El tema del estrés y la ansiedad es algo que me preocupa, por eso siempre que puedo pruebo con técnicas diferentes de relajación, respiración y otros métodos que la neurociencia va descubriendo para gestionar mejor las emociones. Pero esto que recomienda Nazareth Castellanos me ha dejado impresionada. Si estás pasando por momentos en lo que te sientas emocionalmente desbordada, tienes que probarla.

Los descubrimientos que la neurociencia está haciendo sobre la forma en la que la respiración, la postura y otros gestos se relacionan con la mente son increíbles. Este en particular ayuda a conectar los dos hemisferios cerebrales, para conseguir una mejor regulación emocional y mayor concentración. Te animo a probarlo y sacar tus propias conclusiones.

Las fosas nasales

Todo este descubrimiento que nos plantea la neurocientífica Nazareth Castellanos parte de la pregunta… ¿Por qué tenemos dos fosas nasales y no una sola? Esta pregunta que parece tan básica no tenía respuesta. De hecho, explica la neurocientífica, ni siquiera había tecnología diseñada para medir cuánto aire entra por cada una de ellas.  “En los laboratorios la respiración se medía con una banda en el pecho que nos indica que respiramos, pero no si respiramos más por una fosa que por otra”, expone la neurocientífica en un vídeo compartido en colaboración con Mentalidad Seiko.

Para poder desarrollar su experimento, por tanto, tuvieron que desarrollar un equipo específico. Castellanos narra que fue “un lío tremendo, porque no había nada”. Esto es significativo. “El mundo científico sabe un montón de muchas cosas, y no sabemos por que tenemos dos fosas nasales”.

Con esta misión, Castellanos y su equipo se pusieron manos a la obra y consiguieron “medir simultáneamente el campo magnético de cerebro con la presión del aire por las dos fosas”. Lo que descubrieron es la clave de este ejercicio de respiración que ella recomienda practicar.

Simetría en el cerebro y la respiración

El primer descubrimiento que hizo el equipo de la neurocientífica es que “tenemos mucha asimetría en las fosas”. Es decir, “no inspiramos con la misma presión, con la misma amplitud por ambas fosas”. Más allá de problemas respiratorios, como infecciones o alergias, los expertos descubrieron que hay momentos en el día en los que respiramos más, por un lado, que por el otro. Pero ¿por qué?

Quizá estemos lejos de responder esa pregunta, pero Castellanos nos ha acercado un poco más a ella. “Este descompás de las fosas depende también del estado emocional”, asegura. Así, “si yo estoy más nerviosa, estoy más cansada, tiende a cerrarse más una fosa, que normalmente será la izquierda”. Por otro lado, explica, si tenemos un estado de atención, las fosas “tienden a equilibrarse”.

Con toda esta información han podido sacar varias conclusiones. Para empezar, que la fosa derecha influye más en la parte frontal del cerebro, en el hemisferio izquierdo, mientras que la otra lo hace en el hemisferio derecho. Como no respiramos de forma simétrica, siempre tendemos a tener una zona del cerebro más activa que la otra, según la fosa que tenemos más abierta. ¿Cuál es la solución? Los ejercicios de Pranayama.

El ejercicio de respiración que conecta tus hemisferios

El ejercicio que nos recomienda la neurocientífica es el Pranayama, que en laboratorio ha demostrado que favorece que el aire que entre por las fosas sea simétrico, consiguiendo así “la comunicación interhemisférica”, que es esencial para la gestión emocional y la concentración, entre otras muchas cosas.

Pero, ¿en qué consiste esta técnica de respiración? ¿Cómo puedes practicarla en casa? Para empezar tenemos que comprender qué es el pranayama.

El pranayama es una técnica específica de respiración que forma parte del yoga y se usa para controlar y dirigir la energía vital (prana) a través de la respiración (ayama, que significa “extensión” o “regulación”). Es decir, un pranayama es una práctica concreta que modifica la forma en la que respiramos con un propósito físico, mental o espiritual.

El más conocido es el pranayama Anuloma Viloma, o de la respiración alterna, que equilibra los hemisferios cerebrales y calma el sistema nervioso, alternando la respiración por cada fosa nasal. Dicho esto, podemos seguir las indicaciones de monitoras de yoga, como Anabel Otero, para ponernos manos a la obra.

Paso a paso

  1. Siéntate de forma cómoda con la columna erguida. Tienes que estar cómoda, no importa como pongas las piernas.
  2. Usa tu mano dominante (con la que escribes) y lleva el dedo corazón y el índice hacia adentro. Es decir, tocando la palma. Controla el dedo anular para que no baje.
  3. Coloca la otra mano sobre tu pierna haciendo que el dedo índice y el pulgar se toquen.
  4. Empieza tapando tu fosa nasal derecha e inhala todo el aire por la izquierda en cuatro tiempos. Luego cambia la posición de tu mano para tapar tu fosa nasal izquierda y suelta todo el aire por la derecha contando hasta ocho.
  5. Ahora inhala por la fosa derecha (contando hasta cuatro), cambia la posición de la mano y exhala por la izquierda en ocho tiempos.
  6. Repite cinco veces por cada lado.

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