
- Cuando lo sientas puedes comenzar a moverte y a abrir tus ojos, trayendo esta sensación de belleza a tu día.