Amar bien no es sencillo. Lo que hemos aprendido en los últimos años es que el amor nada tiene que ver con la fase del enamoramiento, una fase más instintiva, llena de emociones donde las personas actúan sin tener muy en cuenta la razón, pero que es igual de importante para forjar el vínculo.

Si esa primera fase se supera sin altibajos es cuando llega la fase del amor, que si la trabajamos puede durar toda una vida. Para vivir en pareja es necesario saber detectar las crisis, pedir ayuda si es necesario, y ser consciente de que la pareja no es un camión de basura al que podamos echar encima todo lo que nos pasa.

Hablamos con Verónica Portillo, psicoterapeuta de adultos y parejas con un enfoque humanista integrador, para poner luz a cómo cuidar una relación de pareja para que sea saludable para las dos partes.

Verónica es autora del libro Amar bien Querer mejor (editorial RBA), en el que nos da algunas claves precisamente de cómo podemos querer más y mejor a nuestras parejas, y de cómo construir vínculos de buen amor, en un mundo en el que la inmediatez y el consumismo lo ponen difícil.

 

-¿Hay fecha de caducidad para una pareja? En un momento donde todo es de usar y tirar parece difícil que el amor pueda ser duradero, ¿cómo lo ves tú después de tu experiencia en terapia de pareja?

-Cada relación es única, algunas son más cortas y otras más largas, pero es importante que al escoger a alguien como compañero de vida nos proyectemos a largo plazo con esa persona y sintamos que deseamos y es posible construir un camino vital juntos.

Las crisis son inevitables, pero cuidar la relación es fundamental si queremos atravesarlas juntos y reforzar la relación. En caso de crisis, la terapia de pareja es una herramienta más para quienes quieren aprender de lo que ha ocurrido y desarrollar nuevas herramientas más ajustadas a lo que necesitan en ese momento.

Cuando el vínculo se ha dado por hecho, se crea un distanciamiento emocional y llega una crisis, hay más probabilidades de que escojamos seguir nuestros caminos por separado.

-¿Qué tipo de parejas son las que suelen acudir a terapia? ¿Cuáles son los principales problemas que suelen tener?
-La terapia de pareja es para relaciones de todo tipo, pero diría que el denominador común de las personas que deciden hacer este proceso es la intención de resolver lo que está ocurriendo en el vínculo de la mejor forma posible para ambos.

En un proceso terapéutico se suele trabajar conjuntamente sobre aquello que no está funcionando o que ha generado un malestar en la relación, por lo que requiere voluntad, implicación y corresponsabilidad. Los problemas más habituales suelen estar centrados en la comunicación, la falta de conexión emocional y la desconfianza en la pareja derivada de motivos muy diversos.

 

-Para entenderlo mejor: ¿qué es una crisis de pareja y qué no lo es?
-Hablamos de crisis cuando, ya sea por motivos internos o externos, lo que habíamos construido hasta ese momento y nos funcionaba, deja de hacerlo. Hay crisis más o menos intensas, pero siempre son un buen momento para aprender de lo que ha ocurrido y revisar hacia dónde iremos a partir de ahora.

Pareja feliz

 

 

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-¿Cómo debe gestionarse y cómo debe acompañar el terapeuta?
-En terapia, el acompañamiento del terapeuta se suele centrar en aspectos relacionados con el vínculo y no tanto en los aspectos personales de cada miembro, por ejemplo, desarrollar herramientas de comunicación que les ayuden a comprenderse mejor, reconectar emocionalmente, fomentar el sentimiento de equipo, etc. Y a lo largo del proceso, es la pareja quien toma sus decisiones.

Una pareja puede hacernos de espejo y gracias a esa unión trabajar todos los ámbitos de nuestra vida.

-¿Cómo es de importante cuidar la relación de pareja para que ese espejo nos ayude a crecer?
-Es importante mimar la relación para que sea de calidad. Una relación sana y bonita es un espacio seguro y confiable donde poder mostrarnos vulnerables, vernos a nosotros mismos a través de la mirada de alguien que nos quiere bien, aprender y crecer juntos. Si una relación no es sana, segura y confiable, será mucho más difícil poder hacer este ejercicio.

 

-¿Cuáles crees tú que son las bases de una buena relación de pareja?
-Seguridad, confianza, cuidados, mimo y ternura, afinidad y compatibilidad, ganas de construir un proyecto común, sensación de que formamos un equipo.

pareja serena mirando horizonte

Meditar juntos fortalece el vínculo en la pareja.

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-Para que la relación se consolide, ¿qué ha de pasar? ¿Cómo debemos cuidarla?
-Al inicio suele unirnos más la atracción y la proyección. Conforme nos conocemos, tendremos que ver si somos compatibles y podemos entendernos. Así se crea la intimidad y el compromiso, dos factores fundamentales para la consolidación de los vínculos.

Por tanto, diría que necesitamos los ingredientes necesarios y también tiempo “bien empleado”. Aquí es donde entran los cuidados, muy ligados a las necesidades de cada relación: pasar tiempo y vivir experiencias juntos, tener detalles, contar el uno con el otro,… Cada vínculo se construye de forma única.

-Muchas personas tienden a pensar que las discusiones dañan a la pareja. ¿Cuáles son las claves de una discusión para que sea “productiva” o ayude a crecer a la pareja?
-Para comenzar, creo que es importante diferenciar conflicto de discusión. Se pueden abordar los conflictos desde el cariño y no todos tienen por qué llevar a discutir, es más, es preferible que no nos hagamos daño.

Meditación en pareja al atardecer
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A veces, abordar ciertos temas puede ser incómodo, pero es probable que también sea necesario. Quizás hablar de ello se haga difícil, quizás nos digamos cosas duras, pero ir a herir es otra cosa.

Gestionar un conflicto de forma que nos ayude pasa por: identificar el problema, que haya una persona que tiene intención de comunicarse y otra que tiene la intención de comprender lo que la primera trata de decir, tener presente la empatía hacia el otro, llegar a conclusiones y ponerlas en marcha juntos.

-¿Qué temas crees que son los más complicados de tratar en la pareja (dinero, suegros, etc.) y cómo hay que abordarlos?
-Como te comentaba, a veces hay temas peliagudos o que suelen desembocar en un conflicto, pero creo que es importante sentir que podemos hablar de cualquier tema con la pareja. A veces no solo hay que tener en cuenta el “qué”, también es principal el “cómo”. En asuntos que generen conflicto de forma recurrente –puede ocurrir, en algunos temas no nos vamos a poner de acuerdo y cuando surjan va a ser más difícil encontrar soluciones comunes-, habrá que negociar.

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