El primer chakra, Muladhara, situado en la base de la columna, en el suelo pélvico, es el transmisor energético de nuestros instintos de supervivencia y todo lo relacionado con nuestras raíces y necesidades físicas.
Tonificando y equilibrando el primer chakra disolvemos miedos, ganando seguridad, autoestima, estabilidad, capacidad de autosuficiencia y autodominio.
Chakras, nuestros grandes armonizadores
Chakra significa «rueda» y las escrituras antiguas describen los chakras como esferas giratorias, transmisores de la energía sutil con el fin de armonizar nuestro cuerpo físico, mental y anímico.
Cada parte de nuestro cuerpo físico, cada órgano, cada glándula, corresponde también a una parte de nuestro cuerpo energético conectada a través de los chakras.
Esta parte etérea no la podemos ver ni tocar, pero está ahí y nos conecta con nuestra esencia para dar coherencia a lo que hacemos, pensamos y sentimos y así disfrutar de una vida plena y feliz.
Fortalecer la raíz
Los textos antiguos nombran 7 chakras principales repartidos a lo largo de la columna vertebral, empezando por el sacro y terminando en la coronilla. A través de la práctica de yoga, estimulamos y equilibramos los chakras.
El nombre del primer chakra, Muladhara, significa «el soporte de tus raíces». Su energía es de color rojo y se sitúa en el perineo, representando la materia, lo que somos, el mundo de los hábitos, de los comportamientos automáticos y patrones instintivos que utilizamos para nuestra supervivencia.
Se ocupa de las necesidades básicas, las que te conectan a la Tierra, por eso está vinculado a nuestras glándulas suprarrenales y a nuestros pies.
Para trabajarlo, practicaremos una secuencia de posturas para conectar con los pies y nuestras raíces, nuestro poder de supervivencia, y a la vez ejercer una suave presión en las glándulas suprarrenales, tonificándolas y aportando seguridad y autoestima.
Practícala a menudo, sobre todo cuando sientas miedo o necesites unas dosis de perseverancia. Sabrás que tienes un primer chakra a tono si te sientes enraizada, centrada, segura, constante en tus hábitos saludables, capaz de superar cualquier obstáculo, y si tus órganos de eliminación funcionan bien.
En contacto con la tierra
Si puedes, practica esta secuencia en la naturaleza, en un parque, jardín o bosque, directamente con los pies en la tierra, sin esterilla.
Esto aumentará tu poder personal y los beneficios de las posturas, a la vez que ayudará a eliminar el exceso de cargas eléctricas de tu cuerpo. Respira de 5 a 7 veces en cada postura y, al terminar, relájate tumbada sobre la espalda unos minutos.