Cada familia elabora la lista de la compra según sus gustos y necesidades, pero algunos alimentos son imprescindibles para cocinar rápido.
Conservas, alimentos secos, condimentos básicos... Te contamos cómo organizar tu despensa y tu nevera con un suministro básico para evitar la comida precocinada o a domicilio, más cara y menos saludable.
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¿Qué básicos hay que tener en la despensa?
- Pastas secas. Conviene tener variedades para sopa, y para hervir y acompañar con salsa.
- Pastas frescas rellenas. Según el relleno pueden aportar buenas proteínas. Se cuecen muy rápido.
- Fideos de arroz o soja. Son una alternativa a la pasta. Se cuecen en pocos minutos y se saltean en el wok con aceite y salsa de soja, verduras o huevo.
- Cuscús. Una sémola que se cuece en diez minutos y armoniza con todo.
- Arroz y cereales en grano. Se cuecen para varios días.
- Harinas y pan rallado. Permiten rebozar, elaborar salsas y espesar guisos, cremas y rellenos.
- Legumbres. Si se compran secas, que no sean muy viejas. Lo más cómodo es comprarlas hervidas y envasadas.
- Conservas de verdura. Las latas o conservas de buena calidad, envasadas al vacío y sin aditivos, permiten guarniciones, acompañar pastas y arroces, y salteados rápidos.
- Chucrut. La col fermentada envasada puede emplearse de guarnición o preparar en ensalada.
- Leches vegetales. Para desayunos y la elaboración de salsas.
- Cereales de desayuno. Mejor copos sin azúcar. Los de avena sirven para croquetas o una sopa.
- Frutos secos. No se deben comprar grandes cantidades. Los mejores son los que están en su cáscara. Complementan cualquier plato y ofrecen energía saludable.
- Semillas. De girasol, calabaza o sésamo. Un buen complemento.
- Levadura de cerveza. Complemento sabroso y que aporta vitaminas extra y proteínas.
- Aceites, vinagres y condimentos. Sal, azúcar, miel, vinagre de manzana, vinagre de Módena, aceite de oliva...para condimentar y cocinar.
- Especias. Un toque de curry o de comino pueden alegrar un plato.
- Bebidas. El agua es imprescindible. Los refrescos azucarados no son recomendables. Los zumos de fruta naturales, sí.
- Desayunos. Café, cacao, galletas de arroz...
- Salsa de tomate. Una buena conserva permite improvisar una comida a base de pasta.
- Caldos vegetales. Elegir las marcas que no lleven aditivos. Para familias con niños y con prisas.
- Sopas envasadas frías. Siempre que no contengan aditivos y sin abusar.
- Pan. Si no se puede comprar a diario, se elige un pan artesano de calidad y se congela en rebanadas dentro de bolsas de plástico. O se puede elaborar en casa con una panificadora y congelar.
- Tofu y seitán. Frescos, envasados y con fecha de caducidad lejana. Permiten múltiples cocciones.
- Algas. Un buen complemento y condimento.
- Salsa de soja. De buena calidad, para dar sabor.
¿Cómo organizar mejor la nevera?
Al igual que ocurre con la despensa, una nevera bien surtida y organizada es fundamental. Además, tenerla al día permite reducir el desperdicio de alimentos.
En tu nevera no deben faltar leches vegetales, verduras, frutas delicadas y tal vez salsas envasadas y encurtidos abiertos.
Todo debe estar tapado con papel film o en tarros de cristal. Las comidas ya cocinadas deben colocarse en un estante separadas de los alimentos frescos.
A veces los restos de una comida se quedan en la nevera durante días y se acaban echando a perder. Una buena política es congelarlos para otra ocasión.
La manipulación incorrecta de las sobras y alimentos cocinados es una de las principales causas de intoxicación alimentaria en el hogar.
Las verduras que no deberían faltar en la cocina son: zanahorias, calabacines, cebollas, patatas, algún pimiento, lechugas y tomates. También ajos y perejil para condimentar.
Luego se puede elegir entre champiñones, alcachofas (cocidas en el microondas o al horno), espinacas de bolsa (escaldadas o al vapor) o espárragos.
Las ensaladas envasadas, que vienen limpias y listas para ser consumidas, permiten tomar vegetales frescos sin mermas y con variedad de hojas. Solo hay que vigilar las fechas de consumo.
La fruta fresca se puede comprar por piezas, según el consumo. Si se adquieren una vez a la semana se han de elegir piezas verdes y maduras. Solo las más delicadas se guardan en la nevera.