Tobillos y piernas hinchadas, hormigueo, calambres y sensación de pesadez en las piernas son los síntomas de la insuficiencia venosa leves y más comunes. Las varices y las hemorroides son otro problema habitual derivado de un insuficiente retorno venoso.

Algunos cuidados naturales son de gran ayuda, concretamente llevar una alimentación equilibrada rica en frutas y verduras, con alimentos que estimulen la circulación, mantener una correcta hidratación y el movimiento físico. Los masajes y la fitoterapia cuidan también el sistema circulatorio.

Las infusiones y los productos de uso tópico y oral con extractos de plantas medicinales ayudan a prevenir y reducir las molestias de la vasodilatación. Al mismo tiempo pueden complementar el tratamiento de patologías como la hipertensión y la aterosclerosis.

El embarazo puede favorecer las alteraciones circulatorias. Se puede recurrir a algunos de estos remedios, salvo que se indique lo contrario y consultando siempre al médico.

Estas son 5 plantas medicinales especialmente útiles para la insuficiencia venosa muy utilizadas en fitoterapia:

Qué es la insuficiencia venosa y cómo prevenir complicaciones

A través de la sangre que fluye por las arterias, venas y capilares, nuestro organismo es capaz de transportar oxígeno y nutrientes a cada célula y eliminar los productos de desecho. Un maravilloso sistema de circulación regulado por uno de los órganos más importantes: el corazón. Sin embargo, el equilibrio en este complejo sistema adaptado a fluir contra la gravedad depende de muchos factores y puede alterarse fácilmente.

La insuficiencia venosa se produce cuando las venas tienen dificultad para transportar sangre desde las piernas hasta el corazón. Esto hace que las venas se llenen de sangre y se dilaten.

Varices, hemorroides y piernas cansadas son otras alteraciones vasculares muy frecuentes que alertan de un mal funcionamiento de la circulación venosa. Suelen aparecer en mujeres, por una cuestión hormonal.

Entre los síntomas de la insuficiencia venosa, en su forma leve, encontramos picor, calambres, pesadez, manos y pies fríos, o dolor.

Tomar medidas cuando se presentan los primeros síntomas es clave para evitar consecuencias graves que pueden comprometer la calidad de vida.

Las molestias leves se pueden aliviar integrando hábitos sanos y con productos naturales a base de plantas medicinales. Algunos principios activos vegetales son indicados también como terapia complementaria en las afecciones vasculares moderadas y crónicas.