No es la primera vez que una película, un programa o una serie de televisión influyen en la vida cotidiana de las personas. En esta ocasión, ha sido la exitosa serie de Netflix, Bridgerton, la que ha inspirado estilos de moda y decoración de interiores creando una nueva tendencia que ha revolucionado las redes sociales bajo el nombre de fridgescaping

Esta práctica se basa en la decoración de un electrodoméstico que todos tenemos en casa, la nevera. Ahora bien, no nos referimos a los imanes que muchas personas colocan en su puerta. El fridgescaping va mucho más allá. Sus seguidores adornan el interior de la nevera con flores, cestas de mimbre, espejos, marcos de fotos.... en fin, decoran el frigorífico cual estantería que todos tenemos en el salón. 

Atractiva, original y... ¿peligrosa?

Esta tendencia, visualmente tan llamativa, ha encendido las alarmas entre los especialistas de seguridad alimentaria, ya que la convivencia de estos adornos, como las flores frescas, junto a los alimentos, podría traer consigo riesgos inesperados. 

@bedbathandbeyond Ok who’s tried fridgescaping? Thoughts?! #fridgescaping#fridgeorganization#bedbathandbeyond 📹: credit/permission @lynziliving ♬ MILLION DOLLAR BABY (VHS) - Tommy Richman

Una de las principales razones que aducen los expertos para justificar su desconfianza hacia esta tendencia es la que hace referencia a la temperatura. Y es que, no hay que perder de vista que las neveras se crearon para conservar los alimentos mediante el frío. Además, su temperatura debe mantenerse estable para no alterar la calidad de los alimentos. Lo ideal sería que siempre permaneciera entre 1 y 4 ºC.

Partiendo de esta idea, si se introducen elementos que no son comida, como flores o jarrones, tal y como propone el fridgescaping , el resultado es que podría obstruirse la circulación del aire, lo que provocaría un enfriamiento desigual de las diferentes zonas de la nevera. Lo que a su vez tendría como consecuencia que las zonas más calientes se convertirían en un peligroso caldo de cultivo propiciando proliferación de bacterias. En definitiva, una amenaza para la salud de las personas. 

Otro de los riesgos a los que nos expone esta moda, según los expertos, es la contaminación cruzada o la posibilidad de que los elementos decorativos, como las flores frescas, transfieran bacterias o pesticidas a la comida.

menos sostenible

Otro de los efectos secundarios de esta decoración tan especial es que el hecho de introducir muchos elementos decorativos no esenciales obliga al frigorífico a trabajar más para mantener su temperatura. Este aumento de la tensión puede provocar un mayor consumo de energía, lo que aumenta la factura eléctrica y contribuye a que el hogar sea menos sostenible.

limpieza y orden, antes que estética

Sabemos que la introducción de elementos que no están pensados para ser usados en la nevera, conlleva ciertas alteraciones en el funcionamiento de este electrodoméstico, y en última instancia, efectos negativos en la salud de las personas.

Una de las conclusiones que se extraen a partir de esta idea es que la estética nunca puede pasar por encima de la seguridad alimentaria. Es más, los expertos nos recuerdan que la limpieza y la organización siempre deben primar sobre la estética. 

Alimentos conservados en la nevera
Unsplash

Por tanto, colocar los alimentos en un lugar u otro del frigorífico es una cuestión de seguridad alimentaria a la que se debería dar la importancia que se merece. 

Ahí van algunas de las claves para una distribución correcta de los alimentos:

  • En primer lugar, hay que tener en cuenta que la puerta es la zona menos fría de la nevera, y, por tanto, en ella no se deben almacenar los alimentos perecederos. Aquí solo deberíamos dejar alimentos que no requieren temperaturas muy estables, como las bebidas o las salsas industriales.
  • Los estantes superiores y centrales son una zona fría, por lo que debemos guardar los lácteos, los embutidos y los platos ya cocinados. Es decir, es el lugar perfecto para dejar los alimentos que ya hemos abierto y que debemos congelar en frío. 
  • En el estante más bajo, encima del cajón de la fruta y verdura, debemos dejar los alimentos más perecederos, ya que es la zona más fría. Es un estante ideal para carne y pescado crudos, o para los alimentos que estamos descongelando. 
  • Por último, el cajón inferior es el lugar perfecto para las frutas y verduras, ya que no es una zona demasiado fría, lo cual es ideal ya que las temperaturas más frías podrían estropearlas.