Las salsas aportan sabor a nuestros platos y hacen que los alimentos sean más apetecibles, pero no todas son iguales. Muchas salsas comerciales con las que solemos aderezar nuestras recetas están llenas de sustancias nada recomendables, como los conservantes, o tienen un exceso de grasas, azúcares y sal.

Es el caso del kétchup, un ingrediente que muchos consideran indispensable para acompañar las hamburguesas o las patatas fritas, pero que, aunque pueda parecer inofensivo al estar elaborado a base de tomate, basta echar un vistazo a la etiqueta para ver que lleva muchos otros ingredientes además de esta hortaliza. Es por ello que no conviene consumirlo en exceso si no queremos que perjudique nuestra dieta y nuestra salud.

En cambio, si elaboramos en casa las salsas podremos controlar mucho mejor qué ingredientes incluimos y en qué cantidades.

    Receta del kétchup de remolacha

    Hoy te proponemos una deliciosa y saludable salsa de remolacha que es una magnífica alternativa al kétchup para acompañar cualquier plato que se te ocurra.

    INGREDIENTES

    • 600 gramos de remolacha cruda (o 450 si la usas ya cocida)
    • 240 ml de vinagre de manzana (1 taza)
    • 100 gramos de azúcar moreno (puedes reducir la cantidad si lo deseas para que sea más saludable)
    • 50 gramos de cebolla
    • ½ cucharadita de sal
    • ¼ de cucharadita de ajo en polvo
    • ¼ de cucharadita de cilantro molido
    • ¼ de cucharadita de clavo molido
    • Pimienta negra recién molida, al gusto

    PREPARACIÓN:

    1. Lava bien la remolacha bajo el grifo, córtala por la mitad (con cuidado de no mancharte) y ponla en un cazo con el agua suficiente para cubrirla. Llévala a ebullición y mantenla a fuego medio durante unos 30 minutos, hasta que esté blanda (puedes pincharla con un tenedor para comprobarlo). Si usas remolacha ya cocida te ahorrarás este paso.
    2. Cuando la remolacha esté cocida, déjala escurrir y córtala a daditos.
    3. Corta también la cebolla a dados pequeños.  
    4. Pone en una cazuela la remolacha y la cebolla en dados, el vinagre de manzana y el azúcar moreno, remuévelo y lleva la mezcla a ebullición a fuego fuerte. Cuando hierva, baja el fuego y cocínalo a fuego medio-alto durante unos 25 minutos.
    5. Retira la mezcla del fuego, añade el resto de ingredientes (el cilantro, el clavo, la pimienta, el ajo y la sal) y tritura la mezcla con un tenedor o con la batidora si quieres que te quede una salsa más fina. Prueba el resultado y corrige de especias y sal si es necesario.
    6. Puedes servir el kétchup de remolacha a temperatura ambiente o frío, dejándolo en la nevera unas horas.

    Puedes variar la receta añadiendo las especias que más te gusten (orégano, canela…) o incluso un poco de fruta (por ejemplo, manzana) para añadirle tu toque personal.

     

    Remolacha, un tesoro de la tierra

    Aunque antiguamente se cultivaba por sus hojas, hoy en día es la raíz de la remolacha (Beta vulgaris) la que se utiliza en muchas cocinas del mundo, además de con fines medicinales y como tinte. Estos son algunos de los motivos que convierten a la remolacha en una joya nutricional:

    • Aporta vitamina B9 (folato) y vitamina C, fundamental para las defensas.
    • Es rica en betalaínas, los compuestos responsables de su color rojizo, con poderosas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.
    • Contiene una buena cantidad de fibra (entre 2 y 3 gramos por cada 100 g), que promueve la salud intestinal.
    • Es baja en calorías (unas 43 por cada 100 g), con lo que resulta ideal para las dietas de control de peso.
    • Aporta nitratos inorgánicos que se convierten en óxido nítrico en el cuerpo. El óxido nítrico dilata los vasos sanguíneos y ayuda a reducir la presión arterial.
    • Favorece el rendimiento deportivo y mental.

    Además de como salsa, puedes tomar la remolacha de muchas otras formas: en zumo, incorporada a las ensaladas, en sopas o cremas, hervida o al vapor...