La amarilis (Hippeastrum) es un rayo de esperanza en los días más oscuros del año. Esta planta bulbosa, conocida por sus coloridas flores en forma de embudo, proviene de América del Sur y se ha convertido en un clásico de los interiores invernales.
Al ser sensible a las heladas, en muchas regiones solo puede cultivarse en macetas. Para garantizar que florezca con regularidad, es esencial evitar ciertos errores al cuidarla.
LOs 3 errores más comunes al cuidar la amarilis
1. Plantar los bulbos demasiado profundos
Si deseas que tu amarilis florezca para Navidad, es importante plantar o trasplantar el bulbo entre noviembre y principios de diciembre. Asegúrate de que la mitad superior del bulbo quede sobresaliendo del suelo. Esto evita que el bulbo se mantenga demasiado húmedo, lo cual podría ocasionar problemas como la pudrición de las raíces.
Para mayor seguridad, añade una capa de arcilla expandida o arlita en el fondo de la maceta y mezcla arena o gránulos de arcilla con la tierra para mejorar el drenaje.
Además, elige una maceta que no sea mucho más grande que el bulbo. Tras plantarlo, riega ligeramente y ten paciencia: espera a que aparezcan las primeras puntas de los cogollos antes de volver a regar.
2. Regar en exceso durante la floración
La amarilis atraviesa distintas fases de vida (floración, crecimiento y descanso), y el riego debe ajustarse a cada una.
Aunque podría parecer que necesita mucha agua durante la floración invernal, lo ideal es regarla moderadamente. Una vez que el tallo floral alcance unos 10 cm de altura, riega una vez por semana desde el platillo de la maceta.
A medida que crecen nuevas hojas y cogollos, aumenta el riego gradualmente. Sin embargo, evita el encharcamiento, ya que podría pudrir el bulbo.
Durante la primavera, cuando la planta crece con mayor vigor, puedes regarla más abundantemente, pero siempre asegurándote de que el exceso de agua no se acumule. En verano también has de regarla regularmente, además de tener en cuenta algunas precauciones para asegurarte de que sobreviva al calor.
3. Ignorar el período de descanso
La amarilis necesita un descanso para acumular energía para su próxima floración. Si no le permites esta pausa, las flores no volverán a aparecer.
Interrumpe el riego y la fertilización en agosto, retira las hojas amarillas y coloca la planta en un lugar fresco, oscuro y con tierra seca. En noviembre o diciembre, trasplanta el bulbo en tierra nueva y dale su primer riego para iniciar el nuevo ciclo de floración.
Si olvidaste este proceso, no te preocupes. Ajusta el riego y permite que la planta descanse durante dos meses. Aunque florecerá más tarde, seguirá mostrando su esplendor.
CONSEJOS PARA PROLONGAR LA FLORACIÓN DE LA AMARILIS
Si deseas disfrutar de la floración de tu amarilis durante más tiempo, sigue estos consejos prácticos:
Elige una ubicación adecuada: coloca la planta en un lugar luminoso, pero evita la luz solar directa, especialmente en las horas más intensas. La luz indirecta prolonga la duración de las flores.
Controla la temperatura: mantén la amarilis en una habitación con temperaturas entre 18 y 22 °C. Evita exponerla a corrientes de aire frío o fuentes de calor como radiadores. Las fluctuaciones de temperatura pueden acortar la vida de las flores.
Gira la maceta regularmente: las flores tienden a inclinarse hacia la luz. Gira la maceta cada pocos días para mantener un crecimiento equilibrado y estético.
Retira las flores marchitas: corta las flores que comiencen a secarse para redirigir la energía de la planta hacia los brotes nuevos. Usa tijeras limpias para evitar infecciones.
Abona moderadamente: durante la floración, aplica un fertilizante líquido para plantas con flores cada dos semanas para reforzar la formación de nuevos tallos y flores.
Cómo elegir y comprar amarilis
1. Bulbos de calidad para un crecimiento saludable
Al comprar amarilis, elige bulbos firmes y gruesos, ya que estos contienen los nutrientes necesarios para un desarrollo óptimo. Evita los ejemplares secos, blandos o con signos de enfermedad o pudrición.
2. Planifica el momento de la floración
El período entre la plantación del bulbo y la floración suele ser de seis a ocho semanas. Si deseas que florezca para Adviento, Navidad o los días grises de enero, planifica el momento de la siembra en consecuencia.
Si prefieres una floración más inmediata, puedes optar por comprar una planta en maceta ya desarrollada. También existe la posibilidad de cultivar la amarilis en un vaso especial, lo que añade un toque decorativo único.
Con los cuidados adecuados, la amarilis puede alegrar cualquier invierno con sus impresionantes flores. Desde elegir un bulbo saludable hasta respetar el descanso de la planta, cada paso es clave para garantizar una floración espectacular año tras año.