Seguro que alguno de sus seguidores ha intentado convencerte de pasarte al kéfir. Este alimento levanta pasiones, y quienes prueban sus beneficios intentan convencer a todo el mundo de que tiene que probarlo. Quizá su olor o su sabor te espante al principio, pero si estás aquí es porque la kéfirmania ha llegado a tu puerta y te preguntas si es realmente una mejor alternativa al yogur.

Son muchos los factores que debemos tener en cuenta, por eso lo mejor es preguntar a los profesionales. El nutricionista Pablo Ojeda tiene claro su veredicto, y tras explicarnos los pros y los contras de estos dos productos esenciales, tiene claro que el ganador es…

Hablemos de bacterias

Todavía no te vamos a dar el veredicto de Ojeda, porque antes de llegar a la conclusión debemos comprender los motivos de su respuesta. Y el primer punto que nos invita a analizar el experto es la capacidad probiótica de estos dos productos.

kefir de leche
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“El kéfir es más potente para tu microbiota que el yogur”, asegura el nutricionista, porque está fermentado, contiene hasta 30 tipos de microorganismos beneficiosos para nuestra flora intestinal, mientras que el yogur apenas cuenta con entre 2 y 5 de estas bacterias.

Y no es un tema solo de cantidad. Está demostrado que las bacterias presentes en el kéfir tienen una mayor capacidad de colonización en el intestino, y permanecen más tiempo en él. Esto hace que puedan ejercer un mayor efecto sobre la flora intestinal.

Por su lado, el yogur “solo tiene efecto mientras se consume”, nos explica el Ojeda en un video para Instagram.

Intolerantes a la lactosa

Si estás dentro de ese gran porcentaje de personas que no digiere bien la lactosa, esto te interesa. Porque, según nos explica Luis Ojeda, el kéfir es mucho más digestivo que el yogur, precisamente, por ser naturalmente bajo en este tipo de azúcar natural que se encuentra presente en la leche y los productos lácteos.

Las bacterias que forman el kéfir digieren esta lactosa durante el proceso de fermentación con mayor eficacia que las del yogur, por lo que cuando llega a nuestras manos resulta más fácil de digerir.
 

¿Efecto antiinflamatorio?

Otra gran leyenda que circula acerca del kéfir es que es un producto antiinflamatorio. Y, ¿es así? El nutricionista Luis Ojeda lo confirma. El kéfir tiene un efecto más potente en la reducción de la inflamación intestinal, aunque el yogur también nos ofrezca este beneficio.

Todo se debe a que el kéfir es muy rico en levadura y péptidos bacterianos, que son los encargados de reducir la inflamación y, además, fortalecer el sistema inmune.

Hablemos del sabor

Para acabar esta comparación, no podemos olvidarnos de que la comida debe ser siempre palatable. Es decir, que debe ser agradable comerla, porque de lo contrario no la integraremos como parte de nuestra dieta habitual.

yogur
Fotografía: Gtres/Stockfood

En este sentido, el yogur sea quizá superior al kéfir. Su textura es más cremosa y su sabor más suave, mientras que la comparación, el kéfir es líquido y algo más ácido. Sin embargo, y como se suele decir, para gustos están los colores. Hay personas que aseguran preferir estos tonos ácidos del kéfir a los del yogur, y los hay que apuntan lo contrario.

Todas estas diferencias se deben, en realidad, a procesos de fermentación diferentes. Mientras que el yogur se prepara en exclusiva con las bacterias Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, el kéfir cuenta con una combinación más compleja de bacterias y levaduras. El yogur se prepara a una temperatura constante y cálida, y el kéfir a temperatura ambiente. En el primer caso, se usan cultivos activos, mientras que en segundo se añaden los granos de kéfir (este conjunto de bacterias) a la leche a temperatura ambiente.

Estas variaciones en la preparación hacen que estos dos productos fermentados a partir de la leche tengan grandes diferencias. Pero todavía no resolvemos la gran pregunta de este artículo: ¿cuál de las dos opciones es mejor?

¿Yogur o kéfir?

Luis Ojeda lo tiene claro: “el kéfir es superior al yogur debido a su mayor diversidad y capacidad de colonización”. Esto no significa, sin embargo, que debamos eliminar el yogur de nuestra vida. ¡Ni mucho menos! “Si solo buscas una opción probiótica ligera y fácil de incluir en la dieta”, explica el nutricionista, “el yogur sigue siendo una opción superexcelente”

De hecho, su consejo es “alternar ambos para obtener lo mejor de los dos mundos”. Y es que, aunque los dos productos se parezcan, cada uno de ellos tiene sus particularidades. En la variedad, como suele decir, está el gusto.

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