Las piernas pesadas e hinchadas son la pesadilla de muchas personas cuando llega el calor. Dan sensación de cansancio e incluso se puede sentir dolor dolor o sensación de ardor, quemazón, sobre todo al caminar.
¿Por qué siento las piernas cansadas y doloridas?
Los síntomas de hinchazón, ardor y sensación de pesadez reflejan un problema circulatorio que se manifiesta principalmente en las extremidades inferiores. Son señal de que puede haber una insuficiencia circulatoria venosa, es decir, una dificultad del organismo para dirigir la sangre que procede de los pies hacia el corazón, superando la fuerza de la gravedad.
La insuficiencia venosa se manifiesta más con el calor. Esto se debe a que el calor ambiental hace que los vasos sanguíneos –especialmente las venas de las piernas, que son las que soportan más presión– se dilaten y tengan más volumen de sangre.
El mayor volumen de sangre no provoca congestión e hinchazón, sino que aumenta la temperatura de los pies y de las piernas, lo que puede incluso causar prurito y dolor.
Cómo mejorar la circulación de las piernas cansadas
Vídeo: Plantas eficaces que favorecen la circulación
Para frenar o mejorar el problema puedes adoptar varias medidas destinadas a estimular la circulación y mejorar el retorno venoso:
1. Aumenta tu consumo de vegetales crudos
Lo ideal es que mantengas un peso razonable con una dieta adecuada, abundante en fruta y verdura y una proporción grande de crudos. Asegúrate de que los crudos supongan al menos dos terceras partes de tu dieta durante la primavera y el verano.
2. Aplícate agua fría
Es importante acabar la ducha o el baño con agua fría para provocar la gimnasia vascular que supone la dilatación y contracción alterna de arterias y venas.
Al llegar a casa con las piernas hinchadas y calientes, un ejercicio de hidroterapia muy eficaz es también aplicarte chorros de dos minutos con agua fría en cada pierna.
Debes aplicar el chorro siempre del pie hacia la ingle, y luego secar solo los pies y dejar las piernas húmedas, para prolongar el estímulo del agua fría.
Andar en el agua fría de un río o la orilla del mar, con el masaje de las olas, también ayuda.
3. Muévete y activa esas piernas
Practica ejercicio todo el año para tonificar los músculos, que ayudan a impulsar la sangre. Nadar o hacer bicicleta sin resistencia son ejercicios que favorecen la circulación. En cambio, no es recomendable excederse con los ejercicios de piernas con pesos o resistencias fuertes.
4. Toma infusiones para mejorar la circulación
Con los primeros días de calor y hasta el otoño, es muy útil tomar dos o tres veces diarias plantas o preparados fitoterapéuticos para mejorar la circulación y fortalecer las venas y los capilares.
Entre las plantas más eficaces tienes el castaño de Indias, el rusco, la vid roja, el hamamelis o el ciprés, por ejemplo.
5. Eleva tus piernas mientras duermes
Elevar las piernas alivia la pesadez en cualquier momento, pero además te aconsejo, por las noches, dormir con los pies un poco más altos que el tronco. No hace falta que sea mucho: con 2 o 3 centímetros basta.
6. No comprimas tus piernas
Por último, evita utilizar prendas ajustadas, como calcetines y pantalones estrechos, sobre todo alrededor de los muslos. Opta también por tejidos transpirables, de hilo o algodón.