Si tienes un huerto urbano, ya habrás notado la cercanía del invierno y conviene arrancar o cosechar las plantas más sensibles al frío. La mayor humedad ambiental y el frío reducen las labores de riego y escardas.
Es una época propicia para empezar a esparcir estiércol o compost en jardines ornamentales y al pie de los árboles frutales. Podemos dejarlos en superficie un tiempo y esperar a enero o febrero para cubrirlos con acolchados de hierba o paja, o para ir incorporándolos en la tierra, muy superficialmente.
La abundancia de hojas caídas en otoño y de plantas y restos orgánicos que se retiran del huerto, junto a la humedad ambiental, hacen que sea una gran época para compostar. Toda planta que haya terminado su ciclo conviene arrancarla y echarla al montón de compost.
Tareas del huerto en noviembre
El frío ralentiza el desarrollo de los cultivos, pero también el de las hierbas competidoras típicas de primavera y verano, por lo que los acolchados y las coberturas de paja o de restos orgánicos ya no son tan necesarios. Además, si la tierra se enfría mucho, los microbios del suelo se inactivan. Nos interesa favorecer la actividad de los microorganismos del suelo, pues descomponen restos orgánicos y alimentan los cultivos. Es mejor dejar la tierra expuesta a la radiación solar y cubrirla con una capa de mantillo negro; así en días de sol se calienta y acumula calor.
Los días ventosos y las oleadas de frío intenso suelen ralentizar o dañar algunas plantas. Un pequeño invernadero o túnel de plástico nos permitirá alargar los cultivos más sensibles al frío. Si disponemos de una pared o muro expuesto al sur, también podemos aprovecharlo para plantar allí las hortalizas sensibles cuyas cosechas queramos alargar. Protegerá del viento frío y acumulará calor durante el día para radiarlo al anochecer.
Qué plantar en el huerto en noviembre
En noviembre es época de sembrar:
- Espinacas
- Brócoli
- Canónigos
- Guisantes
- Habas (en zonas frías)
- Ajos
- Rabanitos
- Patatas
- Nabos negros
- Escarolas
- Lechugas
- En semilleros protegidos podemos hacer planteles de cebollas, coles, brócolis y lechugas.
Consejos para sembrar en noviembre
- Brócoli. Para disfrutar de tiernas pellas, conviene sembrar y trasplantar plantones de forma regular, al menos una vez al mes. Los trasplantes de final de año tienden a espigar al llegar la primavera.
- Habas. En zonas cálidas se suelen sembrar a final de septiembre, pero en las frías es mejor en noviembre. Para que crezcan abundantes vainas, conviene sembrar en tierras pobres y poco abonadas.
- Canónigos. Su rápido desarrollo y pequeño tamaño permite realizar siembras regulares a modo de planta «comodín», intercalada entre otros cultivos de mayor porte como coles o brócolis.
- Nabos negros. Se siembran directamente todo el año, pero los de esta época son los más tiernos. Si esparcimos demasiadas semillas, clareamos cuando tengan cuatro hojas y trasplantamos a otro lugar.
Qué cosechar en noviembre
Aunque empiece el frío, aún podemos cosechar:
- Acelgas
- Coles
- Alcachofas
- Apios
- Nabos
- Hinojos
- Espinacas
- Perejil
- Guisantes
- Lechugas
- Rabanitos
- Puerros
- Remolachas
- Zanahorias
- Rúcula
- Y en zonas cálidas, incluso berenjenas, pimientos, calabacines o tomates.
Consejos para cosechar en noviembre
- Guisantes. En zonas templadas ya podemos disfrutar de ellos. El mejor momento de la cosecha es cuando los granos están bien formados: las vainas presentan «bultitos» y dejan de estar lisas.
- Lechuga trocadero. Tolera bien las bajas temperaturas, aunque ralentizan su desarrollo. Al tener hojas muy tiernas, podemos ir entresacando las externas mientras sigue desarrollándose el cogollo.
- Puerros. Para beneficiarnos de sus propiedades, mejor no blanquear los tallos y cosechar los más grandes y bien formados. Podemos aprovechar las hojas verdes externas en guisos y caldos depurativos.
- Rúcula. Es una de las mejores épocas para disfrutar de sus tiernas y picantes hojas. El frío y las inclemencias del otoño propician que sintetice mayores concentraciones de polifenoles y sulfurofanos.
- Alcachofa. A las alcachoferas les gusta el frío, pero no extremo. En las zonas cálidas ya estamos cosechando las primeras alcachofas; en zonas frías, hasta febrero aún podemos realizar esquejes y trasplantarlos para cosechar a final de invierno o en primavera. Para obtener buenas cosechas durante meses, conviene un buen abonado de fondo, con unos 6 kg de compost o estiércol por m2 y regar con regularidad. Cuando estén dando alcachofas también conviene aportar cada mes humus de lombriz.
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