Al respirar, recogemos del entorno un aire que puede ser seco o húmedo, frío o caliente, pero luego, de los pulmones, exhalamos un aire siempre húmedo y cálido: es nuestro propio vaho, el más natural y accesible. Y a veces el mejor remedio para suavizar nuestras mucosas respiratorias.
Con un pañuelo, bufanda o mascarilla kaopoca japonesa, podemos hacer una pequeña tienda, respirar en ella e inspirar ese vaho.
Pero también podemos producir vahos calentando y evaporando agua, sola o con plantas medicinales. O, en lugar de inspirarlo, lo podemos aplicar localmente en patologías concretas.
En este vídeo encontrarás otras estrategias aparte de los vahos para expulsar mucosidad y mejorar un catarro:
Los vahos te ayudan a respirar mejor y mucho más
Los vahos resultan beneficiosos tanto por la acción del calor como por la de las plantas que añadamos al agua
Inspirar el vapor desinflama, alivia, fluidifica la mucosidad, ayuda a expectorar y activa el metabolismo.
Se indica al inicio de un resfriado o cefalea, y en sinusitis, laringitis u otitis media; en la bronquitis se pone la olla en un taburete bajo para dirigir el vapor también al pecho.
Los vahos de cabeza mejoran asimismo el acné, por su efecto depurativo de la piel.
En aplicaciones locales, el vapor puede ser útil frente al exceso de sudoración, en trastornos reumáticos y en uñeros.
Combinado con aplicaciones frías, ayuda en problemas circulatorios, así como a causar reacción en los pies y calentarlos. calor y humedad
Al hacer los vahos, estos tienen que ser siempre calientes y agradables. El vaho húmedo y frío imita un ambiente de niebla contraproducente para las vías respiratorias. Se venden vaporizadores de vahos fríos que, aun usados en ambientes calurosos, no benefician a la salud respiratoria.
Procura hacer los vahos en un ambiente cálido, con la digestión terminada. Y nunca sobre el suelo frío.
¿Qué plantas añadir al agua?
Elígelas por sus propiedades: salvia para el sudor excesivo de pies; castaño de Indias y vid para la circulación de las piernas; tomillo y romero para uñeros; harpagofito, romero o cúrcuma, entre otras, para el reúma…
También puedes respirar vahos dejando que la olla suelte el vapor y los aromas de las plantas por toda la habitación o la cocina y permanecer ahí respirando entre 20 minutos o una hora.
Puedes medir la humedad ambiental con un higrómetro: lo normal es un 50-70%. Si no llega, puedes poner una olla con agua y plantas que desprendan vapor y buen olor.
Cultiva plantas medicinales en casa. Su olor creará un ambiente más parecido a la humedad del bosque, con la calidez del hogar. De forma agradable esto suaviza las mucosas y mejora la limpieza y la función respiratoria.
Hacer vahos en casa es muy sencillo
En una olla calienta 3-5 litros de agua y las plantas elegidas. Siéntate enfrente y cubre cabeza, cuello y pecho descubierto con una sábana o toalla, y encima una manta de lana.
Para inhalar, destapa poco a poco la olla y respira por la nariz y la boca. Cierra la toalla o sábana y la manta para que no se escape el vapor, pero sin ajustarlas mucho para evitar quemarte.
El efecto es inmediato. La sudoración se producirá a los pocos segundos de empezar a inhalar el vapor. Alarga la sesión de 10 a 20 minutos. Para mayor eficacia, realiza dos sesiones al día.
Acaba el baño de vapor con una fricción de agua fría de toda la zona húmeda para crear contraste. A continuación sécate y abrígate bien inmediatamente.
El eucalipto(Eucalyptus globulus) es una de las plantas que puedes añadir al agua en caso de resfriado.
También aprovecha los baños de calor locales
El baño de vapor de pies se indica en el inicio del resfriado o cefalea, para ayudar a la reacción de los pies fríos, en el exceso de sudor (junto con aplicaciones frías), problemas circulatorios, reúma y uñeros.
Aplícalo así: siéntate, pon la olla en el suelo y encima una rejilla de madera para apoyar los pies. Envuelve la mitad inferior del cuerpo desnuda con una toalla y encima una manta de lana. Al acabar, pasa los pies por agua fría y sécalos bien.
El baño de asiento se usa como procedimiento sudorífico (más intenso que la sauna seca).
En una silla vieja abre un agujero en el centro para que pase el vapor y coloca la olla debajo. Siéntate abrigado como en el baño de pies (protege los testículos). Reposa de 15 a 30 minutos en la cama (calentada), sudando. Pásate un paño con agua fresca por todo el cuerpo y sécate.
También puedes tratar otras partes del cuerpo con baños parciales. Se aplica vapor sobre la zona que se desea tratar, de 10 a 15 minutos. Luego, reposo en cama (calentada), lavado frío del cuerpo y secado vigoroso. Se puede usar una manguera con boquilla para dirigir el vapor.