¿Has sentido alguna vez que te falta algo en la vida? Como si, a pesar de todos tus esfuerzos, no lograses encontrar la chispa que te impulse a seguir adelante. Todos hemos experimentado esa sensación de estar atrapados, como si nuestra energía decayera sin razón aparente. En momentos como esos, buscamos respuestas fuera de nosotros mismos. Pero, como nos recuerda Mario Alonso Puig, la verdadera clave siempre está en cerca de lo que pensamos.
El reconocido médico y escritor español plantea una reflexión profunda que, aunque sencilla, tiene el poder de transformar la forma en la vida. Se trata de la verdadera razón por la que te sientes perdida, por la que has perdido la motivación. Y tiene que ver con la pasión.
La raíz de la desmotivación
Cuando nos sentimos perdidos en la vida, a menudo se debe a la desmotivación. Pero esta no surge de un solo factor, sino de una serie de elementos que, en conjunto, crea un ambiente interno de desconcierto. Mario Alonso Puig lo explica de forma sencilla: “la razón por la que a veces nos sentimos desmotivados es porque no prestamos suficiente atención a lo que nos apasiona de verdad”.
La rutina diaria, las expectativas ajenas y las presiones externas nos alejan, poco a poco, de aquello que realmente nos apasiona. Y es este proceso, en el que es fácil perderse, el que hace que nos desconectemos y nos sintamos desmotivados.
Quizá, sin darte cuenta, has estado persiguiendo metas que no son tuyas, siguiendo caminos que te imponen otros, o simplemente dejando que la vida te lleve sin cuestionarte si estás siendo fiel a tus verdaderas pasiones. Y siendo así, no es extraño que llegues a sentirte completamente perdida y desmotivada.
Una fuerza invisible
Frente a este andar sin rumbo, esta desconexión profunda, tenemos una fuerza invisible y poderosa: la motivación. La motivación es el viento que empuja las velas de un barco. No la vemos, pero la sentimos. Y sin ella, es difícil avanzar.
Esto no quiere decir que lo sea todo para alcanzar nuestros objetivos. No basta con tener motivación. Necesitamos una dirección hacia la que orientar nuestro barco, la disciplina, la capacidad, la resiliencia y otras muchas habilidades sin las que no llegaremos a buen puerto. Pero sin ese pequeño empujón, sin ese viento que impulsa las velas, no hay nada que hacer. Es el importante primer paso.
La motivación es, al fin y al cabo, mucho más que un estado emocional pasajero. Es la energía que nos mueve, nos guía y nos impulsa. En palabras del experto, “la motivación es esa fuera invisible que nos impulsa a actuar”. La pregunta es, ¿cómo podemos conectar con ella? ¿Cómo encontrarla cuando todo parece perdido?
Reconectar con lo que te apasiona
“Siempre que sientas que tu energía decae, recuerda lo que de verdad te hace vibrar”, nos dice Mario Alonso Puig en sus redes sociales. Porque, según él, la solución para sentirnos motivadoses volver a conectar con lo que nos apasiona. Y para ello, te damos los siguientes consejos.
- Tómate tu tiempo. En la vorágine del día a día, es fácil perder de vista lo que realmente nos importa. Por eso las pausas son esenciales. Dedica tiempo a pensar, a contemplar, a escucharte. ¿Qué es lo que realmente te activa? ¿Qué te apasiona? ¿Cuándo sientes que eres tú misma?
- Escucha tus emociones. Nuestras emociones son el más claro reflejo de nuestras pasiones. Escucha tu cuerpo. ¿Te sientas emocionada y entusiasmada cuando hablas de ciertos temas o cuando realizas alguna actividad en particular? Esa es una señal de que estás conectando con algo que de verdad te importa.
- Haz espacio para lo que te inspira. Cuando encuentres alguna de estas pasiones, no las olvides. La vida está llena de distracciones y compromisos, pero es realmente importante que hagas espacio para lo que de verdad te inspira. Ya sea leer, practicar un deporte, crear arte o estar en contacto con la naturaleza. No tiene que ser tu profesión, no tiene que ser productivo. Lo importante es que te apasione, para que te impulse.
- No tengas miedo de cambiar de dirección. A veces, al reconectar con lo que de verdad nos apasiona debemos cambiar de rumbo. Si te das cuenta de que lo que te motivaba antes ya no tiene el mismo efecto, no tengas miedo de redirigir tu energía hacia algo nuevo. La vida es un proceso de continuo descubrimiento y evolución. Lo que te inspira hoy puede no ser lo mismo que te inspirará mañana.