La geometría de la coliflor es bella y perfecta, como no podría ser de otra forma en la naturaleza, y si separamos sus tallos, de repente tenemos pequeños y divertidos árboles nevados que te llevar directo a la boca. Disfrutarás con su agradable y crujiente textura..
Por supuesto que podemos cocer la coliflor, hornearla, cocinarla al vapor… pero si la comemos sin cocinar, fresca, nos beneficiaremos mejor de sus propiedades saludables y culinarias.
Además de la coliflor blanca, existen variedades amarillas, verdes o lilas, ricas en diferentes antioxidantes. Al consumirla fresca, su color y riqueza antioxidante se conserva cien por cien.
Propiedades de la coliflor cruda
- No te dará gases. Primero y principal, decirte que la coliflor tiene fama de generar muchos gases, pero, en realidad, es así cuando la cocinamos. Si la comemos cruda, es lo opuesto. Nos ayuda a eliminar los gases. Curioso, ¿Verdad?
- Beneficiosa para tus pulmones. Si nos detenemos y vemos su forma, sobre todo si la cortamos por la mitad, sorprende su similitud con los pulmones. Creo en los mensajes de la naturaleza, pero además está su color blanco, que la medicina china relaciona con los alimentos idóneos para cuidar de este órgano respiratorio.
- Ricas en compuestos azufrados. Como todas las coles, la coliflor posee glucosinolatos con efecto antioxidante y desintoxicante.
- Fuente de vitamina C. La col cruda aporta hasta 120 mg de vitamina C, el doble de la que necesitas al día y cuatro veces más que cuando la cocinamos.
- Otros nutrientes. Tambien contiene vitaminas del grupo B, esenciales para el metabolismo energético y para el sistema nervioso, betacaroteno que se transforma en vitamina A, ácido fólico, selenio, hierro, calcio, magnesio, potasio y distintos flavonoides en dosis significativas.
Cómo sorprender con preparaciones originales con coliflor
La coliflor cruda está deliciosa tal cual, para picar, pero también da mucho juego en originales y sanas recetas.
- En ensaladas: añade la coliflor cruda sin miedo a las ensaladas, cortada bien chiquita.
- Como crudité o en paté: puedes usarla como crudité, o triturarla hasta que quede cremosa y hacer con ella el paté o salsa.
- Como cuscús: Otra opción es triturarla con textura de cuscús y condimentarla como un tabulé: con limón, menta, perejil, tomate, cebolla, sal, pimienta y aceite. O con aceitunas, especias...
- Arroz de coliflor: Un clásico en mis recetas es hacer una especie de arroz con ella para rellenar el sushi. Con solo triturar una parte de coliflor con otra de anacardos, piñones u otro fruto seco, aderezado con vinagre de arroz y sirope de agave, tendrás una increíble consistencia para hacerlo.
- Pickle: ¡Ferméntala! Combinada con ajo y fermentada constituye un auténtico néctar.
- Snacks crujientes: Si la condimentas y la llevas a deshidratar, te quedará un snack espectacular. A mí me gusta con curry.
- Crackers: También la puedes deshidratar como ingrediente de una masa para crackers. Yo he hecho unas de trigo sarraceno germinado con lino dorado, cáñamo y mucha coliflor. Están deliciosas.