Esta semana hemos tenido la suerte de conversar con Susana Ivorra, psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja con más de 17 años de experiencia, especializada en ayudar a personas y parejas a desarrollar relaciones saludables y satisfactorias. Es también autora de libros como El deseo de Amanda (2016), ¡Felicidad! (2018) y Luces, Cámaras… ¡Amor! (2024). Y en la conversación que hemos compartido nos ha regalado parte de su sabiduría sobre el mundo de las relaciones.
¿Qué sucede cuando nos enfrentamos a una relación dañina? ¿Qué se esconde tras el miedo al compromiso? ¿Es malo encadenar relaciones? ¿Y cómo afecta a nuestra autoestima la persona que tenemos al lado? Estas son solo algunas de las preguntas que Ivorra nos ha respondido. Te compartimos sus respuestas para que te ayuden a analizar tus propias relaciones desde una perspectiva más amplia y saludable. No es oro todo lo que reluce.
Relaciones lianas
-Hay personas que cuando acaban una relación, empiezan automáticamente otra, y siguen así una y otra vez. Desde el punto de vista de la psicología, ¿qué significa esta itinerancia en relaciones
-Puede significar varias cosas. Lo primero es aclarar que esto no es necesariamente algo negativo. Lo importante es que se haya elaborado el duelo de la relación anterior, y puede suceder que no hayamos dejado a una pareja hasta que el duelo está hecho del todo. Hay gente que hasta que ya no tiene completamente hecho el duelo, no se decide a romper la relación, y luego hay personas que cuando deciden romper la relación, empiezan a hacer el duelo. Cada uno lo hace de una manera diferente. Por eso, en estos casos, no me guío tanto por los tiempos, sino por cómo está la persona.
Por otro lado, es verdad que hay personas cuyo estado de bienestar es estar en pareja. Por eso tampoco tenemos que criminalizar a la persona que encadena relaciones. Hay personas que están hechas para estar con pareja, que les gusta, ese es su estado favorito, y no por ello tienen una dependencia emocional, sino que les gusta.
-Sobre el tema del duelo, ¿hasta qué punto es tan importante este proceso cuando acabamos una relación? ¿Qué sucede si no lo enfrentamos?
-Si no lo enfrentamos, nos explota en la cara. Y probablemente lo haga cuando estemos ya en pareja. Por ejemplo, puede que tu relación anterior haya terminado porque ha habido una infidelidad. Durante un tiempo estás sin pareja y tienes historias, algún lío… Pero no surgen celos en ningún momento. Es cuando empiezas una nueva relación que de repente aparecen unos celos que tú nunca habías tenido.
Y entonces dices, “vale, hay algo de mi relación anterior que no he solucionado”. Pero ¿cuándo me aparece? Cuando estoy con otra persona, en esa intimidad, en esa confianza, ahí es donde aparece. Por eso siempre es interesante hacer una reflexión, además del duelo, sobre qué heridas ha habido en esa relación o con qué cosas te gustaría quedarte. Toda esta reflexión te ayuda a que, cuando estás en una nueva relación, no le hagas pagar a la otra persona los platos rotos de otras historias.
Miedo al compromiso
-En el polo opuesto tenemos a las personas que parece que no se pueden comprometer con nadie. ¿Qué significa que una persona no pueda o no quiera comprometerse en una relación?
-Es posible que esas personas que no se pueden comprometer románticamente sí que estén muy comprometidas con otras historias: con su trabajo, con su familia o con sus amistades… Donde no están muy comprometidas, o no saben comprometerse, es en sus relaciones de pareja. Es decir, tienen capacidad de comprometerse, pero escogen no hacerlo porque no es su preferencia, no es su prioridad. Y no, no hay nada de malo en ello, salvo que hagas daño a otras personas.
Lo malo es que engañes, que te que creas que puedes comprometerte y cuando lo haces no te sientas bien. Y entonces te echas para atrás, cuando ya has creado falsas expectativas en la otra persona… Es decir, cuando hay poca honestidad hacia la otra persona o hacia uno mismo.
Idealización, amor y autoestima
-Nos encontramos también con personas que, pese a no ser felices con su pareja, no se atreven a dar el paso para cortar la relación. ¿Qué hay tras este tipo de situaciones?
-Tenemos mucho miedo, quizá no tanto a estar solos, sino a la incertidumbre, a no saber lo que viene después. Hay personas más sensibles a esa incertidumbre que otras. Y este miedo se refleja, no solo en que no dejan una relación que no les hace felices o que les hace muy infelices. También se manifiesta en otras áreas de sus vidas. Por eso es importante ir a terapia para tratar de solucionarlo, pero no solo por el tema de las parejas, sino por la vida en general, que no te tiene que dar miedo.
-Es común que en el amor idealicemos, tanto a nuestras parejas como a la idea de vivir en una relación. ¿Qué podemos hacer para no caer en esta trampa de la idealización?
-Lo mejor es remitirnos a las pruebas. Es decir, ¿qué evidencias tenemos de que ese es el estado ideal? Si yo misma he pasado por diferentes relaciones, y a cada cual peor… Quizá lo de estar en pareja no es la panacea y tengo mucho amor en otros lugares, y me siento ya muy querida como para meterme en una relación solo porque hay algunas cosas que me gusten de esa persona.
¿Ignoro las que no me gustan, que son muchísimas, con tal de tener pareja? Seguimos pensando que el ideal es estar en pareja, pero debemos pararnos a pensar en cuánto amor tenemos en la vida ya sin tener una pareja. Muchas veces, la pareja no es precisamente la fuente de mayor autoestima, seguridad, ni amor.
-¿Cómo influye en nuestra autoestima las relaciones de pareja? ¿Qué relación hay entre cómo nos valoramos y la persona con la que compartimos la vida?
-La persona que más nos puede conocer es la persona con la que compartimos la vida. En ciertos momentos es nuestra madre o nuestro padre, y en otros momentos es nuestra pareja. Nos conoce íntimamente, con las parejas solemos quitarnos la máscara.
Hay cosas que le decimos a nuestra pareja que no le diríamos a una amiga o a un compañero de trabajo. Es decir, es un espacio de muchísima intimidad en que nos mostramos al completo, con luces y sombras. Por lo tanto, nos conoce tan íntimamente, que la opinión que esa persona tenga de nosotros y la devolución que nos haga, lo que nos diga de nosotros mismos, nos va a influir muchísimo más que lo que diga cualquier otra persona.
Si tu pareja te dice que estás fea y luego fuera todo el mundo te dice que estás guapa, tú vas a creer más a tu pareja que a los demás. Aunque los demás sean ochocientas personas y tu pareja sea solo una. Aunque no nos lo queramos creer, lo que nos dice nuestra pareja nos lo guardamos y nos afecta. La imagen que tenemos de nosotros mismos nos afecta mucho. Por suerte, sucede lo mismo si nos dice muchas cosas positivas. Si vemos esa admiración que nos tiene nuestra pareja, pues seguramente nuestra autoestima puede fortalecerse.